Discos de vinilo, casetes, “8-tracks” y discos compactos. Estos fueron los medios populares para difundir música el siglo pasado y hasta los años 2000, las tiendas de discos eran indispensables para el público poder escuchar el trabajo de sus cantantes y grupos favoritos.

Pero la llegada de los reproductores de audio digital a principios del siglo XXI provocó la merma en la demanda de estos artículos y, por consiguiente, la desaparición de los establecimientos que los vendían... y Puerto Rico no fue una excepción.

Ante ese escenario, Richard Soto, dueño de Music Stop, decidió transformar la tienda que fundó su padre Francisco Soto hace 49 años para mantener viva la afición de los melómanos, así como la sostenibilidad del negocio que ha logrado modernizar su oferta enfocada en vinilos.

Music Stop se mantiene como la tienda con la mayor oferta de discos de vinilo más grande del Caribe.
Music Stop se mantiene como la tienda con la mayor oferta de discos de vinilo más grande del Caribe. (David Villafañe Ramos)

Soto dialogó con Primera Hora sobre cómo la empresa -que tuvo sus orígenes desde Nueva York en los años 60, pero se mudó a la Isla con su primera tienda en Bayamón en diciembre de 1974- modificó su oferta para ampliar su oferta de vinilos nuevos una vez más, tras el auge que ha mantenido este formato desde que regresó por el interés del público joven de explorar las producciones musicales del ayer y su tecnología de reproducción, y el renovado afecto del consumidor tradicional.

“Todos los formatos de música los establecían formalmente las disqueras, ellos eran los que iban innovando y adoptando sistemas para reproducir música. En los 80 fueron las mismas disqueras las que empujaron que los carros tuvieran reproductores de casetes, y luego que tuvieran reproductores de CD en los 90, cuando los vehículos solo tenían radio. Ellos tenían ese motor encendido. Sin embargo, hace siete años, en Los Ángeles, se comenzó a ver un interés por escuchar discos LP (long-play), lo que llevó a las empresas a estudiar esta tendencia con cuidado”, expresó Soto.

Esta tendencia, para sorpresa de muchos, se convirtió en la norma, expuso el comerciante, al revelarse que la venta de los discos microsurcos en los anteriores cinco años aumentaron en doble dígitos, lo que provocó que las firmas musicales volvieran a prensar tanto producciones nuevas, como álbumes del pasado.

“Aquí hay dos vertientes, se está comprando mucho material de los artistas ‘nuevos’, como Harry Styles, Taylor Swift, Olivia Rodrigo. En el lado latino vemos mucho interés por los álbumes de Víctor Manuelle y Marc Anthony en vinilos. A la misma vez, ves que gente buscando las producciones de ABBA, Michael Jackson, ese álbum famoso de The Beatles, ‘Abbey Road’, que han tenido una demanda inmensa, al igual que los ‘soundtracks’ de películas como ‘Grease’ y ‘Saturday Night Fever’ ”, reveló el empresario.

Richard Soto, quien tomó las riendas de Music Stop en el año 2005, mantiene una oferta de discos y electrónica para el público en Puerto Rico y Estados Unidos.
Richard Soto, quien tomó las riendas de Music Stop en el año 2005, mantiene una oferta de discos y electrónica para el público en Puerto Rico y Estados Unidos. (David Villafañe Ramos)

De hecho, esa legendaria producción de la agrupación británica que se lanzó en septiembre de 1969 vendió más de 300 mil ejemplares en el año 2022. Mientras que el álbum “Thriller”, del conocido “Rey del Pop”, vende un promedio de 200 mil anualmente en este formato análogo, destacó Soto.

En el caso del comerciante boricua, fue un viaje en 2020 al Consumer Electrics Show de la ciudad de Las Vegas lo que le provocó curiosidad cuando vio que las ofertas más “novedosas” en la actividad incluían tocadiscos en diversos formatos de las marcas Victrola y Audio-Technica, así como colecciones de agujas y limpiadores.

“Ver eso en un evento donde ves los próximos televisores y electrónica del mercado te da un presagio de lo que se avecinaba en la industria musical, así que traímos los tocadiscos una vez más, algo que había desaparecido de nuestros anaqueles, y designamos una sección de cuatro pies de vinilos como un experimento”, sostuvo.

Ese experimento resultó exitoso para la empresa, dado que dos años después ese cambio llevó al negocio -que llegó a tener más de 15 sucursales alrededor de la Isla- a contar con los recursos para expandir la tienda de 800 pies hacia unos 2,500 pies, y ampliar su gama de vinilos, convirtiéndose en la tienda con la mayor colección de LP en el Caribe.

Además, el establecimiento cuenta con una tienda en línea donde los clientes pueden ordenar sus discos favoritos con opción de envío en la misma Isla y a los Estados Unidos.

“El mercado de Puerto Rico es muy diferente a los Estados Unidos. Aquí todavía se consume mucha música en físico y en muchas de las reuniones que hacemos con las casas disqueras matrices, a quienes le compramos directamente, le llevamos siempre el mensaje de que se mantengan manufacturando productos físicos porque el boricua le gusta conversar el producto musical físico, sobre todo en el género tropical, sin importar que los tengan ‘guardados’ en sus dispositivos electrónicos. Pero el vinilo nos ha tomado por sorpresa”, manifestó.

Soto, por otro lado, aseguró que esta tendencia logró darle vida nuevamente a una cultura que vivió en los principios del negocio que trabajó junto a su padre, a quien todavía se le ve por los pasillos del establecimiento, a donde han llegado figuras reconocidas como Romeo Santos, Ednita Nazario, Manny Manuel, Alex Ubago, y el duo Jesse y Joy.

“Yo vendí vinilos con mi papá hace varias décadas, y para nosotros ha sido una satisfacción inmensa volver a tener de nuevo esa dinámica de hace tantos años, donde la gente venía los fines de semana y reencontrarse con otros para hacer historia sobre los vinilos, y hacer historia de lo que tienen. Eso había desaparecido, y ahora esto llegó para quedarse”, apuntaló, al tiempo que indicó que este “boom” ha revivido la industria de vinilos en Estados Unidos y España.