Desde que Wanda Gisela Malavé (63) recibió a su hijo Jadriel Weir hace 29 años supo que en algún momento tendría que hacer un alto en su vida profesional para ser su cuidadora a tiempo completo. El menor de sus tres hijos presenta perlesía cerebral con hidrocefalia y cuadriplegia.

Wanda Gisela ocupaba la posición de gerente de recursos humanos del antiguo Hospital Hermanos Meléndez (ahora Bayamon Medical Plaza) cuando su hijo nació. “Seguí trabajando, era cuidadora, más seguía trabajando”, contó. “Tengo un bachillerato en trabajo social y tengo un postgrado en administración de recursos humanos con otras certificaciones en un montón de cosas. Estudié cocina, repostería, estética, estudié cursos de costura; todo lo que podía hacer en el marco, porque sabía que en algún momento iba a estar en casa”.

Las complicaciones en la salud de Jadrielito, como ella lo nombra, comenzaron a agudizarse cuando tenía tres años. Contrajo meningitis viral y bacterial, y todas las posibilidades médicas de que pudiera caminar se esfumaron. Más adelante, cuando alcanzó los siete años, presentó unas contracturas y espasticidad severas, lo que casi le provocó un desgarre de cadera. Producto de esta complicación le cortaron el hueso que une la cadera con el muslo. “Está totalmente encamado, es un niño altamemte dependiente, pero dentro de su condición es un niño saludable y, sobre todo, feliz”, compartió la madre, una comerieña residente del pueblo del chicharrón por más de tres décadas.

Malavé separa tiempo en el cuidado de su hijo para mantenerse activa como imagen de marcas y creadora de contenido para sus plataformas sociales.
Malavé separa tiempo en el cuidado de su hijo para mantenerse activa como imagen de marcas y creadora de contenido para sus plataformas sociales. (Ramon "Tonito" Zayas)

Mientras los retos de salud y cuidados de Jadriel acrecentaban, Wanda Gisela fue cesanteada de su empleo ante la proximidad de la venta del hospital. Recibió su cesantía un 28 de febrero, misma fecha en que 30 años antes había sido empleada. “Fue un despido dialogado, con respeto, y ya el hospital se veía que lo iban a vender y el doctor (Machado) se vio que me quiso proteger. Me dieron mi liquidación, que eso fue muy importante, y siempre hubo un diálogo con mucho respeto”, recordó.

Esa realidad le marcó el momento para quedarse en la casa al cuidado de su hijo. No sabía que años más tarde, específicamente en abril del 2022, también asumiría el cuidado de su esposo, Erick Martínez, quien entonces fue diagnosticado con cáncer de lengua, garganta y cuello.

“Él es un milagro también. Cuando cayó en intensivo en Centro Médico, la doctora vino a hablar conmigo, también muy humana, y me dice, ‘si él sale es un milagro, pero debes ir preparándote’. Fue bien fuerte, porque él iba a morir, fue Dios que lo salvó”, afirmó.

Wanda Gisela habla con firmeza y ternura a la vez. Se le percibe dinámica, alegre, dice que siempre anda riendo, aunque también llora casi a diario. Lo maravilloso de su historia es la manera en que asumió su rol desde el primer momento y advierte que ha podido hacerlo, porque tiene el talento, el entusiasmo y el apoyo para hacerlo, pero reconoce que cada cuidador o cuidadora tiene una realidad distinta.

Encontrada en su casa, entró en el mundo de las redes sociales y pronto levantó dos blogs, wandagisela.com, y elcalderitodeotilia.com, plataformas que utiliza para desahogar sus pasiones: el bienestar físico y emocional, y la cocina. “En Wanda Gisela, (en la sección) Canas en libertad, quiero empoderar a la mujer para que, independientemente de las ciurcunstancias que te rodean, puedas jugar con tus circunstancias. Tienes que adaptarte a tus circuntancias. Trabajo desde mi casa, y cuando en la mañana tengo que crear algún contenido, sea para una marca o para mis plataformas, me voy con Jadrielito al cuarto, termino con él, le doy su terapia, estoy pendiente a que también él esté bien, y me voy al cuarto y trabajo”, indicó de la faceta de influencer que experimenta ahora. “Si alguna marca requiere de mi trabajo fuera de la casa, hago mis gestiones con doña Carmen, que es mi familia, y ella se encarga del nene y me asiste y me vela a Erick, que gracias a Dios está mucho mejor”.

