Minutos antes de que pisaran el mítico escenario del Luna Park, en Buenos Aires, los integrantes de Cultura Profética sabían que la lista de canciones era extensa, pero nunca imaginaron que la energía del público  los mantendría en la tarima por tres horas y 40 minutos.

El cantante y bajista de la banda puertorriqueña de reggae, Willy Rodríguez, confesó que, antes del encuentro con sus seguidores argentinos, estaba aterrado porque quería que el espectáculo quedara perfecto.

Dijo que los distintivos coros del público argentino –similares a los que interpretan en los estadios de fútbol– les anticiparon que la noche del jueves sería mágica. Y, seguramente, lo fue porque los músicos perdieron la noción del tiempo. Según describió el músico, era como si él, junto con Eliut González (guitarra), Boris Bilbraut (batería), Omar Silva (guitarra) y Juan Carlos Sulsona (teclado), hubieran rebasado una puerta que los llevó a otra dimensión, en la que sólo existían la música y el público.

“Estaba bien nervioso, pero no por la gente, sino porque grabamos el concierto. Es algo que queremos para la posteridad. Tocamos por tres horas y 40 minutos, perdimos la noción. Queríamos complacer a nuestros seguidores con canciones que no solemos hacer en vivo”, dijo el artista sobre composiciones como Verso, Días intensos y Lo de más. 

“El papel protagónico sin duda lo tuvo el público, que hizo que la experiencia fuera maravillosa. Si no hubiesen estado tan prendidos, quizás, no hubiésemos hecho la lista completa. La gente coreó casi todas las canciones. Fue bonito escuchar cómo aplaudían en una frase específica porque estaban pendientes a lo que decía la canción. La respuesta era directa”, agregó en entrevista telefónica el músico, quien interpretó además los temas Ideas nuevas, ¿Qué será?  y Revolución en estéreo. 

Willy Rodríguez se saboreó cada minuto del espectáculo, pero reconoció que uno de los instantes que más disfrutó fue el segmento acústico. “En el espacio acústico comenzamos con La espera, Días intensos y luego Árboles. Me encantó ver a Boris salirse de la batería y cantar Árboles de la manera más simple. En ese momento, salí de la escena y estaba como espectador y, la verdad, era impresionante”, mencionó sobre el segmento que cerró con No me interesa, tema que inició en versión  acústica y luego “siguió creciendo hasta terminarla como es”.

El espectáculo, en el que además interpretaron los temas de su última cosecha, La dulzura, se grabó en alta definición con el fin de publicar un  devedé antes de que culmine el año. Para los músicos, este concierto es especial porque marcó la celebración de sus 15 años de trayectoria. 

Aunque el público puertorriqueño es distinto, y lo quieren complacer  como hicieron  con los argentinos, el bajista adelantó que el espectáculo a principios de noviembre en el estadio Sixto Escobar, en San Juan, tendrá elementos similares.

Tan pronto culminó el show en el legendario centro cultural argentino, Cultura Profética tomó una guagua por 14 horas para trasladarse a la provincia de Neuquén, donde tendría un concierto ayer, viernes, con Ky-Mani Marley. 

Los músicos permanecerán en suelo sudamericano hasta el 26 de septiembre. Realizarán  conciertos en San Juan, Mendoza y La Plata. En esta última presentación compartirán tarima con la banda argentina Los Cafres, que ha sido esencial para el romance entre Cultura Profética y los argentinos desde finales de los 90.

Los artistas también tendrán otras funciones en Buenos Aires en el Teatro Flores, La trastienda y Groove.