Para la época navideña de diciembre de 1996 a enero de 1997, la llamada Voz Nacional de Puerto Rico, Lucecita Benítez, se tomó un riesgo, musicalmente hablando, en su carrera profesional, una que de por sí arrastraba por derecho propio una senda de grandes éxitos locales e internacionales.

Acostumbrada a cantar baladas, boleros, boleros feelin’, música de protesta latinoamericana, tangos y una que otra guaracha y plena de cuando en vez, la bayamonesa decidió grabar un disco temático navideño que saldría a finales del 1996 con sabor variado a salsa, bomba, plena, en donde fuera de su zona de comfort se vio precisada a sonear como salsera, sonear en tiempo de plena y sonear en el toque acompasado de la bomba. ¡Casi na’!

Claro que fue un riesgo. Además, vale destacar que en ese disco, titulado “Un regalo de alegría”, Lucesita grabó temas icónicos navideños del pentagrama musical puertorriqueño, cuyos intérpretes y orquestas originales lograron un gran éxito a nivel local e internacional.

Ocho temas fueron la totalidad del disco.

“A comer lechón”, grabado en 1991 por la Sonora Ponceña en su disco “Merry Christmas” y que cantó Luisito Carrión; “Honra y cultura”, escrito y grabado para la posteridad por uno de los grandes trovadores boricuas, Flor Morales Ramos, ‘Ramito’; el tercero fue “Mañanita campera”, de Rafael Hernandez, canción que popularizó el trío Los Panchos. Este tema es el menos ‘movido’ del disco, pero en Puerto Rico es casi un himno nacional en la voz de Lucecita.

“El lechón de cachete”, letra y música del cuatrista Yomo Toro y que inmortalizó Willie Colón junto a Héctor Lavoe; el famoso tema “Bomba en Navidad”, de Richie Ray y Bobby Cruz. El sexto número fue “Canto a Borinquen”, de Willie Colón y Héctor Lavoe, seguido por “La fiesta de Pilito”, del autor Luis ‘Pilito’ Cruz y que es un clásico en la voz de Jerry Rivas y El Gran Combo de Puerto Rico; y por último la famosa plena de los Pleneros del Quinto Olivo, “Una noche en Borinquen”, de Marcelino Colón y Eddie Olivo, que fue complementada con el tema “Desilución”, de Pedro Flores, en ritmo de plena.

Lucecita sabía lo que enfrentaría al momento de grabar este repertorio, así que hábilmente logró que el afamado salsero y compositor boricua Ismael Miranda fuera su asesor, asunto que fue clave en la intepretación, fraseo y ataque en los variados soneos que hizo y logró la ganadora del Festival de la Canción (OTI) de 1969. Hay que destacar que Lucecita salsera pura no es, pero puede y sabe cantar de todo.

Ese disco grabado bajo el sello Lobo y que salió al mercado en diciembre de 1996 se ha convertido en uno de los más importantes de la discografía de Lucecita. Es punta de lanza en Puerto Rico en la época navideña, así como en América Latina. El público lo atesora.

Músicos de gran nivel como el pianista y arreglista Erick Figueroa, el bajista Junior Irizarry, el timbalero Charlie Sierra, el fenecido percusionista Ángel ‘Cachete’ Maldonado, los trompetistas Luis Aquino y Tommy Villarini, el trombonista Toñito Vázquez, el saxofonista José Encarnación, el cuatrista Pedrito Guzmán, Ito Serrano en el cuatro y la guitarra, y en el güiro Cándido Reyes, fueron el marco perfecto en la grabación del gran proyecto navideño de Lucecita Benítez, cuyo instrumento musical en ese entonces estaba en su mejor momento.

Veintisiete años más tarde de aquella grabación, Lucecita decidió esta pasada semana rememorar su icónica grabación, y el pasado jueves en la noche y ayer sábado, en la sala Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes de Santurce, presentó el espectáculo musical “Un regalo de alegría” inspirado precisamente en aquel disco.

