El hecho de que Madonna haga una gira mundial de conciertos en el marco de cada disco no es novedad. El pasado 17 de septiembre, tras lanzar el álbum Madame X, inició en Nueva York una serie de presentaciones con dos variantes. Todas serán en teatros y no en estadios. La otra es que por primera vez ella no permite que el público use celulares o dispositivo alguno que tome fotos y vídeo. 

“Este evento será una experiencia sin teléfono. Después del proceso de escaneo de las entradas, todos los teléfonos y relojes inteligentes estarán asegurados en bolsas especiales que se abrirán al final del evento”, lee parte del aviso que recibe las personas tras comprar su boleto.

Esta prohibición marca un precedente entre Madonna y su audiencia, por lo que la prensa internacional le prestó mucha atención a la noticia.

Sin duda, deben haber sido muchos los sorprendidos e inconformes con su decisión. Algunos detractores no tardaron en acudir a las redes sociales para tildarla de autoritaria, instransigente y hasta egoísta. No obstante, esta situación luce más como una medida remediativa que otros artistas han adoptado antes y que, en el caso de Madonna, puede tener más de un significado.

Por un lado, se entiende el celo que pueda sentir un artista por preservar el elemento sorpresa de lo que tiene preparado sobre el escenario. La experiencia nos dice que a los pocos minutos de un cantante terminar su concierto se consiguen múltiples grabaciones que los fans han publicado en las redes sociales y YouTube. Sin embargo, Madonna viene dando señales de cierta apatía hacia los teléfonos portátiles.

“Cometí un error cuando les regalé a mis hijos mayores sus celulares a los 13 años (…) Terminó mi relación con mis hijos, de verdad. No completamente, pero se volvió una gran parte de sus vidas. Se inundaron demasiado con imágenes y empezaron a compararse con otras personas, y eso es realmente malo para la autoconfianza y el crecimiento”, expresó Madonna recientemente a la revista Vogue.

Para una experiencia distinta

Por otro lado, durante los pasados años hemos visto un patrón de artistas que se muestran intolerantes al hecho de que tantas personas prefieran grabar sus presentaciones en lugar de enfocarse y disfrutar de lo que ocurre ante su mirada. En la web hay vídeos de una presentación que tuvo la banda Guns N’ Roses en 1991 y se muestra cuando Axl Rose, su vocalista, literalmente salta del escenario para caerle encima a un fan que lo filmaba.

Así mismo, hay evidencia grabada del momento cuando la cantante Adele detuvo en 2016 un concierto en Italia para llamarle la atención a una fan. “¿Puedes dejar de grabar con esa cámara de vídeo? Porque estoy aquí en directo y puedes disfrutar el concierto en la vida real, mejor que a través de tu cámara”, le dijo sin reparo alguno. 

Equivocado es pensar que esto no ha ocurrido con artistas latinos. Hace tres años, en Argentina, el cantante Andrés Calamaro, tras notar el mar de celulares que cargaba el público, ofreció parte de su concierto de espalda como señal de protesta. 

Si bien es entendible el deseo de tantos fanáticos por compartir con imágenes la experiencia que viven frente al artista que admiran y guardar un recuerdo de ello, hay que pensar también, por ejemplo, en la molestia que esto puede causar en otros asistentes que también pagaron su boleto y se les obstruye el campo visual. Y asunto complejo de análisis viene a ser hasta qué punto los fanáticos que graban y toman fotos violentan con las imágenes que comparten los derechos creativos exclusivos que tenga la producción.

Ellos lo lograron

¿Cómo se logra que miles de personas en un mismo lugar no tengan acceso a sus celulares? Ahora es fácil. Todo el crédito lo merece Graham Dugoni, un empresario que desde 2014 inventó una tecnología muy sencilla. Se trata de un estuche o bolso pequeño confeccionado con neopreno, un caucho sintético, que incluye un microchip. Cuando las personas entran al evento tienen que depositar sus dispositivos en el estuche, el cual no es posible abrir hasta que al final de la presentación sea desactivado por una máquina. El télefono sigue prendido, pero a la persona se le hace imposible interactuar con él. 

“Cuando traes un teléfono celular a un concierto, por ejemplo, eso altera la experiencia, no solo para ti, sino para todo el mundo. Hay que crear estos espacios (libres de teléfonos) en la sociedad en general”, dijo Dugoni a la BBC en 2016.

¿Pasará aquí? 

Todo apunta a que el uso de los estuches para inhabilitar los dispositivos se va volviendo una tendencia, por lo que no debe extrañar que cada vez sean más los artistas que recurran a esto. Todavía en Puerto Rico no ha sucedido, pero la pregunta que a todas luces sale a relucir es ¿cuán receptiva puede estar la audiencia local para disfrutar de un concierto con sus celulares atrapados en un empaque?

En Puerto Rico, aún no hay precedente,no hay registros de artista alguno que se haya presentado con la restricción de los celulares. No obstante, los productores están sujetos a seguir las directrices de los cantantes, al menos así lo expresa Francisco “Paco” López, quien es hoy día uno de los más activos en la escena local.

“Como productor tengo que respetar las especificaciones del artista”, sentenció en declaraciones a Primera Hora. “Es una decisión que toma el artista y nosotros tenemos que seguirla. En ese caso, habría que informarlo primero y que la gente decida si compra o no el boleto”.

López es consciente de que la moneda tiene dos caras.

“Entiendo también que muchos fans quieran tener recuerdos de esa noche especial. La gente a veces ahorra para comprar su boleto y es su decisión si quieren grabar para después tenerlo y verlo. Eso es algo muy personal”, dijo, no sin agregar que la dinámica de grabar y tomar fotos con los celulares se sale por mucho de los espectáculos.

“Los celulares están presentes hasta en las cenas y momentos familiares”, agregó.

El productor explicó que entre los tantos conciertos que ha presenciado fuera de Puerto Rico todavía no ha estado en ninguno donde el artista prohíba el uso de celulares. 

Tampoco ha escuchado a ningún artista quejarse sobre la dinámica de tantos fans cuando graban y toman fotos.

Respecto al estuche que inhabilita los dispositivos, López no tenía conocimiento de que existieran. Sin embargo, tras enterarse de cómo funcionan le parece una idea “brillante”.

Lloverán las quejas

Si alguien conoce bien cómo se comporta la audiencia boricua en los conciertos es López, quien desde 2002 empezó a producir eventos en diferentes arenas por la Isla y desde 2007 ha presentado cerca de 60 espectáculos en el Coliseo de Puerto Rico. “La fanaticada boricua es bien exigente. Espera producciones grandes, con muchos elementos sobre la tarima y que el artista incluya invitados”, continuó.

“¿Cómo crees que reaccionarán si un artista se presenta aquí con la restricción de los celulares?”, preguntamos. 

“Pienso que cuando pase van a llover las críticas. El público de Puerto Rico está acostumbrado a usar sus celulares en estos eventos. Le costaría trabajo asimilarlo”, concluyó el responsable de producciones locales con artistas como Wisin & Yandell, Marc Anthony, Ricardo Arjona, J Balvin, Maluma, Natalia Jiménez y Maná, entre muchos otros.