“En la historia de la humanidad, nadie creció como Justin Bieber. En tiempos de redes sociales, nunca nadie fue tan famoso en todo el mundo; nadie durante su adolescencia fue la persona más ‘googleada’ del planeta”.

Scooter Braun –su representante– no se equivoca: la indiscutible estrella juvenil de Occidente de los últimos años es Bieber. Sus problemas mentales, las drogas duras y sus relaciones tóxicas (Selena Gomez acaba de declarar que sufrió “abuso emocional” de su parte) han sido la comidilla y el sustento para que sus detractores lo lapiden.

Su música, además, casi siempre fue ninguneada por los celadores de la virtud.

Hace cuatro años, la excesiva exposición hizo que el músico decidiera enclaustrarse, evitar los reflectores e iniciar una nueva vida en la que la propia felicidad sea su objetivo. El recorrido de estos años se registra en “Leaving the Spotlight”, episodio que documenta la transformación de Bieber y que ya se puede ver en YouTube Originals.

Allí, se le ve derrotado, exhausto, con ganas de patear la mesa y tomarse un respiro; un retrato muy cuidado por los encargados de su imagen, que quieren mostrar al niño que se sobrepuso a todo y se convirtió en un adulto sensato.

La tesis de la producción se hace obvia en palabras de Hailey Bieber, su esposa, quien –al igual que Braun– fue entrevistada para “Leaving the Spotlight”.

“Él empezó como un muchacho que se enfrentaba al mundo, y luego se transformó en un adolescente, un adulto joven, y todos vieron cómo pasaban las etapas de su vida. Ahora él se ha vuelto un adulto”, cuenta.

Al detalle

“Leaving the Spotlight”, primer episodio de “Justin Bieber: Seasons”, inicia con las reacciones del círculo más cercano a Bieber tras cancelar su gira mundial. Era el 2016 y, en medio de la gira Purpose –que estimaba unas ganancias de $200 millones–, el canadiense decidió tomarse un descanso.

Allison Kaye, su mánager, también aparece en los videos y explica la situación:

“[En este trabajo] uno se divierte mucho, pero también es una vida solitaria. Y hasta que uno no se despierte en una ciudad que no conoce, sin saber qué hace allí, no va a entender lo difícil que es”.

Ryan Good, amigo de Bieber, esboza otra hipótesis:

“Estar constantemente estimulado, tener a más de 50 mil personas esperando por ti y siguiéndote a donde vayas, hace que el cerebro se acostumbre a eso, a liberar altos niveles de dopamina, lo que hace que con el tiempo esa dinámica te deje de interesar”.

La verdad, sin embargo, siempre quedará en Bieber.