La noche del jueves, la sala estuvo a medio llenar, pero ayer sábado, el público apoyó en grande a Lucecita llenando la sala. El evento inició muy puntual, a las 8:10 de la noche, ante una audiencia en su inmensa mayoría de la tercera edad y al parecer eternos y leales fanáticos de la cantante. Ya a las 10:05 p.m., la gente salía del espectáculo con el ‘christmas spirit’ en un alto nivel.

De la mano del director musical, el maestro y baterista Héctor ‘Ito’ Colón, acompañada por 13 músicos y tres coristas, Lucecita presentó un concierto en dos partes. Abrió con el tema “La Murga”, de Willie Colón y Héctor Lavoe, y de inmediato la experimentada cantante de 81 años se ganó a los presentes que se dejaron sentir con sus aplausos y cantando el coro del tema.

“Esta es la Navidad de nosotros, así que a gozarla”, gritó Lucesita, quien salió como de ordinario, ataviada de ‘punta en blanco’ y con un peinado reluciente y novedoso.

Luego “Candelina” y “El carretero”, en donde la artista lanzó unos versos y estrofas ‘rapeando’: “Si ustedes creían que yo no podía rapear, pues vean”, dijo, sacando risas de los presentes.

“Romance guajiro” y “Dos Corazones” le siguieron en ese orden. Entonces, cuando Lucesita fue a interpretar el tema “Gondolero”, algún detalle salió mal al inicio del número, que ella se vio precisada a detener a la orquesta y pedir que iniciaran nuevamente la introduccion el tema.

“Cuando las cosas empiezan mal, pues mal salen”, dijo.

El tema continuó, pero tuvo sus fallas y Lucecita, que es genio y figura en el escenario, no se mostró a gusto con el resultado.

“Fue un parto con dolor”, dijo al terminar la canción y el público entre risas y aplausos dejó claro que le perdonarían esa y mil y una más.

Los temas “Volviste al fin”, “El cuarto de Tula” y “La fiesta se pone buena” dieron por terminada la primera parte del concierto, en donde Lucesita soneó a gusto y gana con su estilo particular, en la mayoría de los temas, que fueron movidos.

La segunda parte fue otra cosa.

Cierto que la Lucecita de ahora no canta de igual manera que hace casi tres décadas atrás cuando grabó el disco, pero sobra decir que se bandeó muy bien, sacó a relucir su años de experiencia y pudo administrar su voz en una serie de temas en donde necesariamente tiene que sonear sobre los coros y con frases de seguidillas.

Lucesita es única. Si la dejan canta y a su vez dirige la orquesta. Su oído musical es de usted y tenga, y mientras canta está pendiente a detalles de sonido y ejecutorias de los músicos y con miradas y ademanes lo deja sentir sin problema alguno mientras sigue su faena. ¿Cómo lo hace?, pues ella solo sabrá explicarlo.

“Avísale a mi gente”, “A comer lechón”, “Honra y cultura”, “Mañanita campera”, “El lechón de cachete”, “Bomba en Navidad”, “Canto a Borinquen”, “La fiesta de Pilito”, así como las plenas “Una noche en Borinquen” y “Desilución”, y “Alegría” y la presentación de un Nacimiento Viviente en el escenario fueron el plato fuerte de la segunda parte del espectáculo.

“¿Se lo están gozando?, preguntaba Lucecita una y otra vez al público, que contestaba a coro con un sonoro y rotundo “¡Sííí!”, y entonces ella cantante ripostaba, “¡Ahhh bueno! Pues eso es lo único que me importa, que ustedes se lo gocen”.

Iris Martínez, Yanira Torres y Efraín Gaetán lucieron en los coros. El experimentado cuatrista Orlando Laureano fue protagonista varias veces con su instrumento, que también contó con músicos como Jan Duclerc en la trompeta, Charlie Sierra en el timbal, Junior Irizarry en el bajo, Harry Aponte en el piano, Ángel Torres en el saxofón y la joven cuatrista Yelipsi Tirado, quien tuvo una participación especial en el tema “Canto a Borinquen”.