Julieta Venegas encanta a los boricuas con su talento
En su concierto de esta noche, en el Coliseo de Puerto Rico, se mostró conversadora y simpática.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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La última presentación de Julieta Venegas en Puerto Rico fue en el 2014 cuando se presentó en un acogedor concierto en Bahía Urbana. En aquel momento prometió que regresaría al país y así fue. La vocalista cumplió con su palabra este viernes, cuando se presentó en el Coliseo de Puerto Rico, donde cautivó una vez más a la audiencia con la grandeza de su talento.
Aunque no logró llenar la versión pequeña de este recinto, la cantautora mexicana complació a su fanaticada con un repertorio de 27 temas que incluyó canciones de su más reciente producción discográfica “Algo sucede”, como se titula su gira musical. Además de los sencillos de ese álbum, como “Tu calor”, “Ese camino” y “Buenas noches, desolación”, se destacaron varios de los éxitos de sus pasadas producciones, incluyendo “Limón y sal” y “Lento”. Esta última la interpretó en compañía de la también cantautora cubana Diana Fuentes, quien reside en Puerto Rico, y fue la artista invitada de la noche. El dúo entre ambas artistas fue acogido sin dudas por parte de la audiencia que agradeció la versión que hicieron, que comenzó lenta, pero luego se alargó con unos arreglos más potentes y enérgicos.
En el concierto, que arrancó a las 9:00 de la noche con la canción “Esperaba”, Julieta Venegas demostró una vez más su dominio en la canción al no solo provocar emociones con su melódica voz, sino también con su interpretación instrumental, destacándose en el piano, la guitarra y el acordeón. La artista, además, presentó un abanico de temáticas a través de sus canciones, siempre pasadas por el corazón. Así el público cantó con ella al amor, al desamor, a la tristeza, la furia, pero sobre todo, a la esperanza.
Acompañada de una banda de cinco músicos (Eduardo Vega, Freddy Cañedo, Sergio Silva, Matías Saavedra y Juan Martín Medina) que le sumaron a cada canción, Venegas se mostró conversadora, simpática, con ese aire entre timidez y dulzura, con la que se echó al público en el bolsillo desde el primer saludo. “Hola, San Juan, qué lindo todos, qué lindo volver a este lugar tan lindo. Gracias por venir”.
La velada inició despacio, sin grandes artefactos escénicos, sino más bien con la simpleza de quien conoce los secretos de la creación. “Te vi”, “Ese camino”, “Amores platónicos”, “Buenas noches, desolación”, “Ilusión” y “Se explicará”, que dedicó a su hija Simone, de seis años, con la intención de que comprenda que “cuando eres chico todo se ve complicado, pero con el tiempo todo va tomando su lugar”, formaron parte de la primera tanda del concierto.
Luego vino “Una respuesta”, que dijo compuso ante la tristeza que la agobia ante las “cosas terribles” que se viven en su país, México. Pero como señaló, “las cosas opacas también pueden volver a brillar”, como si con esas palabras también se refiriera a Puerto Rico y la difícil situación que atraviesa.
“Debajo de mi lengua”, que sonó en una versión medio reggae, “Algo sucede” y “Bien o mal”, que el público cantó de principio a fin, así como “Porvenir”, en la que la artista ofreció una hermosa interpretación solo a piano y voz, fueron otros momentos memorables de este concierto, al que acudieron adultos, jóvenes y niños.
La parte final del evento contó con esos temas favoritos de muchos, entre ellos “Algo está cambiando”, “Eres para mí”, “Despedida” y “El presente”, que representó la ya poco sorprendente falsa despedida. Ante el pedido de cientos de personas que acudieron a la velada, Julieta Venegas y su banda regresaron al escenario, esta vez para cantar “Sin documentos”, “Andar conmigo” y “Me voy”, que los asistentes cantaron a todo pulmón.
“Con esta terminamos la noche, pero nunca nos despedimos de esta Isla porque siempre vamos a seguir viniendo”, expresó. “Adorados boricuas, son increíbles. Nos volvemos a ver. ¡Los quiero!”, concluyó Venegas con otro tipo de promesa, no la de papel, sino esa que viene convertida en creación y que termina directo en el corazón.