El esposo, Erick Martínez, está en etapa de remisión de cáncer de lengua, cuello y garganta.
El esposo, Erick Martínez, está en etapa de remisión de cáncer de lengua, cuello y garganta. (Ramon "Tonito" Zayas)

El testimonio de Wanda Gisela es uno de tres recogidos en la campaña Ponte en su piel, de L’Oréal Dermatological Beauty (LDB), con sus marcas CeraVe, La Roche-Posay y Vichy, la cual cuenta historias reales de amor y sacrificio para visibilizar y concienciar sobre la realidad de los cuidadores y la importancia de su rol.

“Yo decidí que a mis tesoros los cuido yo, y que si voy a hacer algo, no los puede afectar a ellos. Ellos son mi prioridad. No existe el número que pueda poner la escala a la prioridad que puede tener Jadrielito en nuestra vidas. Mi esposo igual, obviamente, él es mi compañero de vida; el cuidado de ellos, el bienestar de ellos, es mi prioridad”, subrayó. “Pero para que ellos estén bien, mami también tiene que estar bien, y la realidad es que en este país no podemos depender de que las ayudas te van a llegar y todo te va llegar, sino que tienes que, lamentablemente, seguir trabajando para poderles dar una mejor calidad de vida a ambos”.

Va a llegar el momento en que yo voy a estar ahí y mis hijos saben lo que tienen que hacer, porque son 63 (años) y uno se enferma y va a llegar el momento en que voy a ser cuidada, y sé cómo voy a reaccionar cuando mis hijos me cuiden a mí, o en el hogar en que esté, porque parte de este proceso de familia es que lo hemos hablado todo y se respetan las decisiones, pero si algo me encantaría que la gente entendiera y se pusiera en nuestra piel, es que esto es una labor que se hace con amor”

-Wanda Gisela Malavé, cuidadora, influencer en temas de bienestar y cocina

Si algo reiteró esta encantadora mujer es que su realidad es única, por lo que no se puede juzgar a quienes llevan la responsabilidad del cuidador de forma distinta. “No nos podemos dejar. Es una decisión, mientras lo pueda hacer, lo voy a seguir haciendo y tengo el apoyo de ellos, y tengo el apoyo de mi familia, y tengo el espacio en mi casa, donde he creado mi entorno, y me proyecto y me produzco para trabajar. Me siento en la computadora como si estuviera en la oficina, porque eso me da ese espacio, ese mood para poder hacerlo, pero hay personas que la realidad es que no pueden y no lo podemos juzgar, porque cuidar a Jadrilieto y cuidar a Erick no es lo mismo que cuidar a un paciente que tiene Alzheimer”, reconoció con una sensibilidad que le brota en cada palabra.

El entusiasmo que le imparte a su vida en general es reflejo del cuidado físico y emocional que procura para sí misma. Para cuidar la piel del rostro usa la línea Neovadiol, de Vichy, y para las manos, CeraVe, pero para cuidar la mente y el corazón, se abraza cada mañana y agradece cada nueva oportunidad de vida.

“Si voy a empoderar a este 90% de mujeres adultas que son cuidadoras a amarse, tengo que demostrarles que me amo, y la realidad es que me amo, y no todo son rosas. Yo puedo decir que, prácticamente, lloro todos los días; que debajo de la ducha, de esa agüita caliente, ahí vas soltando todo lo que pasó durante el día”, confesó.

Tratar de mostrarse en su mejor cara e imagen es parte de la conciencia que posee como cuidadora, porque aunque se esté “muriendo por dentro”, como sintió estar en la gravedad de su esposo, mientras la vean bien, ellos también lo estarán. “Ese es uno de los procesos más difíciles del cuidador, cuando te presentas a la persona que cuidas. Las penas son muchas, las cargas son muchas, los sufrimientos son muchos, pero las satisfacciones son más. Si te tienes que montar en el carro y gritar, hazlo, pero no lo hagas delante de las personas que cuidas, ellos no tienen la culpa de sus circunstancias. Nos tocó y si nos tocó, vamos a trabajarlo y vamos a hacer que el proceso sea menos difícil”.

Como portavoz que siente ser de la población adulta mayor y de los cuidadores en Puerto Rico, Wanda Gisela lamentó que no exista la orientación ni los servicios dirigidos a estos grupos por parte de las agencias gubernamentales, por ello agradeció la visibilidad que les brinda la campaña Ponte en su piel, tanto a ella como a Mónica Quesada, diseñadora de interiores y cuidadora de su hijo Luigi; y a Yan Christian Collazo, actor y cuidador de su padre.

Actualmente mantiene dos blogs, en los que aborda los temas que la apasionan, el bienestar emocional y físico, y cocina.
Actualmente mantiene dos blogs, en los que aborda los temas que la apasionan, el bienestar emocional y físico, y cocina. (Ramon "Tonito" Zayas)