Maná ofrece drama lleno de energía
Una de las peculiaridades fue la integración de la fanaticada.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Más que “Drama y luz”, el espectáculo que Maná presentó la noche del jueves en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, emanó acción y oscuridad.
Con la euforia propia de un encuentro entre camaradas, su público puertorriqueño tradujo las suaves melodías de esta banda mexicana de rock a una llamarada de gritos, brincos, palmadas y aplausos que comenzó desde la primera canción interpretada, Lluvia al corazón; se intensificó cuando los músicos bajaron al área de arena para un popurrí acústico; y se terminó de consumir con un final melancólico.
El grupo inició el concierto justo a las 9:05 de la noche con ese primer sencillo de su nuevo disco, titulado Drama y luz, al igual que el show.
Fher (vocales), Alex (batería), Sergio (guitarra) y Juan (bajo) lucían rostros sonrientes mientras en una pantalla gigante ubicada detrás de la tarima se exhibían imágenes alusivas a los lugares comunes de las composiciones de Maná: el cielo, la lluvia, el corazón, el fuego, “el Ángel” y, por su puesto, las mariposas.
“Muchas gracias, Puerto Rico, por permitirnos estar aquí. Decidimos arrancar la gira mundial aquí, en San Juan, Puerto Rico, porque ustedes nos traen muy buena suerte. Este concierto se lo quiero dedicar a mi madre, que se fue al cielo. ¡Boricuas, los queremos mucho, gracias!”, dijo un emocionado Fher al saludar a la audiencia, que abarrotó el recinto.
Las sombras empezaron a aflorar simbólicamente 15 minutos después, cuando el grupo se sumió en la defensa de las religiones no tradicionales encerrada en las letras de temas como Tú eres mi religión, El espejo y Sor María. Durante estos últimos dos, incluso se incluyó un concepto audiovisual y hasta olfativo, en el que personas disfrazadas de monjes con expresiones de sufrimiento encendieron inciensos con aromas tan penetrantes que llegaron hasta las puertas del Choliseo, al tiempo que se exhibieron llamas en pinturas y vídeos.
Más tarde, se retomaría esta faceta crítica con Latinoamérica, Me vale, Isla y Cuando los niños lloran, portadoras de aliento, preocupación social por la indiferencia al dolor e invitaciones a respetar la naturaleza.
Pero las canciones más coreadas fueron las alusivas a las diversas formas del amor prohibido, en líricas como las de Oye, Rayando el sol, Vuela libre, paloma, Bendita luz, Labios compartidos, Clavado en un bar y Mariposa traicionera. Ni un solo vocablo se quedó sin ser repetido por los enérgicos espectadores.
Asimismo, el sabor afroantillano se coló con pinceladas de salsa en Corazón espinado y De pies a cabeza, melodías que motivaron el meneo de caderas.
De hecho, una de las peculiaridades del show fue la integración de la fanaticada en el escenario tras llevar a cabo diversos concursos. Por ejemplo, los integrantes de la agrupación escogieron a tres guitarristas pre-seleccionados por la compañía de telefonía móvil T-Mobile y los invitaron a tocar con ellos el número Me vale.
Y para honrar otra competencia, se subieron a un elevado sobre el área del manejo del sonido, en arena, para ofrecer un popurrí acústico de éxitos radiales –entre los que figuraron Vivir sin aire y Si no te hubieras ido (original de Marco Antonio Solís)– cerquita de cientos de celulares en acción sacando fotos.
Además, a la pantalla gigante se sumaron dos monitores más, de modo los espectadores ubicados en secciones lejanas tuvieron que esforzarse poco por ver los gestos de los sudorosos músicos y los efectos especiales de los que se armaron.
Un fallo del concierto fue la mala memoria de Fher al entonar Tú eres mi religión. El error de haber intercambiado dos versos parece no haber sido percibido por el público, convertido en coro hipnotizado.
Entre los seguidores fieles del grupo se destacaron el pintoresco Mangual “el Gallo” y su hermana Lida, ambos de Naguabo, quienes se describieron como los fanáticos número 1 de Maná en Puerto Rico y mantuvieron encendida el área de arena.
La velada terminaría con la melancólica canción Muelle de San Blas, luego de casi dos horas de intensidad sentimental.
“Drama y luz” es una producción de Angelo Medina y tendrá dos funciones adicionales este viernes y sábado.