Prometió un espectáculo de gran calidad, y cumplió.

En realidad, la trayectoria de cerca de seis décadas del artista español Raphael Martos habla lo suficiente como para saber del compromiso constante del vocalista por no defraudar. Por eso, la presentación de altura de esta noche no fue una sorpresa teniendo en cuenta lo celoso que siempre se ha mostrado con este compromiso para lograrlo.

Tal como adelantó, el show de su gira internacional RESinphónico abarcó una actualización de sus éxitos, presentados con una revisión orquestal que incluyó toques electrónicos, siguiendo la línea del álbum que lleva el mismo nombre, y que lanzó el año pasado.

Se presentó junto a la Orquesta Filarmónica de Puerto Rico.

El intérprete volvió a cautivar con su imponente presencia escénica, con el dramatismo de sus movimientos, y con el ímpetu artístico característico de su personalidad. 

La velada, que se dio en la versión reducida del recinto, comenzó a las 8:15 con los acordes de Yo soy aquel. Una ovación de pie recibió al artista, vestido de negro, quien inició con el tema Infinitos bailes.

Durante el encuentro musical, en el que las ovaciones fueron la constante, la Orquesta Filarmónica de Puerto Rico fue protagonista para presentar sus temas en una versión diferente a la habitual. Una pantalla de fondo alternaba entre las imágenes del vocalista, con artes coloridos, o letras de algunas de sus canciones.

El repertorio de 33 canciones, que destacó su empeño en innovar, incluyó temas de todas sus épocas, en las que ha demostrado su versatilidad para impresionar a diversas generaciones.

Su calidad vocal demostró, hasta el final, que parece que el tiempo no ha pasado por su voz prodigiosa.

Con su carisma y autenticidad, entonó éxitos como Mi gran noche, Provocación, Yo sigo siendo aquel, Adoro, Cuando tú no estás y Qué sabe nadie. Estar enamorado, En carne viva y Escándalo, sin dudas, fueron tres de los favoritos de la noche.

Loco por cantar, Inmensidad, Los hombres lloran, No vuelvas, Estuve enamorado, también contaron con la fuerza histriónica del intérprete, quien emocionado disfrutaba del fervor del público, mientras continuamente agradecía a través de su sonrisa y extendiendo sus brazos.

Digan lo que digan arrancó gritos de la multitud, que cantó emocionada el coro.

The Wonder of You mostró la versatilidad probada de la estrella española para lucirse en otros idiomas, que incluyen el francés y el italiano, entre otros.

Previo a interpretar el clásico de Carlos Gardel, Volver, el artista dirigió sus primeras palabras al público.

"Esto que tenemos aquí, aunque no lo parezca, es una radio muy antigua, de esas cuando tocaban buena música", dijo sobre el artefacto. "Fíjense qué tocaban". Una grabación del fallecido cantante, saludaba. "Carlos Gardel, toda una institución, señores", añadió Raphael, para deslumbrar con su versión del clásico tango, que complementó con la voz del cantante naturalizado argentino.

Las palabras hacia el público fueron pocas, pero la fanaticada no las necesitó para saberse correspondida por parte de “El Divo de Linares”, quien cuenta con 335 discos de oro y es responsable de sobre 60 producciones discográficas.

El ritmo alegre de Maravilloso corazón motivó al público a ondear sus teléfonos celulares, con su luz encendida.

Temas célebres como Gracias a la vida, y La quiero a morir, los interpretó acompañado de la guitarra.

Para el éxito Yo soy aquel, se mostraron en la pantalla imágenes de sus orígenes. Una falla de sonido interrumpió por unos segundos la grandeza musical de la interpretación, que el artista, con su veteranía, supo manejar.

El espectáculo de dos horas y media, que marcó la quinta vez del cantante en el coliseo, culminó con el clásico Como yo te amo. "Puerto Rico, los amo desde siempre y para siempre", expresó mientras recibía una prolongada ovación a modo de despedida.