Su voz irrumpió en la escena artística a través de la pantalla. Su interpretación de “La Guarachera de Cuba” en la popular serie “Celia” no solo la proyectó como actriz, sino también como una nueva voz afrocaribeña.

“ ‘Celia’ sigue siendo mi parteaguas”, afirmó Jeimy Osorio sobre el trabajo que estrenó entre el 2015 y 2016 junto con Aymée Nuviola, Modesto Lacén y Willie Denton.

Actuar y cantar son talentos naturales en ella, pero cantar siempre fue su pasión primaria. “Yo quería cantar. La actuación era el camino y es la que me catapulta hacia la música”, puntualizó.

La artista, de 34 años, finalmente, tiene a su haber un proyecto musical propio, “22:22″, producto de un proceso de sanación personal que ella traslada a un repertorio con la misma finalidad sanadora y a la vez provoca el cuerpo por su riqueza de sonidos latinoamericanos y africanos.

Es el primer álbum que presenta y lo cantará en vivo mañana, viernes, desde las 6:00 p.m., en el Instituto de Cultura Puertorriqueña en el Viejo San Juan junto con un selecto grupo de músicos, entre ellos, el jazzista William Cepeda en los caracoles.

“Pienso que jamás hubiera querido escoger otro lugar en el mundo para comenzar mi carrera (musical), con la bendición de mi Isla, de mi gente y con mi gente. Siento que era bien importante que lo primero que fuera a sacar en música tuviera que ver con mis raíces, y mis amigos son parte de esas raíces”, manifestó durante un encuentro con este diario en Piñones.

Que la presentación del álbum sea en Puerto Rico es también producto de su momento de vida. Desde el pasado diciembre, Osorio vive entre Ponce, donde reside su padre, y Colombia, donde además de música encontró un nuevo amor con el que está comprometida.

“Estoy de vuelta porque al fallecer mi mamá me di cuenta que mis prioridades en la vida tenían que incluir a mi familia en el tope y desde Los Ángeles estaba demasiado lejos, estaba también en Miami, y me sentía muy lejos, me sentía sola y no quería dejar a mi papá solito acá”, compartió, quien salió de la Isla en el 2011.

Estoy consciente de que en Puerto Rico se me abrieron todas las puertas en mi carrera y regresar era otro sueño más, porque no es que me quisiera ir por gusto. Yo me fui por curiosidad, no por que no se me dieran las oportunidades, al contrario, a mí me abrieron todas las oportunidades posibles”

-Jeimy Osorio, actriz y cantante

El proceso de gestación de este trabajo musical comenzó en el 2009, paralelamente con una transformación en la vida de la intérprete, que se acentuó durante el encierro por la pandemia. “Para poder encontrar mi propia voz, me tuve que separar de todo lo comercial, de todo lo que ya conocía y meterme en mundos desconocidos, géneros desconocidos para poder encontrarme dentro de ellos”, detalló. “Este proyecto incluye lo que es la sanación sonora; se utilizan frecuencias de sanación para cada tema, cada tema representa un centro energético, desde el centro del planeta hasta el cielo, y es esa energía que nosotros vamos utilizando a lo largo de nuestra vida, que se encuentra dentro de nuestro cuerpo y que se utiliza para reaccionar ante diferentes situaciones”.

Cada tema en el repertorio de “22:22″ tiene una historia contada en primera persona, que además se complementa con un color, un elemento, un sonido de la naturaleza y un animal particular. “Es un proyecto terapéutico. No es religioso, no me asocio con ninguna religión en específico, y pues tampoco me quiero ver como una líder espiritual”, advirtió. “Dentro de la música está mi identidad, está mi esencia, está lo que soy como ponceña, como loiceña, como caribeña en general. Utilicé estos temas que, aunque son sanadores, tienen un ritmo, tienen una cadencia y al puertorriqueño le encanta bailar y no hay quién se niegue al sonido de un tambor”.

Yo, como afrolatina, no soy solamente afro. Mi cuerpo es afro, lo que tiene la carcasa es afro, pero por dentro soy miles de otras cosas y eso era lo que quería representar en esta música”

-Jeimy Osorio, artista

La ascendencia afro de esta puertorriqueña le ha permitido crecer en múltiples proyectos, pero reconoce que no siempre es así. “Pienso que el color de mi piel, mi cabello, mi ascendencia ha sido lo que me ha abierto las puertas. Para otras personas el discurso es distinto, porque cada camino es distinto. Yo busqué no compararme con nadie, yo busqué tratar de hacer mi camino lo más mío posible, cuando estaban haciendo audiciones me metía de presentá y llegaba a los lugares con el corazón abierto y no me negaba a la oportunidad porque era negra”, expuso. “No he tenido a nadie que me haya discriminado porque soy negra”, sostuvo Osorio, que ahora exhibe sus rizos color cobrizo.

“Estoy enamorada”

El trabajo técnico del sonido del álbum y los 12 videos que poco a poco irá presentando se realizaron en Colombia, país que es la segunda casa de la cantante, pues allí, en un estudio de grabación, encontró nuevamente el amor. Se trata del ingeniero de sonido Juan Valencia, a quien conoció mientras filmaba en el país sudamericano la serie “A grito herido”, de Prime Video.

Regresó a vivir a la Isla el pasado diciembre, a partir del fallecimiento de la madre. Ahora viaja constantemente entre Puerto Rico y Colombia.
Regresó a vivir a la Isla el pasado diciembre, a partir del fallecimiento de la madre. Ahora viaja constantemente entre Puerto Rico y Colombia. (Ramon "Tonito" Zayas)

“Comenzó como compañero de trabajo, a ser un amigo, a ser la persona que me está ayudando a terminar mi proyecto, a ser mi prometido. Hay boda muy pronto”, compartió. “Él es de las personas que hace que el álbum suene tan limpio como suena. ¡Estoy vibrando bien alto!”, exclamó.

Osorio, entre tanto, no ha dejado de audicionar y promete que se le seguirá viendo en la pantalla. “Hay proyectos dramáticos en puerta”, aseguró. Uno de estos es un cortometraje que realizó localmente, inspirado en la década de 1950, que estrena este año. “Vienen más proyectos cinematográficos”, anunció para despedirse.