Tesoro musical de don Miguel Ballester y don Luis Quiñones
Se conocen desde que cursaban el primer grado en la escuela Federico Asenjo en Mayagüez.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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A don Miguel Ballester y don Luis Quiñones los une algo más que una amistad de infancia, los une la música. Pero no es cualquier tipo de música.
Ambos ingenieros retirados se conocen desde que cursaban el primer grado en la escuela Federico Asenjo en el barrio Balboa, en Mayagüez.
Hace cinco años, a don Luis se le ocurrió reunir su clase graduada del 1934 y ahí concidió nuevamente con Ballester. Lo que estos amigos jamás imaginaron fue que esa reunión sería el comienzo de lo que hoy es una casa discográfica que se especiliza en música del ayer.
“Miguel entró a la reunión y al ver que yo había pasado unos cuantos discos a CD me preguntó si yo podía hacerle el favor de hacerle lo mismo con dos disquitos suyos. Empezamos por dos disquitos, después dos disquitos más y después dos disquitos más hasta que terminó trayendo 54. Los pasamos todos a CD. Así salió el primer disco de 18 temas. Cuando lo escuchamos, nos dimos cuenta que era mercadeable y así empezó esta odisea”, relató don Luis.
Quiñones y Ballester, ambos de 82 años de edad, son propietarios de la compañía Ballester & Quiñones Corporation y de la disquera B&Q. Hasta ahora la firma ha lanzado cuatro producciones discográficas entre las que figuran los siguientes títulos: Remembranzas, Medley's, Boleros románticos y Tanda bailable.
En la actualidad, dichas producciones discográficas están disponibles en las tiendas Borders.
“Estamos haciendo gestiones con Selecto Hits para distribuir los discos en Estados Unidos y sabemos que a través de CD Baby nuestro disco ha sido vendido en Turquía e Italia”.
Los coleccionistas de música del ayer tienen sus oficinas en el municipio de Guayama, donde actualmente reside don Miguel Ballester.
El dúo de empresarios tiene ahora sobre el tintero otras cuatro producciones discográficas. Una de ellas recopila música de Gilberto Monroig y Ruth Fernández. Sin embargo, todavía no tienen los permisos para reproducir esa producción discográfica, según aclararon.
El fenecido compositor y director Luis María Frómeta Pereira, conocido artísticamente como “Billo”, es uno de los grandes ídolos musicales de este veterano binomio.
Podría decirse que a música de Billo fue la inspiración que tuvieron Ballester y Quiñones para adentrarse en la industria discográfica.
“Pero queremos dejar claro que nosotros no vemos esto como un trabajo, sino como un hobby”, distinguió don Luis, quien es paciente de Parkinson.
Don Luis mencionó que la música y esta nueva aventura que emprende con su amigo entrañable Miguel Ballester es la mejor medicina para combatir su condición de Parkinson. Lo distrae y le sirve de terapia. Pero no sólo eso. La música que este dúo se ha encargado de recopilar, grabar y distribuir trae a su memoria los recuerdos más gratos.
“Nos gusta la buena música y nos gusta verla plasmada. Es imposible que una música tan buena como ésta se quede escondida y no salga para el conocimiento de las nuevas generaciones”, observó don Luis quien, al igual que don Miguel, no disfruta de la música del reguetón.
“Gracias a Dios, no tengo ningún nieto que le guste el reguetón”, expresó don Luis.
“Esa música es como un sonsonete, que es una cosa que se repite y se repite y se repite”, concluyó don Miguel.