Para el último concierto que Bad Bunny ofreció en Puerto Rico en marzo de 2019, Raymond, un joven de 26 años que no quiso decir su apellido, tuvo que conformarse con ver el espectáculo a través de una transmisión en su celular, pues estaba trabajando.

En esta ocasión, quiso asegurarse de que no se pierde nada, y fue el primero que llegó esta mañana a las puertas del estadio Hiram Bithorn para el primero de los dos conciertos que el artista dará esta noche: “Estaba a las seis de la mañana en el portón”, dijo.

“Quería tener la experiencia completa”, añadió el joven, quien asegura que no idolatra a Bad Bunny porque “yo no idolatro a nadie”, pero que le llenan de orgullo sus logros.

Raymond sostuvo que se identifica con el intérprete por ser de la misma edad, por haber crecido con las mismas experiencias con la música y el arte y porque cree que Bad Bunny logró una gran fusión de diferentes influencias musicales.

El joven natural de Juncos y quien trabaja como artista gráfico se levantó a las 4:30 a.m., preparó un bulto con comida, agua y otros víveres y se sorprendió al encontrarse solo cuando llegó a las puertas del estadio en la avenida Roosevelt, en Hato Rey.

Una hora después de Raymond, llegó Héctor Rivera, de 28 años, desde Naranjito y quien no oculta que su devoción por el llamado Conejo malo no tiene límites. “Yo no entendía el fanatismo de mi mamá por Chayanne hasta que me hice fanático de Bad Bunny”, confesó Rivera.

“Cada vez que veo a Bad Bunny siendo número uno en algún sitio, yo me digo ‘yo soy de donde él es’, eso me da orgullo”, añadió.

Cerca del mediodía, unas 200 personas ya hacían fila frente al estadio cuyas puertas abrirán a las 2:00 p.m. El clima estaba nublado, pero la lluvia mermó.

Bad Bunny presenta hoy y mañana ante unas 70,000 personas sus conciertos “P FKN R” para los que la producción asegura que invirtió cerca de $10 millones. El evento será transmitido de forma simultánea al Coliseo de Puerto Rico, también en dos funciones que están vendidas casi en su totalidad.