Colombia - Sentado en un espacio del amplio Estadio Atanasio Girardot, de su muy querido Medellín, el cantautor colombiano Juanes rememora momentos de los tantos vividos en el emblemático recinto. Ese mismo lugar que veía cuando iba a estudiar en el colegio cercano, y donde vio al argentino Diego Maradona jugar, lo acogería en unas horas sobre el escenario en el primero de dos espectáculos pautados para este fin de semana.

Repasar buenos recuerdos se convierte en bálsamo. También lo es hablar de su amor por el rock, los planes que se asoman e, incluso, reflexionar sobre la idealización del amor. La pausa para conversar con este medio llega al final del ensayo, en el que las exigencias formaron parte del afanoso compromiso por impresionar, con las rigurosas pruebas de sonido, de voz y la secuencia del repertorio. La banda colombiana Morat también tendrá su momento como parte del espectáculo programado.

“Llegan muchas memorias. Aquí vine a tocar por primera vez en el año 2007, puede ser, en un momento muy lindo. Después venimos a un partido de la despedida de uno de los jugadores del nacional y estaba jugando Maradona, y todo súper, todo divertido. Mi colegio quedaba por aquí a cinco cuadras, entonces era una zona, digamos, que yo visitaba bastante. Varios amigos vivieron por aquí”, compartió risueño el artista, con poco más de tres décadas activo en la música.

El espacio para una capacidad aproximada de 40 mil espectadores lo intimida, pero no por su amplitud, sino por la rutina de dar lo mejor.

“He aprendido que no importa si hay cinco personas o 50 mil personas, creo que la entrega tiene que ser la misma. Con la misma convicción que yo he tenido que cantar ante muy poquita gente, con esa misma convicción me enfrento al público y siempre veo como si fueran una sola persona, una sola entidad, y ahí me conecto, porque si no, te puedes dejar intimidad, es muy fácil… aunque es imposible de evitar, eso es parte, el nerviosismo, el respeto por la audiencia, por el público”.

La narrativa de sus canciones, en una dinámica de confesiones que llegan inspiradas en experiencias propias y, en otras, como observador, forma parte de su sello personal, y el que ha guiado a la conexión con su público.

“No quiero decir que sufro, pero me preocupo mucho por las letras. Me obsesiono. Le doy muchas vueltas a las palabras y a encontrar la melodía perfecta que cuadre con la palabra y que ese conjunto de melodías, más palabras, más frases, sea como perfecto”, resaltó Juan Esteban Aristizábal. “Siento que al final es como tratar de mirar hacia dentro y ser honesto con mis sentimientos para poderlos compartir con la gente”, compartió la voz de éxitos como La camisa negra, Volverte a ver y A Dios le pido.

PH: Uno de los aspectos que resalta de tu carrera artística es la honestidad de tus letras. En tus inicios, en una industria en la que se estila crear la personalidad de un artista, ¿dio trabajo ser auténtico?

Juanes: “Creo que he tenido la suerte siempre de contar con gente que siempre ha apoyado lo que yo soy y lo que yo represento. Obviamente, hay personajes que hacen eso, que tienen esa misión un poco en la vida, pero creo que también está bien equivocarse, está bien intentar cosas que de pronto pensabas que podían ser y no fueron y de pronto enderezar tu camino y seguir por aquí, porque eso te va dando cada vez más certeza de quién eres y definitivamente por dónde vas a seguir. Entonces, creo que he intentado muchas cosas en mi música, unas que han sido maravillosas, otra de las que no es que me arrepiento, pero que digo no volvería a hacer más, y así es la vida porque es como un proceso de aprendizaje constante de ganar y perder, un poco de seguir siendo humano”.

El mes pasado estrenó el sencillo Amores prohibidos, coescrita con el cubano Alexis Díaz Pimienta. “Fue en medio de la pandemia”, recordó sobre el momento en que llegó la inspiración. “Todos los días, generalmente por la mañana, leo las noticias, y de repente me encuentro un artículo de una señora que hace artículos de opinión, decir ‘ahora que estamos todos encerrados, ¿qué va a pasar con los amores prohibidos?’”, recordó mientras ríe con timidez. “Me pareció muy curioso que haya tenido ese enfoque para un artículo en un periódico. Me generó cómo ‘esto puede ser una canción’, y ahí comenzó a desarrollarse esta historia de Amores prohibidos”, dijo sobre el planteamiento de una de las vivencias comunes en el amor. “Es un poco parte de esa humanidad”, analizó pensativo. “Es, digamos, esos amores prohibidos que hemos tenido, tenemos o tendremos siempre, no sé, es algo que es parte de la vida”, añadió el también creador de la Fundación Mi Sangre, dirigida a promover una cultura de paz entre los jóvenes.

