Martínez es el segundo apellido de Eduardo Cabra. Es también el segundo y último álbum que graba con su propia voz. Así como se despidió de Visitante con el disco “Cabra”, ahora dice adiós a la interpretación desde “Martínez”.

Han sido dos trabajos discográficos que quiso y hasta necesitó hacer. Con el primero le tocó enfrentarse al desafío de cruzar la línea del músico hacia el vocalista, y con este segundo quiere cerrar ese ciclo al lado de un diverso grupo de colaboradores con quienes quiso reconectar, y en el caso de De la Ghetto, tener una primera colaboración. Lo común entre ambos proyectos es que con ninguno logró visualizarse como cantante.

“Nunca me he considerado intérprete, aunque en ‘Cabra’ sentí esa presión de meterle brutal. Ya como que hice el check, siento que era algo que quería hacer, que tenía que hacer. (Pero) yo soy productor full time, eso es lo mío, y ya lo hice. No significa que no quiera defenderlo en el escenario, yo quiero treparme y tocarlo, pero la cuestión de la composición y la producción para mí es algo que disfruto un montón, el trabajar en equipo, y voy a seguir metiéndole. Prefiero seguir alimentando ese monstruo de la producción”.

La intención detrás de “Cabra” la logró. No solo porque rompió el hielo entre el compositor/productor y el intérprete, sino porque consiguió despegarse de la etapa bajo el seudónimo de Visitante (Calle 13) empoderando sus apellidos.

Cuando me tiro pa’ la calle la gente me dice Cabra, ya no me dicen Visitante, y eso me parece bien cabrón, me parece un logro brutal, porque realmente necesitaba esa limpieza que empezó en el primer disco de ‘Cabra’ y que seguimos trabajando ahora”

-Eduardo José Cabra Martínez, compositor y productor

“Martínez” se presenta a dos años de “Cabra” con una colección de ocho temas, incluido uno instrumental de unos 10 minutos, Karaoke #1. En una explicación simple del artista, el álbum recoge sus perspectivas sobre las cosas que le rodean, y eso puede ir desde “el trambo digital” o la competencia por brillar desde las redes sociales hasta realidades más profundas y reflexivas como la muerte.

“El hangover de ese proyecto (Cabra) fue bien heavy, entonces seguí con producción -que nunca he parado-, y después dije, ‘si no es ahora, no es nunca’. Y en febrero empecé a meterle en tiempo récord, empecé a conectar con los featurings y a seguir con la composición, la producción, y entiendo que ‘Martínez’, al final, el resultado era lo que pienso de las cosas que nos rodean: la industria, la relación, la muerte, que en los últimos tres años la muerte como que se ha acercado por familiares y amigos”, detalló.

El álbum, bajo su propio sello, La Casa del Sombrero, es coproducido por Sebastián Otero y tiene la marca ecléctica que define el trabajo creativo de Cabra desde los tiempos de Calle 13.

“Seba siempre ha escrito brutal; obvio, que esto fue un trabajo en equipo donde cada temática se debatía. Aunque él estaba agarrando el lápiz, yo era el que estaba empujando y tratando quizás de complicar el cuestionamiento un poco y tratando de llevar esas letras a un lugar donde me sintiera cómodo”, abundó el músico, escoltado por imágenes inviduales de Los Beatles.

Musicalmente mezcla estilos como la rumba afro cubana, el pambiche, funk brasileño, sonidos 8bit para evocar los videojuegos de la década de 1990 y sintetizadores, además de integrar elementos instrumentales de la música tradicional, como el tres cubano. Los títulos le inyectan cierto humor al repertorio al conectar con el lenguaje cotidiano/callejero local: Un trambo (Cabra & De la Ghetto); Sentido pésame (Cabra & Yuba Iré), Toco madera (Cabra & Ámbar Lucid y Sebastián Otero), No eres tú, soy yo (Cabra & Elsa y Elmar), Sonido bestial (Cabra & Vicente García), Lloripari (Cabra & Letón Pé), Tiro pa’lante (Rodrigo Cuevas) y Karaoke #1 (instrumental).

Para el multiganador de premios Grammy y Latin Grammy, la producción es su esquina creativa. Ahí es donde más cómodo está, pero desde ese lugar busca que los proyectos que lleven su firma marquen un camino musical distinto.

“La razón principal por la que me meto en un proyecto no es por los likes, no es por los views, es tratar -aunque parezca una paja mental- de promover un cambio en algo y que la persona se sienta cómoda”, manifestó. “Es tratar de irnos por el lugar, por donde nadie se va. ‘Trambo’ es un pambiche que tiene su música electrónica medio bailable, pero se escucha raro, no es el sonido del momento, entonces trato de buscar esa esquinita. Con lo mío tiendo a tirarme un poquito más dark y un poquito más raro, pero con las personas con quienes trabajo, ese ingrediente está”.

Soy adicto a estar consumiendo noticias, cosas de música o cosas de política, pero esta cuestión de estar pompiando tu imagen, (no)”

-Eduardo Cabra, compositor y productor

Eduardo Cabra trabaja en la producción de cuatro álbumes, uno de estos del asturiano Rodrigo Cuevas, un artista sobre el que hay que posar la mirada, dijo. Lo que se conozca de su trabajo artístico en adelante será por lo que lleve su firma de productor. Ese es el lugar desde donde mide su éxito.