Cultura Profética dulce y melódico en el Anfiteatro - Ve fotos y vídeo
El grupo presentó su concierto La dulzura en el anfiteatro Tito Puente.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Como una nube de humo se difuminó la energía melódica de Cultura Profética la noche del sábado entre la multitud que presenció su concierto La dulzura en el anfiteatro Tito Puente, en Hato Rey, San Juan.
El grupo, caracterizado por la suavidad en su rítmica de reggae y la aspereza en sus líricas de contenido social y político, inclinó un poquito más la balanza hacia el amor y el desamor de su más reciente disco, titulado igual que este espectáculo. Este proceder fue muy bien recibido por los espectadores, quienes, con sus coros, demostraron conocerse al dedillo ese álbum.
A las 10:45 de la noche, un alarido estalló entre los miles de rostros de jóvenes cuando se empezaron a montar en la tarima el bajo de Willy Rodríguez, la batería de Boris Bilbraut, el teclado de Juan Carlos Sulsona y las guitarras de Omar Silva y Eliut González.
Tras exhibir un vídeo en el que se resumían en viñetas los 14 años de trayectoria de la banda, las primeras notas de Rimas pa’ seducir pusieron al hacinado público a virar su espalda de lado a lado como un cuchillo de plástico que se ha expuesto muchas horas al Sol, al tiempo que las sonrisas se multiplicaban.
“Hemos estado aquí muchísimas veces, pero uno nunca deja de sorprenderse gracias a ustedes”, expresó Willy, el apuesto vocalista y bajista, ante la emocionada audiencia, que dejó el recinto sin cabida para una persona más.
El éxito radial más reciente de Cultura Profética, La complicidad, convirtió a los espectadores en coristas, aunque jamás tan armoniosos como las chicas que acompañaban a Willy en las vocalizaciones.
Un popurrí de Enyoyando, Con truenos y Despertar anunció que el baúl de canciones añejas estaría semiabierto para dejar esparcir partículas de la crítica poética de la banda. Los fanáticos siguieron verso por verso estos temas mientras se mostraban en tres pantallas gigantes imágenes de Pedro Albizu Campos y otras figuras claves en la defensa del ideal político que busca la independencia para Puerto Rico.
El resto del show se sorteó entre arreglos melódicos como los que embistieron los números Del tope al fondo; Mr, Swin’; La espera, que incluyó guitarra actústica; y En la oscuridad, engalanado con el arpa.
La intervención vocal de Boris, por otro lado, fue determinante en Somos muchos, Tempestad tranquila, Amante luz y Preciosa, esta última junto con el Willy.
Las interpretaciones, algunas con arreglos novedosos, incluyeron además Para estar, Borikén, Bocanada, Ilegal, Me faltabas tú, Verso terso, Nadie se atreve y otro popurrí compuesto por Un deseo, Inspiración, Sube el humo y Fruto de la tierra, con el que pondrían fin a cerca de dos horas de dulce musical, aunque la cita era para las 8:30 de la noche.
Rudos con invitados
De hecho, desde las 7:00 hubo en la tarima entretenimiento gracias a las mezclas de Dj Velcro y las bailarinas de bellydance con las que la academia Beyond Dance Studios promocionó sus servicios.
La nota lamentable del espectáculo ocurrió cuando, desesperados por que llegaran ya los integrantes de Cultura Profética, los seguidores de esta agrupación abucharon y rechazaron con un fuerte “¡No!” a otros intérpretes de reggae roots en inglés y créole provenientes de las Islas Vírgenes, luego que éstos se desbordaran echándole flores a Puerto Rico y hasta dedicándole canciones a este país.