Los aplausos fueron sustituidos por las bocinas de los autos. Los asientos pasaron a ser bonetes, capotas, cajones de las pickups, sillas de playa, o los mismos del interior de los vehículos que este sábado accedieron al estacionamiento del estadio Hiram Bithorn, en Hato Rey, para asistir al “Drive Inn Summer Fest” con las actuaciones musicales de las bandas Circo y La Secta All Star, y del cantautor Pedro Capó.

Producido por Francisco “Paco López” y Alejandro Pabón, este fue el primer evento artístico en vivo que se realiza desde que se cancelaron los espectáculos por causa de la pandemia de Covid-19 y el primero tipo drive inn para un concierto. La recepción del público fue un lleno total, con 480 estacionamientos vendidos.

El formato estableció una experiencia distinta. Hubo expectación, pero también un gran entusiasmo entre la gente por volver a disfrutar en vivo de la música de su predilección en un ambiente que también les devolvió la sensación de libertad dentro de las limitaciones del distanciamiento social que prevalecen.

Familias, parejas, personas solteras, en fin, corrillos de todo tipo, crearon su propio ambiente de fiesta desde el espacio que ocuparon en el estacionamiento. Llevaron sus bebidas -desde cervezas hasta cavas-, y picadera, una práctica que en un concierto corriente no está permitido. Muchos usaron las mascarillas, mientras otros, quizás confiados de estar entre su mismo núcleo familiar o de amistades, prefirieron correrse el riesgo de no usarlas.

No obstante, cada asistente pasó por un registro inicial que incluyó la toma de temperatura y el ofrecimiento de sanitizador de manos.

“Espectacular”, reaccionó Giovanni Loubriel, de Corozal, a este nuevo concepto de espectáculos. “Una dinámica distinta, de verdad que debería haber más actividades de este tipo. Las personas están en sus autos, todo el mundo respeta el distanciamiento social, están usando mascarillas, excelente”, continuó Loubriel, quien “soltero al fin”, se gozó el programa musical cantando para sí mismo.

Para Álex Ithier, de Santa Isabel, la idea presentada por Move Concerts y No Limit Concerts le resultó “brutal”.

“Dentro de lo que es la experiencia de la pandemia y lo que es la nueva realidad del país, está brutal, y si no tuviéramos la pandemia, todavía estaría brutal”, dijo.

La mayoría de los asistentes entrevistados por este diario destacó la organización por parte de la producción, el distanciamiento físico entre las personas de un vehículo a otro, más consideraron razonable el costo de $30 por persona, además de la tarifa de estacionamiento, la cual varió según la fila ocupada.

“Es lo que hubiésemos pagado por un concierto regular de ellos, porque estamos hablando de buenos artistas, no estamos hablando de cualquier artista”, opinó Yadira Colón Ortega, de Manatí.

Siendo el vehículo un espacio privado de cada dueño, Delia Sotomayor no dudó en integrar a su gato, Pou, entre el “corillo” que la acompañó a ver a su artista, Pedro Capó.

La residente de Bayamón compartió que el evento le provocó nostalgia por el tiempo en el que disfrutó del drive inn de cine que existió en el actual Drive Inn Plaza de su pueblo.

“Me hacía falta esto, uno divertirse, hay mucho estrés, así que hay que salir“, afirmó la mujer sin dejar de acomodarse la mascarilla.

Circo, La Secta y Pedro Capó complacieron al público con una selección de sus respectivos éxitos, los cuales fueron celebrados con bocinazos espontáneos y otros incitados por los propios artistas.

Los productores López y Pabón anticiparon que, según fuera el comportamiento de parte del público en este primer concierto, los repetirían a lo largo del verano.