El amor se idealiza muchas veces…

Juanes: “Creo que el amor es muy complejo de entender, sinceramente. Creo que un principio se idealiza todo, se idealiza a las personas, se idealiza lo que es incluso ser feliz, y es que no te das cuenta que es un poco todo una indecisión, que terminamos aprendiendo a vivir un poco la realidad y ahí es cuando nos damos un guarapazo tremendo porque la realidad es otra cosa muy distinta a lo que tú te imaginas”, sostuvo el artista, casado desde 2004 con la modelo y presentadora Karen Martínez, con quien tiene tres hijos.

“Siempre hay una expectativa y después una perdida, y sobre todo en el proceso de amar. Creo que aprender a amar es muy difícil, por eso a mucha gente nos ha pasado que hemos tenido problemas con nuestras parejas y pensamos que, de pronto, buscar una nueva pareja será mejor. Pero resulta que esa otra persona también va a tener problemas distintos, y tú siempre vas a tener los mismos problemas, que vas a tener que compartirlos. Creo que hay que aprender a amar y entender que el amor se transforma y cambia, y puede ser hermoso, puede ser incluso más hermoso que esa primera chispa”.

En una parte de la canción escuchamos una vez más el protagonismo de la guitarra, como te fascina.

“Tiene un elemento particular, digamos un solo de guitarra, cosa que es hoy en día muy poco común, muy inspirado en Chuck Berry en los años 50, el inicio del rock & roll, y después la guitarra un poco distorsionada. Tiene una producción que digamos, es atrevida, pero no deja de ser mi música, no deja de ser mi esencia, como casi una cumbia colombiana. Me divertí muchísimo trabajando con este proyecto”.

¿El tema es un anticipo de la línea musical que seguirás en el álbum que lanzará en el año próximo?

“Sí, es un anticipo, pero digamos que esta canción no representa lo que sería el álbum en sí. Esta es una canción que, obviamente, es como la punta de la lanza, pero después vienen cosas diferentes con otras dimensiones, y la verdad, muy emocionado, esperando muy pronto poder compartirlo”.

¿Qué tiene el rock que te enciende?

“A mí me gusta mucho el rock porque aquí en esta ciudad aprendí mucho, conocí el rock por primera vez y lo viví en un momento en el que esta ciudad era muy caótica. A través del rock podía escaparme, podía protegerme, podía sentirme identificado con algo de lo que yo podría ser parte. Me enseñó como a canalizar la rabia, la frustración, la ira pero a través de la música, y para mí fue como una salvación, prácticamente. Pero me gusta mucho la actitud del rock. Me gustan mucho los instrumentos, el sonido, la batería, la guitarra, y escucho de todo”.

¿Qué ha sido importante en tu proceso evolutivo a nivel musical?

“Seguir estudiando, seguir como, abriendo puertas y descubriendo que puedo dar más. Siento que, a veces, la gente se queda con una percepción de uno como artista, pero después uno va en un camino evolutivo, hay una evolución constante y creo que eso ha sido para mí muy bonito poderme dar cuenta que tengo mucho más para ofrecerle a la gente totalmente… digamos, no totalmente, pero diferente quizás a lo que hace años pudieron haber visto de mí”.

Además de cantante, te has destacado como productor. Cuentas con una lista de premios prestigiosos. ¿Sientes que te falta algo por hacer?

“Me faltan muchas cosas. No puedo parar. No cosas materiales. Tengo muchos sueños. No puedo dejar de soñar. Quiero seguir viendo a mis hijos crecer, que tengan su vida, sus hijos, que sean felices, pero también quiero seguir tocando. Cuando pienso en mi carrera, pienso en Juan Luis Guerra, Rubén Blades, Miguel Bosé, pienso en todos esos artistas que han estado. Mick Jagger, Metallica, que siguen girando a pesar de los años, y están ahí con todas. Eso para mí es materia de inspiración”.