La solemnidad y la tristeza por la partida del cantante Ramoncito Rodríguez se entrelazaron con el ánimo de festejar su legado musical, precisamente, con un sonido similar al de las cuerdas que lo dieron a conocer en el ambiente artístico.

Los restos del fundador del trío Los Andinos fueron expuestos hoy en la mañana en la Funeraria Ehret, en San Juan, donde familiares y amigos resaltaron el valor de su trayectoria, su calidad humana y el amor por las raíces de su tierra. Rodríguez falleció el 15 de octubre a sus 82 años.

Familiares, amigos y colegas de la música acudieron a Funeraria Ehret para honrar la memoria del fundador del Trío Los Andinos, Ramoncito Rodríguez.

Un atril con una foto suya reposaba tras la mesa con la urna de madera que guardaba las cenizas del “Andino Mayor”, adornada con un sombrero del artista. Un set de un juego de dominó, pasatiempo que tanto disfrutaba, y una copa de vino con una botella, complementaban los detalles dirigidos a rememorar sus intereses. En las esquinas, una guitarra y una bandera diseñadas con flores formaban parte del escenario para honrar su memoria.

“Él fue súperespecial”, dijo su hijo Ramón “Machi”, quien junto con Manolo Ruiz forma parte del trío Los Andinos. “Él fue una persona familiar totalmente, por eso están ahí las cosas que a él le gustaban, la música, los dominós, y el vinito. En la sala de casa hay una mesa de dómino montada todo el tiempo, que mami, con mis hijos, mis hermanos, siempre estábamos en esas”, compartió el también productor del trío, quien mencionó que su padre “se fue con mucha paz”.

“Él fue locutor primero, luego fue cantante, compositor. Nos deja muchas canciones. Nos deja más de 60 discos que quedan para la posteridad. Él siempre estuvo activo. Todavía, semanas antes de todo esto, estuvo planificando 60 años del trío, que era el año que viene, en junio”, añadió sobre las intenciones de Rodríguez, quien fundó la agrupación en 1962. Machi destacó que, pese a la ausencia de su padre, seguirán con los planes de presentarse como invitados en el espectáculo de Chucho Avellanet el próximo 30 de octubre el Centro de Bellas Artes de San Juan, que lleva por título La magia de Chucho.

Chucho Avellanet fue una de las figuras del espectáculo que llegó a la funeraria para mostrar sus respetos a la familia.
Chucho Avellanet fue una de las figuras del espectáculo que llegó a la funeraria para mostrar sus respetos a la familia. (David Villafane/Staff)

Su hija Marisol confesó el duelo de su madre, Belén Maldonado, tras 62 años de unión. “No ha sido fácil para ella, por eso ha pedido su espacio”, afirmó. “Mi papá fue un hombre de respeto. Todo el que lo conocía tenía que quererlo. Fue un gran ser humano, tanto en lo artístico como en lo familiar. Me siento tranquila de que le di todo lo que él quería. Tengo el corazón hecho pedacitos, pero fortalecida porque nos enseñó en una base de tener a Dios en nuestro hogar. Triste, pero mejor celebramos la vida de mi papá”.

Juan Carlos, su otro hijo, no pudo evitar la emoción al expresar que “nos enseñó a ser humildes y a ayudar a todo el mundo sin mirar a quién. Eso lo atesoro en mi corazón”.

Por su parte, el cantante Chucho Avellanet rememoró los inicios de una amistad que se fortaleció con el paso de los años. “Lo voy a recordar como la primera persona con la que yo canté”, afirmó sobre el también compositor, a quien conoció cuando él cursaba su escuela superior, y Rodríguez laboraba en una emisora de radio. “Él era un muchacho bueno, religioso, se dedicó a su familia”, resaltó.

José Raúl Marrero, líder de Los Cantores de Bayamón, destacó los lazos que lo unieron al fallecido artista. “Fue mi padrino musical. En 1992 descubrió nuestra agrupación. Lo conocí como una persona de sabiduría, fue un gran maestro”.

El periodista Jorge Rivera Nieves también expresó sus condolencias. “La huella que deja Ramoncito es una huella profunda. Deja un legado sólido, enorme”, dijo. “Practicaba los principios éticos y morales por su conducta, un ejemplo cristalino. Un gran ser humano, en lo personal”.

El salsero Sammy Marrero hizo referencia a la amistad de muchos años que lo unía al fallecido cantante. “Era un gran amigo. Al morir Raphy Leavitt me dijo ‘vamos a ayudarte a cantar, en tríos, en lo que sea’. Le daba muchos consejos a los músicos”.

Durante el tributo musical, la interpretación de El buen amigo, por José Raúl, de los Cantores de Bayamón, fue uno de los momentos más emotivos entre los presentes, acompañado por Mapeyé. La cantante Yesenia Cruz y el intérprete Eduardo Villanueva también se unieron al homenaje.

El público tendrá la oportunidad de expresarle su último adiós hoy hasta las 5:00 en la Funeraria Ehret, y el lunes, a partir de la 1:00 p.m. en el Teatro Yagüez, donde los restos del mayagüezano serán expuestos. El sepelio, al que tendrán acceso solo familiares y amigos, será en el Cementerio Municipal de Arecibo en una fecha que prefirieron no revelar.

Además de la viuda y sus tres hijos, a Ramoncito Rodríguez le sobreviven seis nietos.