Melodie Joy siempre supo que había nacido para cantar. A los 13 años pisó un estudio de grabación por primera vez y a los 15 ya contaba con una producción discográfica. Pero, aunque continuó colaborando con otros artistas de música sacra, su vida tomó otro rumbo. Se dedicó a hacer trabajos de oficina. Mientras, en su cabeza seguían surgiendo composiciones musicales.

Entonces, durante el servicio de año nuevo del 2003, sentada en el último banco de la iglesia, el mensaje que pronunciaba el pastor Clint S. Brown la hizo reflexionar. “El enemigo me quería matar y lo hubiera logrado si no hubiera estado allí”, recuerda sobre las dudas, las inseguridades y la falta de fe y esperanza que sentía en aquel momento. Cuenta ella que, a partir de aquel día, las puertas en el mundo de la música comenzaron a reabrirse y esta semana, ya con 28 años de edad, la puertorriqueña criada en Estados Unidos lanzó su segundo disco en español.

Su vida, sus pasos, su voz es una compilación de canciones que retratan por medio de la música distintas etapas de su existencia. Melodie Joy lo describe mejor como un “diario personal” en que relata vivencias anteriores, recuerda temporadas no tan felices y describe a su hombre ideal. Con esas mismas experiencias, dice, se puede identificar cualquier persona, por lo que asegura que su estilo es universal y no sólo va dirigido a personas religiosas.

Sueños, el primer sencillo promocional, es un testimonio del poder que tiene el ser humano para imaginar algo, desearlo y conseguirlo.

“Habla sobre no darte por vencido, alcanzar tus metas y tus sueños sin importar el tiempo que te tome. Esa canción me inspira mucho a mí y sé que la gente que la escuche sentirá lo mismo, porque todo el mundo necesita esperanza y todos necesitamos soñar”, expresa sobre el tema que en tres semanas ha alcanzado hasta la décima posición en la lista de canciones más sonadas de la radio cristiana.

Melodie Joy nació en Caguas, pero a los dos años se mudó con su familia a Estados Unidos. Muy pocas veces ha viajado a la Isla, por lo que no domina el español. Aun así, respondiendo a sus raíces, continuará cantando en este idioma.