Plena Libre volvió a unir los ritmos puertorriqueños a una orquesta sinfónica como parte de un concierto magistral en la Universidad de Chicago, que además honró la trayectoria de 26 años de la agrupación con el premio Don Michael Randel.

Pocos días antes del ordenamiento del toque de queda en la Isla, el grupo liderado por Gary Núñez se presentó en la institución universitaria como parte de una residencia que le permitió continuar su misión de expandir la música folclórica puertorriqueña.

El recital dirigido por Barbara Schubert, directora de la Orquesta Sinfónica de la Universidad, contó con la participación de estudiantes, convirtiendo la ocasión en un interesante intercambio cultural a través de la música. “Fue bien bueno para nosotros, pero fue extremadamente rico para los estudiantes. Cuando terminamos el concierto fueron muchos los estudiantes que se nos acercaron a nosotros”, compartió el músico.

La residencia incluyó el ofrecimiento de clases de composición y explicación de la bomba y la plena boricua. Esta residencia debió completarse a fines de abril, no obstante, la paralización de clases y servicios debido a la pandemia de coronavirus, obligó la posposición para el próximo semestre o en el 2021.

“Nos han pasado cosas que validan el esfuerzo y esa es la más reciente”, dijo Núñez. “Ese reconocimiento del trabajo que nosotros hemos hecho, me da una fe y esperanza de que estamos en un camino bien chévere de la difusión de la bomba y la plena puertorriqueña”.

La música puertorriqueña tiene la misma posibilidad y la misma validez, por su ricura, y su forma, que cualquier otra música del mundo. El problema es que no la hemos podido llevar al mundo por razones que tienen que ver con la cuestión económica y colonial de Puerto Rico”

-Gary Núñez, director fundador de Plena Libre

El director musical, mientras, ocupa el tiempo del aislamiento para crear nuevas composiciones para el grupo y leer, sin dejar de tener “preocupación“ por el manejo de la crisis de salud a nivel local, la que compara a lo ocurrido post María (2017) con el manejo de las ayudas y las muertes descubiertas tiempo después.

“Esto es un golpe grande, es similar a lo de María, y en el caso nuestro, las artes es de las primeras partes que se caen, porque hay quien piensa que el arte no es esencial. Y yo pienso que el que dice eso está loco, pero por ahí es por donde primero cortan y Puerto Rico no tiene una estructura sólida de protección y de impulso, como en otros países, para ayudar a la clase artística”.