Por muchos años el cantante Andrés Jiménez trabajaba pensando en el concierto que presentaría durante la Navidad. Este año, ante el “jamaqueón”, que ha significado para todos la pandemia de COVID-19 entró en la disyuntiva sobre si volvía a cantar para sus seguidores en esta época, o si mejor esperaba a que las condiciones mejoraran en torno a las presentaciones artísticas.

La decisión fue a favor del público y de mantener el contacto que ha cultivado entre sus coterráneos desde la música tradicional puertorriqueña. La invitación esta vez es mucho más íntima, pues “El Jíbaro” convertirá el balcón de su residencia en su natal Orocovis en un escenario al aire libre, cuidando así de su salud y la de los músicos y coristas que le acompañarán.

“Nos hemos dado a la tarea de preparar mi balcón, en mi casa, para llevarle un concierto a toda nuestra gente, no importa donde estén”, anticipó del concierto virtual que ofrecerá el sábado, 26 de diciembre, a las 8:00 p.m., a través de su página en Facebook (@jibarosi) y de su canal en la plataforma de vídeos YouTube.

“Haremos este regalo, por supuesto, con los auspiciadores, para toda la gente, que lo reciban en su casa y puedan tener un rato alegres y contentos, porque ahora más que nunca se necesita”, expuso.

El repertorio conjugará la alegría de las parrandas con el amor patrio que cargan muchas de las canciones en el repertorio del trovador. “Es un repertorio que toca a todos”, dijo, en especial a todo aquel “puertorriqueño que tiene el sentimiento de identidad y que puede que estar pensando en Puerto Rico”.

Musicalmente lo acompañarán José Eduardo Santana (cuatro), Omar Andrés Jiménez (guitarra), Neftalí Ortiz (güiro), Richard Ríos (percusión), Yabey Marcano (congas), Junior Alvarado (bajo) y en los coros, Eddie Lebrón y Amor de Jesús.

Este concierto marcará el inicio del cumplimiento de un deseo que ha aguardado el músico y compositor de transformar su casa en el campo en un nuevo espacio para las grabaciones, sobre todo las audiovisuales, que tanta demanda tienen en estos tiempos donde las plataformas digitales son el escenario inmediato de los artistas.

“Primero fue un estudio de grabación, que se fue con María (huracán, 2017), pero ya lo hemos remodelado y lo estamos visualizando para hacer un estudio de vídeos, o sea, poder nosotros grabar cosas allí, minimalistas, con poquitos músicos, pero que nos podamos mantener haciendo cosas durante todo el año, y, claro, el balcón lo vamos a preparar esta vez como si fuera un escenario de Bellas Artes con la idea de que la gente sienta que está en un concierto”, detalló de la ambientación que enmarcará el encuentro virtual y lo que eventualmente será su nueva “trinchera”.

“Es un deseo cumplido mío de que mi casa sirva para hacer cosas, más allá de vivirla, y creo que esta vez hemos logrado una de esas aspiraciones”, sostuvo.

Realista y a la vez esperanzado en torno a la pandemia

Pasado el compromiso del concierto, El Jíbaro le pondrá voz a una nueva composición que, según adelantó, plantea una reflexión profunda sobre quiénes se han afectado más con la pandemia.

“El no poder enterrar a los muertos; esa situación de que no puedas darle el último adiós, son cosas que emocionalmente son bien duras para la gente”, comentó sobre las situaciones que aborda en la nueva canción.

Como efecto inmediato de esta crisis de salud, planteó, quedará la incertidumbre y la necesidad de ir creando sobre la marcha, pues aún se desconoce cuánto tiempo más se vivirá bajo esta realidad que arropó a la Isla, como al resto del mundo, desde el primer trimestre del año, y que a partir de enero, será dirigida por un nuevo gobierno a nivel local y de Estados Unidos.

“La crisis económica va a seguir; hay un dinero que está ahí y se puede seguir usando, aunque no se ha usado bien para reconstruir el país, pero el Gobierno demuestra una mediocridad demasiado grande para bregar con el asunto. Vamos a ver si las administraciones de Estados Unidos, que es un poco más liberal que (Donald) Trump, y la de Puerto Rico, pueden entender qué es lo que hay que hacer verdaderamente y trascienden sus líneas partidistas y sus líneas ideológicas para darle a la Isla una oportunidad económica de que podamos salir hacia un economía más productiva”.

Él, entretanto, viaja entre el campo y la ciudad, cultiva sus ajíes y cuida de sus gallos, que ahora “son ornamentales”, ante las recientes prohibiciones de las peleas de este tipo de aves.

“Vamos a salir adelante”, puntualizó.