El disco Desafiando la gravedad estaba listo para comenzar su ciclo de promoción cuando la fama le llegó al piloto Willie Morales antes de lo esperado. El famoso vídeo viral en el que se le ve cantando a los pasajeros de un vuelo de Fort Lauderdale a San Juan lo ha hecho célebre en medio mundo y un rostro conocido en la calle. 

“Al principio no lo podía creer y me sentía un poquito abrumado. Es chévere, porque a mí me gusta confraternizar, yo soy bien alegre y me gusta hacer amistades”, explica el “Piloto de la Salsa” sobre la reacción de mucha gente cuando lo reconocen. “En una ocasión iba guiando y en un semáforo una señora me reconoció, bajó la ventana de su carro, me miró y señalándome me preguntó si yo era el piloto cantante”.

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 Willie se encuentra en la Isla promocionando su primer disco, una producción con 12 números sabrosos que evocan la salsa gorda de antes, con mucha moña y swing. Y no es para menos. El repertorio incluye números de la autoría de Johnny Ortiz, uno de los compositores más versados del género, autor de clásicos  como Catalina la O, Busca el ritmo o El hombre increíble; así como arreglos de Ernesto Rivera,  Johnny Vega, Pablo “Chino” Núñez;  y con  músicos del calibre Nelson Jaime “Gazú”, Víctor Jaime “Piolín”  o Aris Martínez. 

Pero entre vuelo y vuelo, grabar el álbum le resultó más arduo de lo que pensó. 

“Verdaderamente pensé que esto era un fly al pitcher, como decimos nosotros. Pero no. Aquí hay casi tres años y medio de trabajo. Esto es algo que toma tiempo. Hasta ahora, a las personas, en su mayoría, les ha encantado el álbum. De hecho. los otros días llamé al maestro Johnny Ortiz  y  medijo ‘ese álbum... todo el mundo esta hablando bien de ti. No hay ni un tema  que yo diga que está mal’, y venir eso de Johnny Ortiz pues me sentí... desafiando la gravedad, eleva’o”, aseguró entre risas. 

Por ahora promociona el tema Si se acabó el amor, un tema romántico, pero bien bailable, hecho a la medida de los mercados de Sudamérica como Colombia o Perú, donde ya suena con fuerza.  Pero igualmente, su música ha entrado en Costa Rica, Panamá, Argentina y hasta Chile, además de ciudades en Estados Unidos como Dallas, Nueva York, Tampa, Huoston y Oklahoma.

“En Estados Unidos se está moviendo muy bien. De hecho, tengo un amigo en una estación de Kissimmee que me dice que el tema Sueño de un borincano, lo tiene que poner entre tres y cuatro veces en su programa”, indica el también percusionista, un hombre  campechano de sonrisa fácil.

Precisamente ese número es el que se le escucha interpretar en el vídeo viral. 

“Esa canción que canté en el avión, Sueño de un borincano, nos toca a todos por el mensaje, inclusive a personas de otras nacionalidades. Cualquier persona que vive en otra tierra y añora regresar a su país... Así que he recibido correos de puertorriqueños pero también de gente de muchas nacionalidades”.

Después de muchos años dedicado a la aviación, cuenta el Piloto de la Salsa que hace cuatro o cinco  años en Huoston, Texas, donde reside, lo invitaron a pertenecer a un grupo de salsa. Entonces, por su trabajo, no pudo dedicarle el tiempo que hubiera deseado y “para no quedarles mal” decidió salir de la banda. La experiencia, empero, abrió nuevamente la puerta a aquel amor y pasión por la salsa que cultivó de joven. 

Y es que  Morales, primo del “Niño Bonito de la Salsa”, Ismael Miranda, se desarrolló en la música desde joven luego de que la familia se radicara en Añasco, después de que su padre se retiró. 

“Cuando yo llego de Chicago, que papi se retira, llego al pueblito de Añasco en el 1976, cuando la salsa estaba en todo su apogeo. Allí todos los panitas míos y sus familiares tenían sus instrumentos y los rumbones de barrio... eso era a cada rato. Y yo tocaba bongó, conga y, pues, hasta que me puse a cantar y entonces los muchachos me dijeron ‘dale el bongó a éste y trépate ahí a cantar’. Y por ahí fui creciendo”, rememoró quien estudió en la escuela libre de música de Mayagüez y cantó en varios grupos del área antes de cambiar el micrófono por los timones aéreos.

Ahora, en una nueva etapa profesional que le permite más flexibilidad, Willie Morales tiene más tiempo para la música. Y además de  dedicarle esfuerzo al disco, ya se prepara para empezar con presentaciones en vivo. 

“Ahora mismo tengo contactos. Por ejemplo, si estoy en Houston tengo contactos de músicos y puedo hacer una orquesta y en cuestión de menos de una semana ya estamos ensayando. Viajo con los papeles (arreglos musicales) y donde esté ese contrato ya me tienen una orquesta”, indica quien no descarta una presentación próximamente en su Añasco querido.

Willie está claro de su amor por la salsa, pero la aviación pesa mucho en la balanza. Todavía no piensa en el momento que tenga que decidir. Por ahora se esta “curando”, agradecido de que “como puedes ver, el disco Desafiando la gravedad es un sueño hecho realidad”.