Un plan diferente al aire libre. Disfrutar la experiencia de presenciar un filme de estreno bajo las estrellas, o desde la comodidad de su auto, es una actividad que se ha dado por 32 años de forma ininterrumpida en el único ‘drive in’ de Puerto Rico, el Autocine Santana, un icono de Arecibo.

El espacio, de seis cuerdas de terreno con cabida para 250 vehículos, está ubicado en la carretera 662 kilómetro 0.5 en el barrio Santana.

Dos pantallas gigantes- con dimensiones distintas- se levantan en el lugar y, cuando cae la noche, se encienden para proyectar dos filmes en estreno para el disfrute de todos los que quieren ver una película desde su auto, “pick up”, silla de playa o hasta en el suelo.

De hecho, muchos hasta optan por llevar mattress en su ‘pick up’ para ver la película acostados. “También han sacado los asientos de las guagüitas minivan y los ponen al lado del carro y se sientan ahí todos. Lo chulo de eso es bajarte y quedarte en una sillita de playa, los que quieran aire acondicionado, se puede quedar con su auto prendido”, comentó el propietario del concepto Francisco Domínguez, acerca de la experiencia que ofrece en su negocio, que es un legado familiar.

“El cine siempre tuvo una sola pantalla, pero en el 2017, yo inauguré la segunda pantalla y damos dos películas distintas a la misma vez. Entras en tu auto, sintonizas la película en una emisora, pues cada pantalla tiene una frecuencia distinta. Mucha gente se baja de los carros y ponen sus sillitas de playa, está la grama bien recordadita y la gente tiran frisas en la grama. Es una experiencia única, es distinta, no tiene una comparativa en Puerto Rico de otra cosa igual”, agregó.

Una peculiaridad de este concepto es que, con los años, ha logrado mantener sus precios módicos, lo que para Domínguez es un atractivo para familias que buscan disfrutar sin gastar tanto.

El  área para comprar dulces y popcorn.
El área para comprar dulces y popcorn. (WANDA LIZ VEGA)

“Tenemos películas en estreno, igual que el cine. Salimos con ellas a la misma vez. Las películas que más funcionan, las más taquilleras, son las familiares; películas de muñequitos porque el público es bien familiar. Se cobra taquilla por persona, los boletos se venden en la misma entrada y es por orden de llegada, pero cabe mucha gente. La taquilla tiene un costo de $3.50 por persona, que es mucho más económico que el cine regular y se convierte en una opción para las familias grandes que se les hace cuesta arriba ir al cine regular”, sostuvo el propietario, quien opera su negocio todos los días (a excepción de los martes) con una sola tanda los lunes, miércoles y jueves a las 8:00 p.m. y, dos tandas de viernes a domingo a las 7:30 p.m. y 9:30 p.m.

Mientras, el popcorn y las golosinas típicas del cine no pueden faltar y, para darle un toque más boricua los visitantes pueden disfrutar de frituras, como si se tratase de un chinchorro.

“Tenemos un ‘snack bar’ donde vendemos todo lo que vende un cine regular; tenemos muchas cosas como el popcorn, dulces, refrescos, hot dogs y nachos. Adicional, tenemos otras cosas como frituras, cositas de picar que un cine regular no tiene como papitas con queso y bacon, mozarella sticks, nuggets de pollo, papitas fritas, entre otras cosas”, dijo el propietario del ‘drive-in’.

Muchas familias colocan sillas y mantas en la grama y ven la película fuera de su vehículo. En la foto, Manuel Correa y sus hijos Armando y Andrés.
Muchas familias colocan sillas y mantas en la grama y ven la película fuera de su vehículo. En la foto, Manuel Correa y sus hijos Armando y Andrés. (WANDA LIZ VEGA)

Un legado familiar que preservar

“Auto Cine Santana fue fundado por mi bisabuelo, don Elías Gerandi y mi bisabuela Guillermina Alum. Ellos tenían ya salas de cine regulares en Arecibo y ya estaban esos negocios. Pero en el 1957 decidieron hacer un ‘drive-in’ también. Hubo un momento, a finales de los 80, en que estuvo cerrado, pero no sé cuánto tiempo. En el 1990, papi y mami le compraron a mi abuelo y a sus hermanos y volvió a abrirse el auto cine”, relató Domínguez, quien luego de sus padres, se hizo cargo del negocio familiar.

El propietario, de 41 años, dijo que hubo varios autocines en la Isla, siendo el de Bayamón el que estuvo operando hasta el 1990.

Las expectativas para el negocio son expandirlo y mantener el ambiente familiar que allí impera. “El plan es mantenerlo, aunque mantener este negocio es bastante cuesta arriba, pero lo hacemos. Espero, de alguna forma, expandirlo y dar un mejor servicio, mejor calidad, seguir trayendo películas buenas que son las que el público le gusta”, culminó el comerciante.