NUEVA YORK. Relajado y sin mucho esfuerzo, el intérprete urbano Bad Bunny supo dejar establecido en el primero de sus dos conciertos en el Yankee Stadium el frenesí que provoca su presencia ante una multitud que lo espera con ansias y devoción.

La euforia que desata su paso por el escenario resultó evidente en la noche del sábado en un público que lo aclamaba con insistencia durante las pausas a oscuras entre las canciones, dinámica que el artista pareció disfrutar, en especial, cuando a propósito, permanecía silencioso en la penumbra escuchando cómo llamaban su nombre. “¡Benito! ¡Benito! ¡Benito!” era la consigna para una multitud que congregó en el emblemático recinto de Nueva York a fanáticos de numerosas nacionalidades: Colombia, República Dominicana, Canadá, México, España, Reino Unido y su natal Puerto Rico, entre tantos países.

Vestido de blanco, el protagonista de la velada apareció a las 9:00 de la noche con el tema Moscow Mule, para encender la fiesta que duraría tres horas como parte de su World’s Hottest Tour. Con inmediatez, la euforia se apoderó del espacio con capacidad para cerca de 54 mil personas, destinado a eventos deportivos, y donde Bad Bunny, con sus shows, se convirtió en el primer intérprete latino en presentarse en lo que va de año.

“Gracias por estar aquí, de corazón… el maldito Yankee Stadium”, saludó Benito Antonio Martínez Ocasio, quien en julio fue señalado como el artista más escuchado en el mundo en este momento, de acuerdo con el análisis del Pop Star Power Ranking de Bloomberg.

“Hoy sin duda es un día especial. Me alegra de corazón verlos a todos ustedes aquí. Gracias, desde el empezar, gracias por estar aquí esta noche. Ustedes son la parte más importante de este show y yo lo único que quiero es que ustedes disfruten, que se olviden de todo lo que está sucediendo, de cualquier cosa que esté pasando en su vida, por más grande que sea”, insistió.

Palmeras y rocas artificiales, con un suelo que simulaba arena, formaron parte de la escenografía que incluyó neveritas y sillas de playa con el propósito de evocar el calor del estío, inspirado en su álbum Un verano sin ti, que lanzó en mayo. El séquito de bailarines abonó a este propósito con vestimenta casual playera. A su vez, dos pantallas gigantes laterales mostraban al artista, y una de fondo proyectaba principalmente visuales relacionados con cada tema.

“Recuerden que esto no es un concierto cualquiera, esto no es cualquier concierto, esto es el party más cab… que puede haber ahora mismo”, dijo el Conejo Malo. “Yo quiero que ustedes la pasen bien esta noche, que brinquen, que suden, que bailen, que perreen toda la noche, sin miedo”, prosiguió con serenidad, interrumpido por la gritería del público.

No hubo un solo tema que su fanaticada no cantara, ni por el que no gritara de solo escuchar los primeros acordes. El júbilo se hacía presente en los miles de rostros entusiasmados por acompañarlo a cantar cualquiera de los temas del repertorio que abarcó canciones de cada uno de sus cuatro álbumes de estudio: X 100pre, YHLQMDLG, El último tour del mundo y Un verano sin ti. La denuncia al acoso de Yo perreo sola, las estrofas esperanzadoras de Estamos bien, el coqueteo de Efecto, Neverita, Party y 200 mph, y el desamor de Yonaguni y Veo a tu mamá fueron solo una muestra de las que disfrutaron recitar.

La nostalgia de Dos mil 16, el intento de seducción de La corriente, la admiración en La difícil y la denuncia social de El apagón se incluyeron en la larga lista que prendió a la multitud.

Para interpretar La canción, el artista se valió de una “isleta” flotante que se elevó desde la parte delantera del pasillo frontal de la tarima.

“Gracias Nueva York, gracias por el amor”, repetía emocionado el enérgico intérprete. “De seguro esta ha sido una de las primeras ciudades que me ha visto crecer como artista en 2016, 2017, en discotecas”, agradeció, y resaltó el apoyo de la comunidad latina en general.

“A los que dicen que Bad Bunny es número uno en el mundo entero, número uno son todos ustedes que me tienen aquí, que me han apoyado”, mencionó emocionado.

En una de sus interacciones, se mostró sorprendido de que una pareja en el público le confesara contar con 10 años de relación. “A mí se me hace más fácil llenar el Yankee Stadium que llegar a 10 años de relación”, bromeó.

Amigos invitados no faltaron a la cita en el estadio. Chencho Corleone, Arcángel, The Marías, Romeo Santos y el dúo Jowell y Randy se unieron a la estrella urbana para realzar la experiencia musical. Pero Bad Bunny, con su personalidad extrovertida, supo apropiar sus momentos a solas, sin perderse en un escenario gigante como ocurre cuando algunos artistas optan por la monotonía de solo andar de un lado para otro.

El cierre del show, con el tema Después de la playa, mostró un vistoso espectáculo de fuegos artificiales, efecto de pirotecnia que utilizó con frecuencia el artista como parte de la experiencia visual, que también incluyó llamaradas en el escenario.

“Gracias por permitirme hacer música para ustedes, para mí es un placer”, expresó. “Yo espero que todas las canciones que han sonado hasta ahora, les deje un bonito recuerdo, y mejor aún, les esté creando (recuerdos) del momento de esta noche, que va a durar para siempre”.

Horas antes del espectáculo, en las afueras, tráfico pesado demoraba el acceso en las calles aledañas. Dentro de las largas filas, fanáticas lucían diademas con las orejas de conejo. En el interior del Yankee Stadium, camisetas a $50 y $75, bolsos a $30 y sudaderas a $150 se incluían entre la memorabilia del artista. Y ya cerca de las 9:00, luego de la presentación del DJ y productor estadounidense Diplo, por momentos el público comenzó a exigir la presencia de su ídolo, quien logró su cometido de regalarles un festejo musical inolvidable.

Bad Bunny presentará esta noche el segundo show pautado para el recinto. Además, realizará una actuación especial en vivo para la premiación de los MTV Video Music Awards, para los que cuenta con cuatro nominaciones.