Su voz entró a la radio local y, de inmediato, la compararon con Bebe.

La comparación no se da en el vacío. En el sencillo en promoción, Como tú no hay 2, la voz de Beatriz Luengo se acerca de forma casi idéntica a la de su compatriota española. Y no le molesta, aunque lo ve más por una cuestión de acento.

“Es una artista nueva de esta última generación exitosa que ha dado España, una artista a la que admiro”, comentó ayer, jueves, la novel cantautora, de 26 años de edad.

Bela y sus moskitas muertas es el título de su más reciente propuesta musical, la primera que se mercadea en América.

A lo largo de las 12 canciones contenidas hay sarcasmo, pop, romance, reggae, diversión, folk, crítica, sonidos urbanos, en fin, un viaje musical.

“Quise poner a pensar con una sonrisa”, comentó con humildad.

Esa diversidad es un reflejo de la vida de la artista, casada con el integrante de Orishas, Yotuel Romero.

Debutó a los nueve años en un circo y, desde entonces, el arte dibujó sus aspiraciones.

Un encuentro con el intérprete de música urbana Pitbull la presentó ante el sello Sony en Estados Unidos y nació su nuevo mundo de moskitas muertas, que no son otras que aquellas que con perseverancia cumplen sus deseos.

Su disco incluye colaboraciones con su esposo, a quien se unió hace dos años en Las Vegas; y con el hijo de su admirado Bob Marley, Ziggy.

Con éste grabó He prometido, pero intervienen también talentos que conoció en las calles de Jamaica.