Hacía un calor infernal, pero el suelo estaba mojado y resbaloso porque había llovido y seguía lloviendo esporádicamente.

Todos sudaban mientras trabajaban. El set tenía que quedar perfecto y el protagonista debía lucir bien sobre el mismo.

Lalo Rodríguez estaba en un cuarto piso, listo, maquillado, peinado y vestido con el ajuar indicado. Un abanico frente a él, otro detrás. No había manera de que soltara una gota de sudor. Pero es el beneficio del artista.

El salsero estaba esperando el llamado para filmar su participación en el próximo especial del Banco Popular de Puerto Rico titulado Sonó, sonó dedicado a Tite Curet Alonso.

El escenario era, en ese momento, La Perla, en el Viejo San Juan. Más adelante se trasladaría al cementerio María Magdalena de Pazzis. El cantante tropical contó que entró al especial por casualidad.

“Un día llamé a José Lugo, el arreglista, para una cosa distinta y terminó diciéndome que yo tenía que estar en ese especial. Se hizo un demo y rápido me llamaron”, narró contento el salsero en entrevista con Primera Hora durante un receso de la filmación.

No es la primera vez que Rodríguez graba un tema de Tite Curet. En esta ocasión  interpretará el tema Sobre una tumba humilde.

Hoy acompañaba a Rodríguez, durante la grabación, el grupo Truco & Zaperoko.

Otros artistas que aparecerán en el especial son Calle 13, Cheo Feliciano, Tego Calderón, Andy Montañez y Roberto Roena.

La oportunidad de estar en este especial, según consideró el salsero, es una de varias puertas que se le han abierto luego de atravesar por una tormenta que lo llevó a tocar fondo a causa de las drogas y al alcohol.

“No hay puerta que Dios no pueda abrir. Siento que estoy evolucionando de nuevo. Llevo 14 años sin grabar”, recalcó el artista.

“Me sentí como si estuviera en un remolino, pero ya yo estoy limpio, limpio de nuevo”, afirmó Rodríguez, quien se encontraba en el set de filmación con su esposa Wanda Torres y su hijo Yariel, de siete  años.

El salsero comentó en repetidas ocasiones que estuvo a punto de morir a causa de su adicción a las drogas y al alcohol.

“El episodio más difícil fue a principios de este año. Me sentía frustrado, la voz no me salía al cantar y me refugié en el lugar equivocado. Mis hijos mayores todavía están resentidos”, compartió.

“Tuve que romper en frío en la cárcel luego de que me fui de la casa  y la pasé muy mal. Allí rebajé 29 libras en 50 días de prisión. Eso me ayudó a recapacitar. Ahora mismo, todavía no puedo volver a mi casa por orden del tribunal. Estoy en un apartamentito. Antes de eso, mi abogado y su esposa me recibieron en su casa”, continuó el cantante, quien aseguró que su relación con su esposa está bien. “Como novios”, describió.

Rodríguez ahora se concentrará en la grabación de dos temas sacros en la voz de su hijo Yariel en febrero de 2012 y en su próximo disco, que saldría en agosto, también del año próximo, según indicó.