El músico puertorriqueño Willie Rosario afirma que el ser "honesto, responsable y respetuoso" han sido las claves para mantenerse durante 50 años de carrera, trayectoria que celebrará próximamente con un concierto en Puerto Rico.

Rosario, quien en la noche del jueves recibió felicitaciones por este medio siglo de carrera del gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, en La Fortaleza, es conocido por éxitos como "Mi amigo el payaso", "Lluvia" y "Botaron la pelota".

Fernando Luis Rosario Marín, nombre verdadero del artista de 78 años, indicó en entrevista con EFE que "el ser honesto, responsable, respetuoso y lo más importante, el respaldo del público", han sido los puntos más importantes para su permanencia en la música por las pasadas cinco décadas.

El músico, católico practicante, aseguró que "la bendición de Dios" ha sido también clave en su carrera, porque si "Él te da salud y fortaleza, te puede dar eso: el éxito".

El músico, natural de Coamo, explicó que fue bautizado como "Mr. Afinque" porque el propósito de su orquesta era para que los seguidores de la salsa bailaran bien apretados.

Uno de los grandes éxitos de Rosario ha sido "De Barrio Obrero a la Quince", compuesta por Trini Clemente. Dicha canción fue incluida en el disco "De donde nace el ritmo" (1970).

Recordó que cuando tocaron el tema en Colombia, la gente se emocionó mucho porque en dicho país existen lugares con los mismos nombres y los colombianos pensaron que la canción era dedicada a ellos.

A finales de la década de 1970, Rosario reclutó al cantante boricua Tony Vega, quien grabó uno de los grandes temas de la orquesta, "Mi amigo el payaso".

Luego, en 1981, Rosario decidió unir a Vega con el también puertorriqueño Gilberto Santa Rosa.

Durante la década de 1980, ambos cantantes lograron exitosos temas como "Botaron la pelota", "Lluvia", "Busca el ritmo", "Negrita linda" y "El antifaz".

En 1986, Rosario fue nominado por primera vez a un premio Grammy por su disco "Nueva cosecha". El galardón, por su parte, se lo ganó el cantautor panameño Rubén Blades por su álbum "Escenas".

Por otra parte, Rosario indicó que aún desconoce si finalmente podrá realizar antes de que acabe el año el concierto en Puerto Rico para celebrar sus cinco décadas en la música, pues "estamos en un año de elecciones y no sabemos".

Desde pequeño, Rosario se interesó en la música al tocar sobre latas de galletas en su casa, por lo que su madre lo matriculó en la primera escuela de música de Coamo, la cual actualmente lleva el nombre del artista.

A sus 17 años, Rosario y su familia emigraron a Nueva York debido a problemas económicos.

Al llegar a "La gran manzana", Rosario trabajó en varias compañías y formó parte del Ejército estadounidense, pero su mayor cariño era el de la música.

Un día acudió al legendario club El Palladium, donde quedó perplejo por el talento del músico de origen puertorriqueño Tito Puente.

Al ver el espectáculo de Puente, Rosario decidió aprender a tocar percusión.

Tras terminar su servicio militar en 1952, decidió regresar a Puerto Rico, donde formó parte de la orquesta Fiesta, como baterista.

Un año después, Rosario volvió a Nueva York, donde conoció y colaboró con Johnnie Seguí, Joe Quijano y el grupo del pianista venezolano Aldemaro Romero.

Pese a su carrera en la música, Rosario decidió estudiar en la Escuela de Comunicaciones de la Universidad de Gannon en Pensilvania, donde se especializó en periodismo radial.

Al culminar sus estudios, comenzó a trabajar en la estación WALO, de Nueva York, donde se inició en un programa de recetas de cocina.

Sin embargo, no fue hasta 1958, cuando Rosario decidió montar su propia orquesta, mayormente integrada por músicos de Seguí.

La orquesta de Rosario tenía éxito en el Club Caborrojeño en Nueva York donde alternaba con el grupo de Joe Valle por cuatro años.

En ese entonces, Rosario contaba en su agrupación con el boricua Bobby Valentín, pero tocando trompeta, aunque éste se ha caracterizado a través de su carrera como bajista.

En 1962, Rosario abandonó su participación en el club debido a diferencias con el dueño del establecimiento, y decidió entonces hacer una nueva banda, pero teniendo siempre a Valentín en su grupo.

Así, Rosario se ha consagrado como uno de los grandes músicos por discos como "El bravo soy yo" (1962), "Faboulous and fantastic" (1964) y "Too too much" (1967).

Les siguieron, entre otros, "El bravo de siempre" (1968), "Infinito" (1973), "Otra vez" (1975), "From the depth of my brain" (1978), "El rey del ritmo" (1979) y "The Roaring fifties" (1991).