Luego de estar la pasada semana en una intensa gira mediática, dando entrevistas mientras atendía a la prensa escrita, radial y televisiva, en las que informaba sobre los pormenores de su concierto Domingo Quiñones: 45 años de música, espectáculo musical que se llevó a cabo el pasado domingo en horas de la tarde en el Coca-Cola Music Hall, algunos pudieron pensar que la garganta y cuerdas vocales del que apodan ‘el más que canta’, se podían ver afectada. Después de todo el cantante ya se pasea entre las seis décadas de vida, cuatro y medio de ellas, en las tablas.

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Pero, nada más lejos de la verdad.

El salsero nacido en New Jersey, y que vivió desde los cuatro hasta los 14 años entre Ceiba y Yabucoa, la puso “en la China” el pasado domingo, mientras deleitó a un público muy especial que se dio cita en el Coca Cola Music Hall. El lugar, ubicado en el área sanjuanera llamado Distrito T-Mobile, se llenó de tepe a tepe en la parte plana del ‘venue’, la mayoría fanáticos salseros del cantante entre las edades de 50 a 60 años.

Resumir 45 años de trayectoria en algunas tres horas de concierto, con cerca de 30 temas de gran impacto en la población salsera local e internacional, presentados a través de 10 álbumes como solista, no es ‘cáscara de coco’. Es imposible.

Aquí no hay libretos, no traje escrito un mensaje como tal, este concierto es orgánico.

-Domingo Quiñones

Y el poeta y guerrero que habita en Quiñones supo y sabe reconocerlo. Por eso, el enfoque de su espectáculo fue un transitar. Cantó 19 éxitos. Un recorrer un camino, con temas que marcaron su carrera desde sus inicios, para darle ese gusto a su público, que lo aplaudió a rabiar y en momentos cantó con él y participó en sus coros, asunto que agradeció de muy buena manera el cantante.

Domingo quería darle un regalo a su fanaticada. En sus presentaciones, de alrededor de 45 minutos y/o hora y 15 minutos, en fiestas patronales y festivales, la gente de ordinario, le grita “otra, otra, otra”, pero por razones de tiempo, en realidad no podía complacerlos. Por eso, le surgió la idea de celebrar sus 45 años de trayectoria y poder cantar a gusto y gana.

El concierto comenzó algunos minutos pasada ya las 5:30 de la tarde. Una orquesta muy aceitada y con un coro súper afinado, dirigida por el joven pianista y compositor Carlos García, le hizo un molde perfecto a Quiñones, cuyo metal de voz, sus altos y su terciopelo en su fraseo, se manifestó de forma muy balanceada y consistente a lo largo del musical.

Tras comenzar a ‘guerrear’ con un tema introductorio, corto, en donde elogiaba a Puerto Rico y su gente, Domingo, puso a gozar al público con el tema Chica Romántica y de inmediato dejó claro que su potente voz y su pasión interpretativa, sería el marco del cuadro a lo largo del evento. Si Chica Romántica marcó el inicio musical del concierto, también fue el inicio de ‘la pesadilla’ para Quiñones, quien ni corto ni perezoso, le sacó chispa a la situación. Y es que tan pronto tiró par de pasitos de baile, los pantalones se le bajaban. En eso de vestir bien, galante, con gusto, Domingo no falla en sus presentaciones. El domingo no fue la excepción, pero es que “escogí mal la correa del pantalón, y me los tengo que subir a cada rato”, dijo entre risas, que el público también copió. Esa lucha con el pantalón lo acompañó a lo largo del espectáculo.

El espectáculo en el que cantó a gusto y gana para celebrar su trayectoria, se llevó a cabo en el Coca-Cola Music Hall.

Chica Romántica, -de inmediato la gente hizo coro con el tema-, recuerda que Quiñones fue parte del aquel momento en los 90 en que la salsa romántica, erótica y para algunos otros ‘monga’, plantó bandera por estos y otros lares. Claro está, o se montaba en la ola, o el marullo se lo tragaba. Y es que Domingo supo evolucionar. No una, muchas veces, y apueste a que lo seguirá haciendo. Desde los 14 años, le gustaba la salsa dura, la rumba. Eran los años finales de la década del 70 y entonces, a mediados de los 80, luego de algunas experiencias cantando con Rafael de Jesús y con José Alberto ‘El Canario’, las puertas de la orquesta de Luis ‘Perico’ Ortiz, se le abrieron. Con Ortiz trabajó en cuatro álbumes, y por vez primera su voz se escuchó con fuerza y consistencia en la radio de Puerto Rico.

