“Tocar en la banda es asombroso”, compartió el estudiante Jedsiel Oneill Castillo Rodríguez.

“Tocar un instrumento para mí es todo”, dijo, por su parte, el músico en formación Víctor Israel López Quiles.

“Yo tocaba xilófono, pero como que no era para mí, entonces decidí cambiar de instrumento (saxofón alto) y me sorprendí lo buena que era para esto”, manifestó Jodairis Heredia Heredia.

Estas expresiones provienen de estudiantes de octavo grado que participan del Programa de Música de la escuela William D. Boyce en San Juan. Es un programa que apenas comenzó en septiembre del 2022 por iniciativa de la directora Brendalissa Rodríguez Dieppa y de la maestra Brenda Oramas Irizarry, quien lo ha asumido con un compromiso que trasciende el límite de sus responsabilidades, pues no solo le dedica el tiempo, sino que ha invertido su propio dinero, incluyendo incentivos (premium pay), en la compra de instrumentos para lograr formar la banda.

Eran cerca de las 10:00 de la mañana del pasado miércoles, cuando este diario arribó al plantel escolar, ubicado en la comunidad Las Lomas, para conocer el proyecto musical dirigido por Oramas Irizarry. Llamó la atención que decenas de estudiantes caminaban, corrían, jugaban o descansaban en el patio en una hora en la que ordinariamente estarían en clases. Poco después se supo que no era una mañana regular, pues se habían ausentado seis maestros.

Tal irregularidad contrastó de inmediato con lo que se percibió una vez dentro del salón de música. La banda de 30 integrantes ensayaba para dos importantes presentaciones: la primera, un concierto el martes, 19 de diciembre, en el teatro Emilio Belaval de la Universidad del Sagrado Corazón, y la segunda, y que es motivo de este encuentro, la invitación para presentarse en un evento del proyecto Disney Imagination Campus, de Walt Disney World en Orlando, Florida, entre el 15 y 18 de mayo próximo. Para la ocasión, además de estar en búsqueda de fondos ecónomicos que les permitan realizar el viaje, ensayan 10 temas, nueve de películas de Disney, y una muy representativa de la música popular puertorriqueña: En mi Viejo San Juan.

La maestra Brenda Oramas Irizarry está tan comprometida con el desarrollo y crecimiento de la banda escolar que ha llegado al punto de invertir su dinero en la compra de instrumentos.
La maestra Brenda Oramas Irizarry está tan comprometida con el desarrollo y crecimiento de la banda escolar que ha llegado al punto de invertir su dinero en la compra de instrumentos. (Carlos Rivera Giusti)

“Realmente el formar la banda es un deseo de mucho tiempo. Antes de venir a esta escuela estuve trabajando en Estados Unidos y allá comencé un proyecto de banda, entonces luego me mudo acá y quiero seguir con el mismo proyecto. Obviamente, en el Departamento de Educación no siempre tenemos los recursos que necesitamos para hacer el trabajo, pero, poco a poco, con mi dinero, pidiendo ayuda a otras personas, familiares o amigos, y algunos donativos, hemos ido poco a poco comprando los instrumentos. Incluso, algunos de los estudiantes, por su motivación, pidieron instrumentos para Navidad y así, poco a poco, hemos logrado conseguir los materiales que tenemos hasta ahora”, expuso la maestra, que hace cuatro años se integró a la facultad de la escuela, la cual solo atiende los grados sexto, séptimo y octavo.

Estamos solicitando a todas las personas que nos puedan ayudar, contribuir económicamente para lograr hacer el sueño de llevar a todos estos muchachos para allá (Disney Imagination Campus) y para que disfruten también”

-Brenda Oramas Irizarry, maestra de música

El Programa de Música se inició como parte del currículo escolar y del Proyecto de Refuerzo Académico Extendido (RAE) del Departamento de Educación, y desde entonces el entusiasmo y el impacto en los jóvenes participantes es palpable. Para unos, como Jedsiel Oneill Castillo Rodríguez, quien toca el clarinete, la experiencia le ha servido para conocer el trabajo en equipo.

“Antes no practicaba en grupo y aprendí que trabajar en equipo es mucho mejor que trabajar en solitario”, expresó el estudiante, aspirante a ser un famoso jugador de la NBA.

Víctor Israel López Quiles consiguió la dirección que necesitaba para encaminar sus aspiraciones profesionales. “Me está abriendo las puertas hacia el éxito, porque no tenía muy claro lo que quería hacer cuando grande, hasta que encontré la música, la (Escuela) Libre de Música, el Conservatorio (de Música de Puerto Rico), puedo ser un gran músico. ¡Ojalá pueda tener una silla de la Orquesta Sinfóncia de Puerto Rico! Dios permita”, afirmó el novel flautista.

