Su sitial en el panorama artístico lo ubica como uno de los exponentes de rock en español más influyentes. Pero a Andrés Calamaro no le interesan las etiquetas. Ama la travesía por la música, con la historia que encuentra en cada corriente de ritmos que lo captura. Tanto así, que durante esta entrevista marcó su fascinación por el género tropical y su admiración por íconos puertorriqueños como Ismael Rivera y Héctor Lavoe.

“No sabes la ilusión que me da cantar en Puerto Rico, donde nacieron mis cantantes, mis soneros preferidos. Soy devoto de la música de Puerto Rico”, precisó con entusiasmo el argentino en entrevista telefónica desde Nueva York, donde se encuentra como parte de su gira Andrés Calamaro Tour 2023, con la que ha visitado ciudades de España como Madrid, Sevilla, Gran Canaria, Zaragoza y Granada, entre otras plazas importantes. Por primera vez en su carrera, al público boricua le toca el turno el próximo lunes, 6 de noviembre, en el Coca-Cola Music Hall.

“Los cantantes más grandes nacieron en Puerto Rico y se llaman Ismael Rivera y Héctor Lavoe”, prosiguió el cantautor y tecladista, y resaltó que, en el ejercicio de fortalecer su trayectoria, “la búsqueda permanece, somos estudiosos, coleccionistas, vamos tras el rastro de toda la música”.

La diversidad de ritmos, más que un llamado a la competencia, le parece esencial en la balanza. “Yo soy lo que sería la horma rockera, la semilla rockera, porque la salsa fue como un dique para que ciertos países no se inunden de rock and roll todo el tiempo. Por ejemplo, en Brasil el rock and roll no fue tan fuerte porque la grandiosidad de la música brasilera es peculiar. Perú es un sitio muy rockero, no obstante, tiene un conocimiento de salsa muy interesante. Héctor Lavoe cantó cinco veces en los años ochenta. Conocen incluso a Cano Estremera”, analizó el responsable de éxitos como Loco, La flaca, Cuando no estás y Tu misterioso alguien, entre otras de su amplio cancionero que abarca una trayectoria de más de cuatro décadas, con etapas en las que formó parte de bandas como Los Abuelos de la Nada y Los Rodríguez, y otras en las que colaboró como compositor para numerosos intérpretes.

“Yo no soy fabricante de estrofas, de estribillos”, dijo sobre la narrativa de sus composiciones. “Soy músico. En realidad, al principio era un aspirante a músico. (Componer) es algo accidental que ocurre. Me transformó a mí en un músico en esto, en un capitán de un equipo, de cantar canciones, y ahora me estoy encontrando con toda la comunidad latina y centroamericana que lleva 20 años escuchando canciones en su casa”, reflexionó el ganador de cinco premios Latin Grammy, quien valoró el apoyo de la diáspora y los hispanohablantes en Estados Unidos. También, la interacción con el público.

“Los músicos somos una especie que estamos muy ensimismados en la música propia. Lo que hacemos en el escenario, lo que hacemos nosotros. Sin embargo, el público nos acompaña de una manera muy emocionante. Es una especie de canto colectivo que parece una catarsis de mucha de emoción. Es muy curioso porque aceptan la musa que hacemos nosotros en el rock”.

Calamaro confesó sentirse curioso sobre los intereses musicales que encontrará en suelo boricua con su visita. “Hay una idea de que allá todo el mundo escucha reguetón. Sé que no es así”, dijo. “Estuvimos tocando en Panamá, en Costa Rica y encontramos un público cultural rockero”, sostuvo. De paso, abundó sobre lo admirable de ver colaboraciones entre las corrientes urbanas y el rock.

“El género urbano cumplió 50 años. Desde los años 80, con grandes producciones, el género urbano y el rock and roll están muy unidos a través de los discos de hip hop grabados acá en la ciudad de Nueva York”, destacó, e hizo referencia a bandas como Beastie Boys, Run-D.M.C. y Aerosmith por su aportación en enlazar ritmos. “La música urbana es muy rockera también”, dijo el también admirador de Kendrick Lamar, y reflexionó que, “ya quisieran los rockeros y los urbanos ser tan buenos algún día como los soneros de Puerto Rico. En eso estamos, por supuesto”.

La pasión de hacer música lo ha nutrido por años. También le ha enseñado que no es una aspiración sencilla. “Nadie sabe lo que es ser artista. Cansa mucho. Llevamos cinco meses de gira. No es fácil. Pero sinceramente, estoy poniendo todo, cada grano de arena de mí ser para llegar fuerte a lo que queda de gira, que es, ni más ni menos, Nueva York, San Juan de Puerto Rico y Buenos Aires”, mencionó el intérprete sobre el agobio por la intensidad de las presentaciones, y enfatizó que, no obstante, seguirá haciendo música. “Es que no sabemos hacer otra cosa, y sinceramente, vamos a morir con las botas puestas”, confesó, y reiteró que “Puerto Rico resulta una fecha muy especial, mi sueño”.

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