Mucho más que música de culto
A pesar de que la balada es el género que domina la música sacra en la Isla, su evolución se dirige a una mayor aceptación de ritmos que se acercan más a la celebración.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Con la celebración de la Semana Santa son muchas las personas que recurren a la música cristiana en busca de reflexión. Sin embargo, con los años este género se ha diversificado a nivel internacional de manera tal que cada vez son más las estaciones radiales que lo programan y mayor la cantidad de artistas con temas que van desde la balada hasta el dubstep, que ofrecen conciertos multitudinarios y que hasta realizan películas con el objetivo de expandir su ministerio.
En Puerto Rico, según expresaron varios expertos, el panorama de la música religiosa no dista mucho de lo que ocurre en el resto del continente americano, esto a pesar de que el radioescucha que no necesariamente sigue esta música pueda tener la percepción de que lo que suenan las estaciones cristianas se mantiene dentro de la línea de la balada tradicional.
Eddie Joel Martínez Torres, programador de la emisora Radio Vida (90.5 FM), señaló que dicha apreciación es correcta y explicó que esto se debe a que el oyente cristiano busca aquella música de adoración a Dios que se canta en sus iglesias o que puedan interpretar en los cultos.
“Piden predominantemente las baladas congregacionales o lo que ellos le llaman canciones de adoración y alabanza. Le llaman de esa forma porque se cantan corporativamente en los templos. A ellos les gusta que lo que se canta en los templos se escuche en la radio o que lo que se escuche en la radio lo puedan cantar en los templos”, manifestó Martínez Torres.
“Por eso es que artistas cristianos cada vez más están grabando canciones fáciles de repetir en grupos y letras con las que todo el mundo se identifique, canciones que los inviten a tener una experiencia colectiva de adoración (…). Son canciones lineales, letras no complicadas, mucho estribillo, mucho gancho. La dinámica de la canción cuando la escuchas es que te invita a decirle cosas a Dios, como ‘ven aquí’, ‘te exaltamos a ti’, ‘tú eres grande’, ‘te amamos’, ‘tú eres el centro’. No son canciones complejas”, abundó, quien se atrevió a asegurar que las estaciones cristianas tienden a copiarse unas a otras en sus pautas musicales.
La experiencia de Orlando Mercado como programador de Nueva Vida (97.7 FM) con relación a lo música que solicita su audiencia es bastante similar a la de su colega en Radio Vida, pero más allá de ofrecer una respuesta categórica, teorizó que la preferencia por las baladas puede deberse a que por tratarse de un ritmo más suave es más fácil para los oyentes apreciar el mensaje.
“En este género cristiano, sacando la parte interpretativa, la voz y los arreglos, la gente lo que busca es la letra, contrario a la música comercial donde mayormente se buscan los ritmos. En este sector, la gente busca una canción que le hable, que los motive, que les diga que hay esperanza, que esa prueba (por la que está atravesando) va a pasar, canciones que alaben a Dios. Las razones son un poco distintas entre el oyente de la radio secular y el oyente de música cristiana. Quizás por eso es que yo creo que la balada domina”, dijo.
A pesar del dominio de la balada en la radio, resaltaron que en la última década la música cristiana se ha desarrollado en una diversidad de géneros, donde el reguetón y las fusiones con ritmos electrónicos cada vez ganan más fuerza. Exponentes de gran relevancia en el ámbito religioso, como Hillsong United y Skillet han calado profundo en los consumidores más jóvenes de la música cristiana a nivel internacional y en Puerto Rico ese comportamiento se ha replicado. De hecho, ambos grupos han ofrecido exitosas presentaciones en la Isla.
“En estos últimos 10 años sí ha habido, a mi entender, una variación en el sentido de que está llegando mucha más música de artistas de afuera que están gustando mucho en la Isla. Eso antes pasaba muy poco”, indicó Mercado al destacar que el desarrollo de la música cristiana se debe en su mayoría a la acogida que le han dado a este género los medios de comunicación y que comparó con el crecimiento del reguetón.
“La más rezagada es la tropical. La salsa tiene que crecer un poquito más, pero ahí está”, añadió Torres Mercado, sin restarle méritos al impacto que causó el dominicano Juan Luis Guerra en Puerto Rico y afuera con su música de corte cristiano.
Un aspecto que resaltó el programador en cuanto a la evolución del género es que cada día más artistas de la corriente secular en Puerto Rico incluyen temas cristianos en sus trabajos discográficos. Ejemplo de lo anterior son Víctor Manuelle, Andy Montañez y Charlie Aponte, según mencionó.
Para el sonidista Yamil Martínez, quien ha trabajado con numerosas figuras artísticas dentro del ambiente cristiano, cuando se analiza la apertura hacia ritmos más extremos en la música sacra hay que tener en cuenta el público al cual van dirigidos los temas.
“Para muchas personas ir a la iglesia es una experiencia solemne, para otras es una experiencia de celebración”, recalcó. Por ejemplo, señaló que en una iglesia que se identifica más con la juventud, el reguetón o rock van a tener una mejor acogida.
Añadió, por otro lado, lo complejo que es a veces difundir estos ritmos.
De otro modo, observó que la música cristiana que se produce en Puerto Rico debería trascender a nivel internacional más allá de las comunidades boricuas en Estados Unidos. Comentó en ese sentido, que hay que distinguir al artista puertorriqueño o latino que se radica y produce su música allá del que exporta su trabajo.
“En Puerto Rico, en cuanto al nivel, sí hay productos de nivel, pero hay gente que debió seguir escalando y hacer mejores productos, y no lo ha hecho por diferentes razones que sería un poquito complicado especular”, sostuvo.
Sobre el futuro cercano del género cristiano en la Isla, anticipó que si bien seguirá evolucionando, la constante siempre va a ser que “sea acomodable a un culto”. No obstante, subrayó que los servicios religiosos también cambian con el tiempo.
“Según el movimiento coja más fuerza y empiece a cambiar lo que es aceptable y lo que no es aceptable como música de adoración dentro de un culto va a hacer que surja apertura u otros géneros cojan más fuerza, que ahora mismo existen, pero no están tan difundidos ni tienen acceso a los medios”, puntualizó al recordar que la balada siempre ha sido un referente, independientemente del género de moda.
De otro lado, Martínez hizo un llamado a los programadores a ser más selectivos con la música que tocan y las intervenciones habladas debido a que cada vez la audiencia se educa mejor y se vuelve más exigente.
“Creo que deberíamos como industria buscar la forma de crear una mejor imagen de la música cristiana, porque todavía mucha gente piensa que es una cosa anticuada cuando realmente no es así y el hecho de que muchas emisoras son controladas por iglesias mismas restringen mucho qué música se puede tocar y qué música no”, agregó.