Ebony Cruz Rodríguez tiene influencias familiares en la percusión, por lo que escogió la caja como su instrumento. “Ha sido divertido, hay muchas canciones que tienen diferentes ritmos, unas van más rápido, otras van más lento, hay cambio de volumen, de rapidez, ha sido una experiencia muy asombrosa poder tocar en una banda”, dijo.

Jeangel Muriel, en cambio, tuvo atracción por los instrumentos de viento desde temprana edad y ahora que ha logrado ejecutar en la música, también ha descubierto que le permite una mayor concentración en las demás clases. “Desde chiquito siempre estaba interesado en la trompeta y llegar a esta escuela con la maestra de música y poder tocar y tener esta experiencia, verdaderamente ha sido único”, indicó.

La exposición a la música ha significado un impacto positivo a nivel académico y en otros aspectos de la vida de los estudiantes.
La exposición a la música ha significado un impacto positivo a nivel académico y en otros aspectos de la vida de los estudiantes. (Carlos Rivera Giusti)

Las gemelas Gabrielis y Jodairis Heredia Heredia tocan el clarinete y saxofón alto, respectivamente. Ambas gustan del género del jazz, por lo que contemplan formar su propia banda. “A mí me gusta mucho la música de jazz, a Gabrielis también, y siempre la estoy escuchando cuando estoy estudiando o en las navidades y siempre he querido tocar música así”, compartió Jodairis.

Rey Dariel Colón García está orgulloso de su desempeño en la trompeta; Yabdiel Sánchez ha comenzado a ejecutar en el saxofón en actividades fuera de la escuela y José Castro Mora todavía se emociona al contar que la primera vez que sopló la trompeta experimentó “una vibración y aire en mi cuerpo circulando”. Saber manejar las respiraciones, confesó, lo ayuda cuando enfrenta alguna situación conflictiva. “Este lugar me ha mejorado y a la maestra le doy un 10, porque es una maestra superbuena”, puntualizó el estudiante.

“Mi meta sería lograr que todas las bellas artes estén en nuestra escuela”

Para la directora, el Programa de Música no debe terminar una vez este grupo de estudiantes de octavo grado se gradúe el próximo junio, al contrario, debe continuar y extenderse a otras disciplinas artísticas así como a la educación física.

“El proyecto debe continuar y debe extenderse a otras áreas. De igual manera, un buen programa de educación física. Tenemos una cancha sin techo; estos muchachos también nos representan en diferentes disciplinas y han tenido éxito. Creo en la escuela pública, en el talento de los estudiantes, en esta comunidad; querer es poder y máximo cuando tengo un buen equipo de maestros, una enfermera (Amanda Rosado Kercadó), que también se montó en el bote, que ha sido la que ha estado con nosotros, tiempo extra, y ha sido nuestra base para lograr lo que hemos logrado en tan corto tiempo”, destacó Rodríguez Dieppa, quien dirige una matrícula de 309 estudiantes.

La directora Brendalissa Rodríguez Dieppa recalcó en la importancia de incluir programas de bellas artes y educación física en las escuelas.
La directora Brendalissa Rodríguez Dieppa recalcó en la importancia de incluir programas de bellas artes y educación física en las escuelas. (Carlos Rivera Giusti)

La directora fue enfática en destacar el compromiso y la autogestión de la maestra de música para echar adelante la banda escolar, cuyos integrantes han mostrado un mayor interés y desempeño a nivel académico a partir de la experiencia artística. “Holísticamente hablando, realmente ellos han cambido y han cambiado para bien”, resaltó.

“Debo recalcar que aquí el compromiso de la maestra ha sido más del cien por ciento, y debo reconocer la entrega y sacrificio de ella, porque hasta utilizó de su sueldo para pagar instrumentos. Sé que ella no quiere que diga esto, pero es la realidad, y reconozco el sacrificio de ella. Sus premium pay fueron en instrumentos para estos muchachos y muchas veces, sábados y domingos, ella estaba por Peñuelas y diferentes partes de la isla, buscando instrumentos, arreglando instrumentos... Los muchachos están donde están gracias a la labor de ella”, puntualizó la directora.

Las personas o empresas que deseen donar para que esta banda escolar logre su objetivo de participar en el evento de Disney Imagination Campus, pueden hacer la aportación a la cuenta de la escuela en Oriental Bank: 1410397954, e identificando que es para el viaje. Se estima que los gastos por cada estudiante son $1,000 para cubrir los pasajes, hospedaje y alimentación para una estadía de tres a cuatro días.