Mayaguez. La Sultana del Oeste despidió hoy sábado a uno de los suyos, el músico puertorriqueño Roberto Roena, con un homenaje de pueblo en el Palacio de Recreación y Deportes.

Los asistentes que llegaron al recinto desfilaron de dos en dos ante el ataúd negro, en el que se colaron las dos banderas: la de Mayaguez y la de Puerto Rico. Arreglos florales de rosas y orquídeas blancas se ubicaron al lado del féretro.

“Este es uno de los grandes y tenía que estar aquí para despedirlo”, sostuvo el mayagüezano Jorge Rivera.

El portavoz de la familia, el cantante Waldemar Volmar se dirigió a los presentes para reconocer a quien fue un “padre musical para todos los que integrantes del Apollo Sound” que “siempre procuró el bienestar de su familia, de sus hijos y nietos”.

La familia inmediata de Roena optó por no emitir declaraciones durante los actos fúnebres, ya que mientras se organizaban los preparativos de velatorio, el Tribunal de Primera Instancia de Carolina emitió una sentencia de entredicho provisional e injuction preliminar y permanente en respuesta a una demanda interpuesta ayer por la viuda de Roena, Antonia Maria Nieves Santos, contra Gladys Roena, hija del músico.

Según lee el documento, suscrito por el juez superior Ismael Álvarez Burgos, la viuda reclama “que los hijos del Sr. Roena no le permiten entrar a la funeraria, ni a los actos a celebrarse desde este viernes hasta el lunes y que éstos continúan tomando decisiones sobre el cuerpo del Sr. Roena que le corresponden en Ley por ser su viuda”.

Este medio de comunicación no divisó físicamente a Nieves Santos en el velatorio, pero sí se le reconoció en el saludo protocolar.

“Su música nunca dejará de sonar y sus enseñanzas nos van acompañar el resto de nuestros días. Antes había que buscar dónde se iba a presentar para verlo tocar. Ahora el mundo tiene el privilegio de mirar al cielo y lo van a poder ver, porque podrán celebrar su música. Aunque estemos con el corazón hecho pedazos debemos celebrar y honrar la grandeza de Roberto. Agradecemos a la gente de Mayagüez, que siempre tuvo presente honrar su trayectoria en vida”, sostuvo Waldemar Volmar.

La orquesta Apollo Sound, fundada por Roena una vez salió de las filas de El Gran Combo de Puerto Rico en el 1969, rindió un homenaje musical a su fundador con la interpretación de temas clásicos, que incluyeron “Cui cui”, “Tú loco, loco”, “Mi desengaño” y “Marejada feliz”, entre otros. Los asistentes, incluyendo la familia inmediata del fenecido artista, cantaron a coro varios de los éxitos y entre el público al menos dos parejas salieron a bailar.

Familiares, amigos y fanáticos participan de los actos fúnebres de Roberto Roena en Mayagüez, cuyos restos llegaron al barrio Dulces Labios a media mañana.
Familiares, amigos y fanáticos participan de los actos fúnebres de Roberto Roena en Mayagüez, cuyos restos llegaron al barrio Dulces Labios a media mañana. (Vanessa Serra Díaz)

No cabe duda que la sonoridad de Apollo Sound resuena con fuerza en cualquier parte, ya que la armonía musical creada por Roena sigue intacta y vigente.

Entre los músicos del género de la salsa que asistieron al velorio en el Palacio de Recreación y Deportes estuvieron Edwin Rosa y Eddie Montalvo.

El alcalde de Mayagüez, José Guillermo Rodríguez asistió al evento para agradecer a los compueblanos que despidieron con orgullo al “Señor Bongó”, “que recibió lo más importante para un artista: el aplauso del público”.

Fue el principal de los actos fúnebres planificados para el día. Los restos del director musical arribaron a media mañana a Mayagüez procedentes de San Juan y en su natal barrio Dulces Labios fueron recibidos al ritmo de bomba y plena.

“¡Qué viva Roberto Roena!”, fue el grito colectivo de los vecinos de la comunidad una vez llegó el coche fúnebre.

Tan pronto el ataúd fue bajado de la carroza en la calle Manuel Monge, los músicos vecinos de Dulces Labios encendieron el rumbón al son del clásico “El escapulario”, tema que popularizó bajo su agrupación Apollo Sound.

La celebración de vida al ritmo de los tambores se apoderó de todo el vecindario justo al frente de la residencia de madera donde nació Roena en el 1940. No hubo lágrimas ni gritos. Todo lo contrario, los fanáticos del artista que plasmó una página dorada en la historia de la salsa en el mundo optaron por celebrarlo con la misma alegría que él regaló en vida.

Mañana domingo continúan los actos fúnebres en el Coliseo Roberto Clemente en un evento para público general y el lunes será el sepelio privado, en donde participarán sólo familiares y allegados por las restricciones que tiene el cementerio Borinquen Memorial de Caguas, de acuerdo a la orden ejecutiva.

Roena falleció a los 81 años el pasado 23 de septiembre en el Hospital de Área de Carolina, acompañado de sus hijas Brenda y Gladys Roena y del cantante Andrés Waldemar, miembro activo de su orquesta.

Le sobreviven sus dos hijas, Brenda y Gladys, y sus hijos Iván y Francisco. Su hijo Roberto falleció hace un año. Todo el núcleo familiar del percusionista y los miembros de Apollo Sound, junto a los vecinos de la comunidad mayagüezana realizaron una procesión por las calles Manuel Monge, Benigno Contreras y frente a la placita del Bar Dulce Plena se escucharon varias plenas en honor a quien fue uno de los miembros fundadores de Cortijo y su Combo, luego de El Gran Combo de Puerto Rico, así como director de su agrupación, Apollo Sound.