Loíza. William Cepeda Román nunca se planteó dedicarse a la música, porque ella, simplemente, siempre formó parte de su vida. Cuando piensa en su niñez, los recuerdos llevan a laureado trombonista a aquellas reuniones cotidianas en el barrio entre familiares y amigos, tocando los barriles, cantando y bailando al ritmo de la bomba.

“A veces uno no piensa que va a hacer música de forma profesional, porque es algo que es parte de nuestro entorno. Entonces, ahí tocamos, bailamos, cantamos y la pasamos bien… era algo normal. Pero esa primera experiencia musical es genuina”, revive el músico loiceño, de 56 años.

Fue durante su adolescencia que Cepeda Román tuvo el interés de aprender a tocar la trompeta, sin embargo, le indicaron que sus labios eran muy gruesos y le asignaron el bombardino como instrumento. Pero, fue en el trombón donde encontró su verdadero amor. Al graduarse de escuela superior, inició su camino formal como músico, compositor y productor. Ingresó al Conservatorio de Música de Puerto Rico y al año se mudó a los Estados Unidos a estudiar inglés, mientras tocaba con diferentes agrupaciones de jazz, entre ellas la banda de la Universidad de Yale. Género en el que se especializó cuando entró a Berklee College of Music en Boston a estudiar composición y arreglos de jazz.

En 1989, Cepeda fue contratado para tocar el trombón en una presentación en Puerto Rico de la Orquesta de las Naciones Unidas de Dizzy Gillespie, quien tiempo más tarde lo invitó a formar parte de la agrupación con la que viajó el mundo.

Además, como músico ha acompañado a un sinnúmero de reconocidas figuras del jazz y el género tropical, y ha participado en más de 100 grabaciones.

Gracias a su talento y estilo único marcado por la influencia afrocaribeña, William Cepeda es considerado un maestro y ha sido reconocido con prestigiosos premios y becas que lo distinguen como músico, compositor, arreglista, director y productor.

“Para mí es súper importante toda la bendición que he tenido, todo el proceso de reencontrarme a mí mismo. Ver todas las cosas que puedo hacer, que ni pensaba que iba a ser compositor, que iba a tocar jazz con todos esos monstruos del jazz… un disco sinfónico, una enciclopedia… un doctorado que me dieron gratis. Todas estas cosas que han sido bendiciones, por eso estoy contento y satisfecho de poder estar aquí haciendo lo que hago, de poder influenciar y ver florecer a otros”, expresa el cuatro veces nominado a un Grammy.

A lo largo de su carrera, el artista se ha dedicado a estudiar los géneros musicales puertorriqueños y a documentarlos, pues le parece importante que el pueblo conozca la raíz de los ritmos autóctonos. Parte de la semilla que ha dejado en la industria es su enciclopedia La música de Puerto Rico: Raíces y evolución, que incluye libros de canciones, página web, videos digitales, monografías y grabaciones de musicales.

“Es un proyecto educativo y artístico que brinda, por primera vez en la historia, una comprensión profunda e integral de los cuatro géneros de la música tradicional puertorriqueña - bomba, plena, la danza y música jíbara - y la gama completa de cómo estos géneros se pueden interpretar y representar en un contexto contemporáneo”, explica Cepeda, quien ahora está completando la traducción al inglés de la enciclopedia.

Mientras trabaja en la que será su próxima propuesta musical, el trombonista colabora con la maestra bailadora Maribella Burgos, para ofrecer talleres de música y baile de bomba a los jóvenes loiceños.

“Loíza es el tronco. Es la razón por lo cual soy quien soy. Yo digo que esa primera experiencia que fue orgánica, sin pretensión, es la que me ha ayudado a ser así siempre. Entonces, sin esa experiencia, pienso que hubiese algún vacío en el medio… Loíza es lo que me mantiene con los pies en la tierra, en las raíces. Es lo que me da la identidad afropuertorriqueña de mi cultura, y el impulso de llevar la cultura de Puerto Rico al mundo”, concluye Cepeda.