El encierro de pronto se abrió a un espacio de alegría, desahogo, risas, baile y una sensación de libertad, sin esposas ni cadenas. La emoción por un tiempo fuera de lo rutinario se percibía desde que se entraba a la cancha del Centro de Rehabilitación de Mujeres, en Bayamón.

Allí se reunió una selección de 60 confinadas (de un total de 204), cada una uniformada según el color que identifica la custodia, desde la mínima hasta máxima, además de dos jóvenes y el grupo que ya está en una etapa de transición hacia la libertad. Había entusiasmo, porque la cantante Melina León iría a cantarles como un regalo anticipado por el Día de las Madres.

El calor se ignoró una vez la artista cruzó la entrada y las confinadas se unieron en un grito de regocijo como muestra de agradecimiento por estar allí en la mañana de este lunes que, definitivamente, no comenzó como uno ordinario.

Melina León -aún en medio de los ensayos para su concierto este viernes- aceptó la invitación de la maestra de baile Juliana Ortiz, quien dirige en las cárceles el programa Por amor al arte, para cantarle algunos de sus éxitos, a la vez que compartió un testimonio de fortaleza y esperanza para ellas. Les confesó que se crió en un hogar con su madre y dos hermanos, y que fue víctima de la violencia de género que sufrió la madre en un segundo matrimonio. Fue un abuso que se prometió no repetir en la crianza de su hijo Manuel ni de su nieto Manuel Andrés, con quienes procura celebrar la maternidad todos los días.

“Le daba pelas a mi mamá, y de los tres niños, yo siempre recibía los cantazos en la cara”, les dijo. Fue una situación que, según contó más tarde, ella exteriorizaba con sus muñecos Barbie y Ken. “Mi Ken siempre le daba a la Barbie, así que es algo que ahora de adulta me doy cuenta, pero siempre mi Barbie lloraba porque el Ken le daba. Entonces, era lo que estaba viendo en mi casa, pero estaba muy pequeña para saber lo que estaba pasando, así que es fuerte”, relató.

Motivó a las atentas reclusas a tratar de hacer las cosas diferentes, aún en las condiciones de encierro en las que se encuentran.
Motivó a las atentas reclusas a tratar de hacer las cosas diferentes, aún en las condiciones de encierro en las que se encuentran. (Carlos Giusti/Staff)

Antes de cerrar su mensaje para animarlas a ritmo de merengue, las exhortó a buscar la manera de hacer las cosas diferentes, aún desde el encierro.

Melina Léon casi no terminó de preguntar qué canción querían escuchar, cuando una reclusa que aguardaba en primera fila, se puso de pie y comenzó a cantar “Cuando una mujer”. El coro no se hizo esperar. Fue una escena conmovedora. Todas cantaban con fuerza, con deseo, con ganas de ser escuchadas. Pareció que con cada estrofa liberaban alguna emoción reprimida. Algunas dejaron correr las lágrimas por las mejillas.

La cantante, por su lado, se entregó a ellas. Las miró fijamente, las abrazó, las invitó a cantar y las complació con lo que querían escuchar. El clásico “Mujeres liberadas” fue otra catarsis, pero esta vez dejándose invadir por el ritmo de pies a cabeza. La mayoría se paró, cantó, bailó y soltó. La energía se mantuvo arriba con la versión en merengue del tema de Shakira con Bizarrap, titulada “Pa’ tipos como tú”.

La entrega fue mutua, pues la artista no dejó escapar momento para hacerlas sentir acompañadas y apoyadas.
La entrega fue mutua, pues la artista no dejó escapar momento para hacerlas sentir acompañadas y apoyadas. (Carlos Giusti/Staff)

La despedida tuvo un tono más profundo. La intérprete cantó por primera el tema “Hasta que llegaste”, que Benjamín Vélez le escribió para que se la dedicara a su nieto. Anteriormente hizo lo propio para el hijo de ella.

Melina León les dijo adiós, reiterándoles su apoyo, y de inmediato volvía la rutina. Los oficiales correcionales dirigieron a las confinadas hacia el “master de control”, de regreso al encierro.

Para la artista, esta fue una oportunidad de tomar fuerza para su próximo encuentro con sus seguidores desde el Coca-Cola Music Hall. “He tenido la oportunidad, en muchos años de mi carrera, de visitar no tan solo a las mujeres, sino a los varones también, y siempre es impactante”, afirmó.

“A veces ves mucha gente joven y después sabes las cosas que están pasando y que no van a poder salir nunca más, y es horrible, yo que valoro tanto la vida y la libertad. Pero quería sacar el tiempo, porque a mí me ayuda (se emociona). Yo llevo música para ayudar, pero la verdad es que la música me ha ayudado a mí en el transcurso de mi vida, y sé que la música llega, aunque sea alegre, siempre tiene un mensaje que ayuda”, subrayó, también dejando escapar las lágrimas.

Las confinadas entraron a la cancha sin esposas ni cadenas, lo que les permitió disfrutar del concierto a plenitud.
Las confinadas entraron a la cancha sin esposas ni cadenas, lo que les permitió disfrutar del concierto a plenitud. (Carlos Giusti/Staff)

Me da fuerzas; el viernes voy a tener mucho más fuerza, porque valoro el poder que tengo de poder cantar en un escenario y seguir haciendo lo que amo”

-Melina León, cantante

Reconoció estar en estrés por el concierto de su 25 aniversario en la música, por estar involucrada en el proceso de producción y artístico, pero decidió asumirlo como una fiesta más. “Después que tenga mi voz clarita, no importa si no bailo, si me caigo, quiero cantar, expresar”, advirtió.

Un tema que incluirá en el repertorio será “Un extraño en mi bañera”, de Franco De Vita. “Entiendo que es bueno hacerla, porque quiero impactar a alguien, o quiero dar un mensaje aunque sea una sola persona que esté allí, porque quiero que vean la niña que fui yo”, apuntó la merenguera.

Finalmente, Melina León motivó a las mujeres a continuar sus luchas, por más difíciles que parezcan. “He estado bien mal, pensando que la cosa no va a subir y papá Dios hace obras maravillosas, así que no se quiten, porque hay que darse cuenta de que tenemos un propósito y que por más bajo que toquemos, siempre va a haber una oportunidad para echar pa’lante y lo he vivido, así que lo puedo decir con fe, que no se quiten y aprovechen las oportunidades”, puntualizó.

Fueron 60 de las 204 confinadas las que participaron del concierto, como parte del programa Por Amor al Arte.
Fueron 60 de las 204 confinadas las que participaron del concierto, como parte del programa Por Amor al Arte. (Carlos Giusti/Staff)