El cantautor puertorriqueño Wilkins derrochó pura energía en su concierto “La Leyenda”, que se celebró este sábado a casa llena en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes de Santurce. Desde que salió al escenario a las 9:00 p.m., el artista dejó demostrado que sigue más vivo que nunca, bailando, saltando, riendo, pero, sobre todo, cantando con la misma pasión y entrega de siempre.

Desde temas movidos como “Lambada”, con la cual arrancó el espectáculo, hasta baladas como “Qué me pasa contigo”, pasando por sus canciones de fe, entre ellas “Cómo no creer en Dios”, no hubo ni un solo momento en que el público no disfrutara con el intérprete, el cual dejó evidenciado que es una “leyenda” viviente, pues a pesar de los años de carrera sigue siendo admirado y venerado por sus seguidores.

El concierto inició en un tono “retro” cuando Wilkins salió al escenario con una chaqueta de brillo y dando pasos a la usanza de los setenta para interpretar algunos de los temas que popularizó en sus inicios.  Canciones como “Si yo fuera mujer”, “¿A quién vas a engañar?”, “Pensamiento y palabra”, “O tú o nada”, así como “Candilejas” y “Esto sí es amor”, fueron bien acogidas por una entusiasta audiencia, la cual no dejó de aplaudir, vitorear y gritar con cada nota y movimiento del artista.

“Gracias por recibir la invitación de que me acompañaran hoy. ¡Esto está más lleno que nunca! Los invité porque hay un pacto entre nosotros que va a durar toda la vida. Nos unen tantas cosas, pero, sobre todo, lo que más nos acerca es el mismo amor”, fueron las primeras palabras de Wilkins, quien se echó al público en un bolsillo desde el inicio de la velada con la potencia de su voz, carisma y vibrante personalidad. 

Cada tema que interpretó el músico de 65 años, como “Que me pasa contigo” y “Mi problema eres tú”, fueron coreados por el público que no dudó en piropear al cantante en cada momento con diversos gritos, entre ellos “¡te amo, te amo, te amo!”.

“Me quedo sorprendido porque pasan los años y ustedes siguen siendo unos rockmánticos de verdad. Todo se lo debo a ustedes, todo, todo. Gracias por tanto amor y rockmánticos hasta el final”, manifestó el artista, quien se cambió varias veces de chaqueta, elemento que sirvió para ir repasando cada una de las cuatro décadas que lleva de carrera musical, desde los setenta hasta la actualidad.

“Hay canciones que van madurando, inclusive, hay algunas que grabé 10 años o 20 años atrás y hay una generación que las descubre porque explican en esa generación lo que se está viviendo. La música es para que nos salve y nos devuelva la esperanza perdida”, precisó antes de interpretar “Sereno”, la cual realizó armado con su guitarra y acompañado de un coro.  

Antes de terminar la dedicatoria del tema, lo interrumpieron nuevamente los gritos de las fanáticas y fanáticos que lo hicieron reír en más de una ocasión. “Las traigo muertas”, expresó con picardía causando euforia. “Una canción no es una canción sin la energía de ustedes”, agregó.

Un medley de los 80 en el que incluyó “Respiraré”, “El sucesor” y “Te amo”, fue otro de los segmentos con el que el intérprete se consagró con su audiencia. Además de las baladas, Wilkins no dejó fuera su repertorio bailable como “Y que culpa tengo yo”, “Vuelve conmigo” y la famosa “Sopa de caracol”, donde movió sus caderas con cadencia y sabor. La intensidad interpretativa, en tanto, la desplegó en el tema “Bella sin alma”, que le mereció la ovación del público.

Para demostrar su versatilidad como cantante y compositor, Wilkins incluyó sus melodías de corte espiritual, entre ellas “Un nuevo amor” y “Cómo no creer en Dios”, momento que aprovechó para agradecerle al público por haber respaldado sus canciones de fe, así como por haberse dado cita al concierto en el momento difícil que atraviesa el país.

“Agradezco su presencia en uno de los momentos más difíciles de Puerto Rico, donde todavía hay mucha gente sufriendo en distintas partes de la isla y donde se ha revuelto todo”, comentó. “Somos hoy el resultado de todo eso que vivimos”, destacó para enseguida ofrecer un mensaje de optimismo y esperanza. “El objetivo de mi vida, de mi voz, de mis canciones, de mis conciertos, es llevar aliciente al corazón que necesite”, manifestó el intérprete, quien hace siete años sufrió una infección en la espina dorsal que casi le cuesta la vida.

El final del concierto -en el que participaron diez músicos- llegó con la canción de afirmación nacional, “De ahí vengo yo”, la cual el público cantó de pie, a modo de celebración. La noche no pudo ser mejor para el cantautor, quien se creció una vez más ante los suyos, dejando establecido que todavía queda Wilkins para rato.

La segunda función de este concierto “La Leyenda” se celebrará el 25 de mayo. Wilkins tiene 16 temporadas completadas en el Centro de Bellas Artes, siendo el artista que ostenta el récord con más funciones.