René Pérez y Eduardo Cabra, principales integrantes del grupo Calle 13, tuvieron que subir a un escenario diferente a los que acostumbran, el Tribunal de Primera Instancia de San Juan, para defenderse de su exrepresentante artístico, José Luis Colón, quien los está demandando por $250,000, que alega dejó de recibir por sus servicios prestados a los artistas cuando estos decidieron cortar la relación de trabajo con él.

Pero en su testimonio ante la jueza Aileen Novas Auger, el demandante tuvo más tropiezos que aciertos, al punto de la jueza desechó parte de su reclamo a mitad de la vista.

El dúo, por su parte, no solo rechaza las alegaciones de Colón, sino que le está reclamando la devolución de $32,000.

La demanda que tiene se remonta al 2010, cuando terminó la relación de trabajo entre Colón y el dúo de hermanastros. Para entonces el representante artístico había trabajado con Calle 13 por unos seis años, desde sus inicios en el 2005, aunque la relación se había dañado considerablemente en los últimos meses a raíz de varios incidentes. En su testimonio confirmó que está pidiendo $90,000 por adelantos de grabaciones, $60,000 por reproducciones digitales, $50,000 por regalías autorales y otros $50,000 por ventas y licencias.

Colón alega tenía un acuerdo con Calle 13 para representarlos con su compañía Contra Corriente, y por el cual recibiría 20% de los ingresos del grupo. Sin embargo, ha admitido que no hay ningún contrato firmado al respecto, aunque afirma que entregó copia del documento a Pérez y Cabra en tres ocasiones, la última de ellas al padre de Pérez, que es abogado.

En el juicio se explicó además que, una vez Calle 13 comenzó a ganar fama, Colón buscó la ayuda del reconocido productor Ángelo Medina, con el que acordó dividir a partes iguales su comisión de 20%.

Colón describió su trabajo con el grupo y habló de instancias en las que buscó conseguirles mejores acuerdos con las compañías con las que trabajaban, como las disqueras o las organizadoras de espectáculos. Insistió en que todo siempre se consultaba primero con los artistas.

Aseguró que, incluso luego que le llamaran para que no se montara con el grupo en una gira a Europa, les consiguió un auspicio de $10,000 para poder financiar el video de un tema. De dicho auspicio, admitió, se quedó con $2,000.

Pero a preguntas de la abogada Mary Jo Méndez, quien defiende a los hermanos junto con Judith Berkan, Colón tuvo que admitir que no había tenido participación alguna en cuanto a las reproducciones digitales, pues Cabra y Pérez se registraron con Sound Exchange en 2014, mucho después que la relación de trabajo con Colón había acabado.

“Aquí hay una admisión”, interrumpió la jueza. “Todo el mundo sabe, aunque no sea abogado, que ante la admisión, relevo de prueba”.

Con eso sacó de golpe $60,000 de lo que reclamaba el demandante, con lo cual, en el mejor escenario de que ganara todo lo demás, apenas recibiría $95,000 pues el resto, según el acuerdo de división de ganancias que tenían, le correspondería a Medina, quien no está reclamando nada.

Colón también tuvo que admitir que hubo serios incidentes poco antes de la ruptura; durante una presentación en México, donde el contrato se redactó mal y terminaron dejando de recibir casi la mitad de lo acordado, unos $30,000; durante una gira por Europa, donde se dejó de hacer un concierto en Francia y se puso en riesgo la reputación del grupo; y en un festival en Panamá, donde no pudieron presentarse porque no se hicieron gestiones necesarias a tiempo.

Durante la vista se sentó a declarar Cabra, quien dijo que todo el asunto le había causado gran pesar porque apreciaba a Colón.

Afirmó que la cifra de 20% que manejaba con Colón se refería a los espectáculos. Agregó que nunca habló de derechos autorales. “Al día de hoy, para mí eso es intocable. Es algo muy especial, y cualquier persona que me diga que va a comisionar con eso, pues no, no podemos trabajar”, insistió.

Cabra admitió que desconocer “las cosas de finanzas”, porque “me metía cien por ciento en el asunto artístico… y trataba de poner distancia al asunto financiero”. Pero aseguró que confiaba en lo que se hacía porque era todo con la familia.

Cabra afirmó además que, contrario a lo que podría pensarse, Calle 13 no ha tenido ganancias con ninguno de los discos que ha hecho. Detalló que incluso en las grabaciones utilizaban todo lo que les daba la disquera Sony e incluso tenían gastos por encima.

“Para mí todo esto ha sido bien ‘heavy’. Teníamos una buena relación de amistad. Fue una carga emotiva bien fuerte. Estimaba mucho a José Luis (Colón)”, lamentó Cabra, asegurando que luego fueron sucediendo un fallo tras otro, y que el asunto del auspicio de los $10,000, de los que Colón se quedó con $2,000, terminó colmando la paciencia.

“Se necesitaba todo el dinero para invertirlo, para producción, para pagar luces, cámaras. Nadie iba a disfrutar nada”, comentó.

El abogado Alfredo Cruz, representante de Colón, le cuestionó a Cabra si no creía que Colón tenía derecho a comisionar sobre el auspicio, cuando él mismo lo había gestionado, el artista respondió tajantemente que no “porque eso no era un ingreso. No íbamos a disfrutar de eso. No me iba a comprar un Nintendo”.

Fuera de sala tanto Colón como los artistas declinar comentar sobre el caso, entre otras cosas porque la jueza había impartido instrucciones de que así lo hicieran.

El juicio continúa este martes, cuando se espera que declare René Pérez.