Malaui.- "Madonna, Madonna", gritan los niños descalzos. Hasta hace poco el nombre de la estrella no significaba mucho para los habitantes de esta nación del sur de África, donde los televisores llegaron a partir de 1999.

Sólo un puñado de profesionales urbanos conocen sus canciones en Malaui. Incluso ahora, todo lo que los niños saben es que una mujer blanca adinerada que se aloja en un lujoso hotel cercano es la causa del alboroto en su poblado.

Este es el tercer viaje de Madonna a Malaui desde el 2006, cuando creó una organización benéfica para ayudar a niños pobres y huérfanos, uno de los cuales adoptó. La mañana del viernes, la artista se enterará si podrá adoptar a una niña malauiana de cuatro años, Chifundo "Mercy" James.

En la víspera del fallo de un juez, Madonna obtuvo el apoyo de una ministra malauiana.

"Tenemos cerca de 2 millones de huérfanos en Malaui que necesitan ayuda", dijo hoy, jueves, Anna Kachikho, ministra de Bienestar para la Mujer y el Niño. "No podemos cuidar de todos como país. Si personas como Madonna adoptaran aunque sea uno de estos huérfano, sería una boca menos que alimentar".

Los críticos han acusado a la cantante de usar su fama y fortuna para acelerar el proceso de adopción y opinan que la niña estaría mejor con sus familiares lejanos. Madonna ha dicho que sigue los procedimientos regulares en su nuevo intento de adopción.

Kachikho, cuyo ministerio procesa todas las adopciones en Malaui, aunque los jueces deben aprobar las solicitudes, calificó a los críticos de Madonna de ingratos.

"Ella está manteniendo seis orfanatos a través de (su fundación) Raising Malawi", dijo Kachikho. "En total mantiene a más de 25,000 niños".

Durante la semana pasada, Madonna y su séquito han viajado en tres camionetas deportivas atrayendo grandes multitudes en sus visitas a una guardería infantil fundada por su organización y un orfelinato donde una vez vivió David, su hijo adoptivo de tres años.