El apellido Allende sigue echando raíces en el ámbito artístico. Ahora es el hijo menor del actor y cantante Fernando Allende, Adán, quien se lanza a labrarse un terreno propio en la música bajo la bandera del pop latino.

No es su primer acercamiento al mundo donde se mueven su padre y hermano mayor. Previamente se probó como actor y recientemente exhibió ante la audiencia de Bravo TV su versión más auténtica como miembro de una de tres familias acaudaladas de México en el programa de telerrealidad Mexican Dynasties.

Su primer fruto como cantante es el sencillo Nunca me sueltes, en el que también participó como compositor junto con Pablo Preciado y Memo Andrés, del grupo Matisse.

“He trabajado toda mi vida para prepararme para este momento y pienso que el universo tiene sus tiempos, y ya llegó mi momento”, dijo. “Esta canción se trata de un amor, pero en ese tiempo en que todo es perfecto, o mejor dicho, cuando te das cuenta de las imperfecciones y puedes aceptar a las personas no importa cómo son”.

Adán mencionó entre sus influencias a las agrupaciones mexicanas Camilia, Reik y Sin Bandera, así como las fusiones latinas de Miami Sound Machine, Jon Secada y Ricky Martin.

“Me encanta bailar, me veo en un futuro bailando en un escenario”, comentó sentado a poca distancia de sus padres, en un restaurante mexicano en Hato Rey.

Puerto Rico fue el país que escogió para su lanzamiento en reconocimiento a sus años de formación en la Isla y a la herencia genética de su madre, Mari Mediavilla. “Puerto Rico, me crié 10 años acá. Mi mamá es puertorriqueña y Puerto Rico es una gran parte de mi corazón”, compartió el novel vocalista, de 27 años.

Sobre la exposición de su intimidad en la producción Mexican Dynasties expresó que es parte del precio a pagar por quienes escogen ser artistas.

“Tomo mi responsabilidad por todas las acciones en el show. No me arrepiento de nada, siento que crecí muchísimo, aprendí muchas lecciones y estoy agradecido de que me vieron como Adán”, expuso.

Allende estuvo casado por tres años y luego se divorció. “Siento que en la relación entré con un destino y salí diferente y no me arrepiento de nada de lo que viví y aprendí muchísimo. Aprendí lo que quería en una mujer, que puedo ser más fuerte, que puedo ser fiel, que puedo ser entregado, dar todo el amor incondicionalmente sin esperar nada a cambio y que puedo vivir una vida económicamente sin mis papás”.