No porque el Berklee College of Music esté próximo a otorgarle un grado de doctor en música, dejará de ser “El Caballero de la Salsa” para entonces llamarse “El Doctor de la Salsa”. Ninguna de las anteriores. Él prefiere ser simplemente “Don Gilbertito”, como recién escuchó decir de alguien y no le quedó más que reírse.

Pero ser merecedor del título de doctor honoris causa por tan prestigiosa institución educativa, no es cosa de broma. Es producto de una carrera artística forjada con disciplina, pasión, compromiso y respeto por lo que hace y para quien lo hace. Por eso cuando Gilberto Santa Rosa supo a través de su manejador, el productor Rafo Muñiz, que recibiría tal honor, la reacción pasó de la sorpresa a la responsabilidad.

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Será en la mañana del 11 de mayo, cuando el cantante recibirá el doctorado en música junto con la cantante y compositora de R&B y jazz, Ledisi, y el rapero y productor Q-Tip, desde el Agganis Arena de la Universidad de Boston.

“Son muchos años y poquito a poco uno va creando su propia historia, y cosas como esas lo que hacen es que te comprometen más, te entusiasman más a hacer lo que estás haciendo”, expresó este lunes, rodeado de algunas de las piezas que conforman su colección de Tito Rodríguez (1923-1973).

Berklee College of Music otorgó el mismo título honorífico a los percusionistas Tito Puente (1923-2000) y Giovanni Hidalgo, ambas figuras destacadas en los géneros de la salsa y el jazz latino.

“Nosotros hacemos una música bailable, muy asociada a la fiesta, pero creo que este tipo de cosas reconoce la seriedad del trabajo que se ha hecho. No de Gilberto Santa Rosa, sino de toda la gente que ha hecho este tipo de trabajo”, destacó el artista, siempre en su estilo sencillo y elegante. “Hay mucha gente que cuando empieza a estudiar la música como tal se da cuenta de lo complejo que es, lo interesante que es, lo rico que es este género... Entonces pienso que quien toma en consideración los elementos para otorgar (este reconocimiento), creo que están encontrando que la música de salsa es un género serio”.

Este título, además de su primer Latin Grammy y el premio de la Asociación Estadounidense de Compositores, Autores y Editores (Ascap) a la Herencia Latina (2002, compartió, son los reconocimientos que más atesora de su trayectoria.

Creo que sí he aportado algo ha sido honestidad para el género, respeto a la música. Mi manera de interpretar y de improvisar, pude mezclarla de una manera que no dejé de ser un salsero para poder hacer otro tipo de canción, otro tipo de música dentro del mismo género, porque a veces nos ponemos muchas etiquetas. Este es un salsero de calle, este es un salsero romántico, y modestia aparte creo que pude mezclar todo eso y crear un estilo”

-Gilberto Santa Rosa, cantante

Las influencias musicales de este sonero pueden ser muchas, incluido el mismo Tito Rodríguez en su imagen y proyección escénica, pero cuando se le habla de maestro, el nombre que le salta de los labios es único: Rafael Ithier, director fundador de El Gran Combo de Puerto Rico.

“Como soy cantante y él es pianista, pues hay cosas que no aprendí necesariamente de él, aunque en las voces de Andy (Montañez) y Pellín (Rodríguez), sí aprendí mucho de él, porque sé que tuvo mucho que ver con la manera de ellos cantar. Pero Rafa es un tipo autodidacta, creó un sonido único en el mundo, tiene una institución sólida, seria, limpia, durante todos estos años, y encima de eso, tiene 97 añitos nada más. Entonces, Rafa para mí fue un maestro en todo el sentido de la palabra. Tengo otros y a todos les agradezco mucho, pero él resume todo lo que aprendí de este género”, valoró.

Comentó que ha estado repasando las canciones para el concierto "Los 100 años de Willie Rosario" mientras va manejando su carro.
Comentó que ha estado repasando las canciones para el concierto "Los 100 años de Willie Rosario" mientras va manejando su carro. (Josian Bruno/GFR MEDIA)

Gilbertito ha caminado el terreno musical por más de cuatro décadas. Eso más de la mitad de sus 61 años de edad. Pero, ¿qué ganancia ha tenido de la música?

“Una vida, porque empecé siendo un niño. Pude tener un oficio, que me mantenga económicamente hablando; creé una familia dentro de la música; he conocido parte del mundo; me he movido en diferentes círculos, he tenido la dicha de conocer gente importante y muy interesante. De la música la mayor ganancia ha sido una vida”, puntualizó.

El intérprete de salsa y bolero estudió en la escuela Escuela Libre de Música Ernesto Ramos Antonini, en Hato Rey, un centro educativo que para él no tiene comparación, por el programa combinado entre lo académico y musical.

Siendo producto de ese centro educativo, calificó como un crimen las diversas limitaciones que enfrentan los programas de bellas artes en algunas escuelas del sistema público de educación.

“Eso un crimen”, dijo. “Antes de la pandemia fui invitado a unas vistas en el Senado a esos fines, y hablábamos todos de la importancia que es devolverle a esas escuelas las clases de arte en general. El arte ayuda a moldear individuos más allá de que vayas a ser músico o un artista plástico, y pienso que es un crimen quitarle esa parte y esa oportunidad a los estudiantes de relacionarse con el arte, y de crear esa sensibilidad”, apuntó antes de exhortar al Gobierno a retomar y fortalecer la educación en las bellas artes en todos los planteles.

“A lo mejor existe, pero no conozco ninguna escuela, de los sitios a donde voy, como la Escuela Libre de Música, donde estudias tu programa académico y tu programa musical a la vez y sales graduado de ahí con rumbo a otras instituciones. Eso hay que cuidarlo, además la calidad de la enseñanza es muy buena. Esos maestros dan la vida y tienen orgullo por sus estudiantes. Eso hay que alimentarlo y apoyarlo”, sostuvo.

Gilbertito lleva un buen tiempo viviendo grandes momentos como artista. Su actual gira “Auténtico” lo ha afianzado en importantes escenarios como una voz bandera de la salsa y en otros, lo ha expuesto por primera vez, consiguiendo nuevos aplausos.

Ahora él solo quiere que dure. “No he dejado de divertirme trabajando, y eso es bueno, porque cuando a ti te pesa, ahí empiezan los problemas”, expresó con ese tono serio y a la vez simpático que sabe llevar tan bien como el ritmo.

“Lo que pienso es que dure, porque esta carrera es una montaña rusa y a veces cambia la velocidad y cambia el grado de dificultad, pero uno se divierte mucho buscando cómo hacer el próximo proyecto y como siempre digo, tratando de hacerlo dignamente. Después que sea dignamente, yo soy feliz”, afirmó.

Lo próximo es su cita en el Coliseo de Puerto Rico el sábado 27 de abril para cantar junto con su excompañero de tarima, Tony Vega, en el concierto “Los 100 años de Willie Rosario” y la publicación del álbum “Debut y segunda tanda”, volumen 2.

“Va a ser una cosa bonita, y Willie se lo merece, son muchos años, no solamente de vida, sino de trabajo intenso, y esa orquesta ha representado este género al cien”, concluyó.