De acuerdo con información difundida por la agencia de noticias The Associated Press, ocho cantantes y una bailarina confesaron haber sufrido un patrón de acoso por parte del intérprete, quien se ha desempeñado como tenor y barítono, y descrito como uno de los mejores cantantes de ópera de todos los tiempos. Otras seis mujeres hablaron de proposiciones sexuales por parte del intérprete, que las hicieron sentir incómodas. A esto se añaden los testimonios de cerca de 30 personas, entre cantantes, bailarines, músicos y personal técnico, que dijeron haber presenciado comportamiento inapropiado de carácter sexual por parte del también director de orquesta. 

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La soprano puertorriqueña Hilda Ramos, quien tuvo oportunidad de interactuar en varias oportunidades con el también compositor, compartió con Primera Hora su asombro sobre las acusaciones hacia quien describió como una persona “simpática”. 

“Definitivamente, esto son unas expresiones muy desafortunadas, porque él es el tipo de artista que trasciende y que es admirado por todo el mundo de la música en general”, expresó consternada la artista puertorriqueña, quien trabajó con Domingo “cuando hicimos aquí la gala en 1996 de CulturArte celebrando los 25 años de la primera vez que Plácido Domingo cantó en Puerto Rico, que ahí pude cantar con Ana María Martínez y Pablo Elvira”. También, cuando se realizó la competencia Operalia en Puerto Rico en 1999. 

Sobre su interacción con el también director de orquesta, solo tiene buenos recuerdos. 

“Gracias a Dios, ha sido muy buena, excelente”, aseguró. 

“Lo único que viene a mi mente y lo único que he escuchado de colegas que han trabajado con él es mucha admiración y muchas cosas buenas”, añadió.

Respecto a la primera oportunidad de colaborar, insistió en que compartió con un artista “muy cordial, muy buen colega. Recuerdo que llegó un poco tarde al ensayo porque acababa de llegar de Estados Unidos y se disculpó”. Años después, trabajó de nuevo con el también productor. 

“Tuve la oportunidad de ser maestra de ceremonia en la última gala del concurso (Operalia). Él también sería maestro de ceremonia. Me relevaría”, recordó. “Llegó muy tarde y muy cansado. Pudimos tener una tremenda conversación backstage (tras bastidores). Me dijo ‘Hilda, lo estás haciendo muy bien. Estoy muy cansado y quiero que lo sigas haciendo, de maestra de ceremonia en la noche final también’. Todo el tiempo que estuvimos hablando era una persona agradable, sin ningún ego”, insistió. 

Por su parte, la actriz Alfonsina Molinari también manifestó sentirse sorprendida por las acusaciones. 

“No tengo la verdad agarrada de la mano. Yo no he estado ahí. No soy quién para negar ni aseverar (las denuncias), pero me da mucha mucha pena que estén surgiendo esas acusaciones porque el ser humano que yo conozco, y la carrera que ha presentado ante el mundo, no tiene nada que ver con esa”, lamentó la también productora. 

“Cuando se realizó Operalia en Puerto Rico fue la primera vez que tuve la oportunidad de conocer al maestro Domingo en persona”, recordó sobre el certamen en el que compitió. “Luego de eso, muchos años después, tuve la fortuna de trabajar con él a través de CulturArte de Puerto Rico y Guillermo Martínez, y tuve la oportunidad de compartir con él en varias ocasiones de trabajo y a nivel social también, y el maestro Domingo siempre ha sido un caballero”, reiteró. 

“Él siempre ha sido una persona, por lo que yo he conocido, sumamente interesado en promover el mundo de la ópera y el talento verdadero. No me puedo imaginar que sea una persona que haya querido avanzar la carrera de alguien o perjudicar la carrera de alguien a base de cualquier tipo de condición que es lo que las acusaciones implican”, enfatizó. 

A través de un comunicado de prensa enviado a The Associated Press, Domingo respondió a las imputaciones. 

“Las acusaciones de estas personas no identificadas, que se remontan hasta 30 años, son profundamente preocupantes, e inexactas tal como se describen”, aseveró el cantante de 78 años, con cinco décadas de carrera. “Aun así, es doloroso saber que puedo haber molestado a alguien o haberles hecho sentir incómodas, sin importar cuánto tiempo haya pasado y pese a mis mejores intenciones. Yo creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consensuadas”, agregó. “Sin embargo, reconozco que las normas y estándares por los que se nos mide hoy -como debe ser- son muy diferentes de lo que eran en el pasado”, añadió en parte de las declaraciones escritas.