El tema Poeta y Guerrero fue muy acogida por el público. “Esta canción dicta mi vida”, dijo, antes de interpretarla. Quiñones, quien grabo su primer ‘solista’ en 1990, no esconde su pasado, su lucha con la adicción a las drogas. Es ese un gran marco de referencia en su vida y sus canciones. Una de las favoritas del público, el tema Tú cómo estás, fue recibido con vítores. Ya algunas parejas, y hasta solitarios y solitarias, bailaban en los pasillos. El sonido en el auditorio sonaba perfecto y el matiz de voz de Quiñones controlaba el ambiente. Los vientos de la orquesta: dos trompetas, dos trombones, un saxofón alto, esto sumado a una percusión y sonido rítmico bien llevado y marcado, eran el complemento ideal para que el cantante se luciera.

Luego cantó el tema Soy y acto seguido Enséñame, éste último en clara alusión su fenecida señora madre, Carmen Arroyo Flores, punta de lanza en la vida del cantante.

Desde inicios del concierto, en la pantalla ubicada detrás de la orquesta, fotos variadas de la trayectoria del cantante, acompañado de figuras del mundo salsero artístico, se mostraban al público.

Cantante, compositor, actor, productor, entre otras cosas, Quiñones posee varias variables que lo destacan entre muchos de los cantantes del género llamado salsa. Buena dicción en español, hilvana un tema en concreto, sabe llevar un mensaje, tiene un inglés de buen fluir, carisma, pasión al cantar y además le agrada al público desde que abre la boca. Casi na.

Hay que recordar que ha hecho cine y ha estado en obras musicales de gran impacto a nivel local e internacional . Hay un punto que suma en la carrera de Quiñones. Puede interpretar éxitos de otros grandes de la salsa, y les da su toque y encanto especial, y vende muy bien su producto al público.

Anoche, Quiñones, le fue claro a su gente. “Aquí no hay libretos, no traje escrito un mensaje como tal, este concierto es orgánico”, dijo, como queriendo dejar ver que las cosas allí fluían al natural.

Luego en un respeto al fenecido maestro Roberto Roena y su Apollo Sound, Domingo interpretó el tema El Progreso, todo un éxito en la voz de Carlos Santos con Roena. Y la versión de Quiñones también sabe buena. Así mismo, Domingo ha cantado temas de Ismael Rivera, “Chamaco” Rivera, Lalo Rodríguez, entre algunos, y le ha puesto su propio sello particular.

A los 60 años y con muchas fiestas patronales, festivales, conciertos y jolgorios en las costillas, amén de las participaciones que ha hecho, haciendo coro para otros artistas y/o grabando a dúos con ellos, se puede afirmar que la voz potente de Quiñones no ha perdido esa fuerza, tiene impacto, cala hondo.

Dueño de un fraseo muy particular al ejecutar sus soneos salseros, Domingo tiró un recital cuando interpretó el tema Salsumba, el mismo que grabó en el afamado disco número 100 de Tito Puente y que tanta fama le trajo. Aquí, en este tema, Quiñones dio muestras de su habilidad para sonear y cantar encima de los coros. Además sirvió para que la parte gruesa de la percusión, ejecutara solos con sus instrumentos que fueron del agrado del público. Entonces, en el marco del mismo tema, Domingo sorprendió tocando las congas, y aunque dijo tener “manos de Barbie”, a la verdad que su ejecutoria convenció a muchos, los cuales aplaudieron.

Con el tema En el mismo barco, Quiñones se hizo acompañar de Gilberto Santa Rosa, Luisito Carrión y el pianista Carlos García, para llevar un mensaje positivo al público. Con el trompetista Luis “Perico” Ortiz, interpretó el famoso tema que le abrió puertas en la radio local, Río Abajo, en donde Ortiz hizo un eficiente solo de trompeta, además de acompañarlo en la canción y en el coro.

Domingo no se olvidó de los salseros y músicos que han ido a morar fuera de este plano celestial en los pasado dos años. “Se nos han ido muchos”, recordó. A uno de ellos, su gran amigo, Lalo Rodríguez, a quien Quiñones describió como un artista con una voz ‘única’, irrepetible, cantó en su honor el tema Deseo Salvaje, que compusiera Rodríguez y grabara con Eddie Palmieri, siendo un adolescente. Luego, con Luisito Carrión, cantaron el icónico tema de Lalo, Ven Devórame otra vez, en versión balada. Fue un momento sublime, tal vez largo y que bajó el tono del concierto, pero ambos cantantes lo vivieron y lo sufrieron, en honor a Lalo. Domingo no pudo evitar llorar.

A lo largo del concierto, Quiñones interpretó 19 temas. Finalizó con, A que no te atreves, Se necesita un milagro, Pasarás al libro del recuerdo, Lo reconozco y No voy a dejarte ir.