Amor, café y agricultura: conoce la Finca Neo Jibairo
En Río Grande, una finca combina la siembra, el barismo y la tradición jíbara con una propuesta única para los sentidos.
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Cursaron la misma universidad y el mismo grado: agricultura en el recinto utuadeño de la Universidad de Puerto Rico. Aun así, nunca cruzaron camino. Pero tal es el destino, que los unió a través de sus pasiones, pues tal historia de amor no se podía quedar en un “tal vez”.
Francisco Castro Barreto y Cristina González Rodríguez, quien siempre abrazó una pasión por el barismo, unieron sus dos amores en uno: la agricultura y el café. Así, nació la Finca Neo Jibairo, 10 cuerdas de terreno en los Llanos Costeros del Norte, en Río Grande.
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“Mi pasión por la agricultura y su pasión por el café se entrelazan y creamos Café Jardín (en la Finca)”, aseguró el copropietario y agricultor Castro Barreto.
“Siempre supe, desde mis 15 años, que quería tener un espacio así acogedor que la gente podía hacer lo mismo que yo hacía; (estudiar y compartir en) ese espacio de encuentro, especialmente ese espacio de comunidad. Entonces, al pasar los años, se mezcló la agricultura con el café, porque estudié agricultura y comunicaciones, y las vueltas que la da la vida, verdad, de poder crear este espacio”, dijo, por su parte, González Rodríguez quien está certificada como barista en Puerto Rico y por el Specialty Coffee Association.

En el Café Jardín, González Rodríguez, o Lluvia como es cariñosamente acuñada, vende productos confeccionados con frutas y vegetales de temporada cosechados de la Finca, variando el menú de repostería, jugos y batidas naturales y frescos, así como matcha ceremonial, emparedados y tostadas. Todo esto, rodeado de plantas y la naturaleza pacífica.
“Café Jardín no es solo un ‘coffee shop’: es la prueba viviente de que cuando se trabaja con amor por la tierra y se unen dos pasiones, se crean lugares que transforman a quienes los visitan”, dijeron en declaraciones escritas.
“Vendemos una experiencia de estar rodeado de plantas. Esa experiencia de estar rodeado de la maleza se convierte en memorable que traspasa una simple taza de café o un matcha”, aseguró Lluvia.
Cómo todo comenzó
La Finca Neo Jibairo, cuya traducción es “nuevo jíbaro”, nació hace 16 años cuando Castro Barreto cultivaba frutas y vegetales en la finca de su “señora madre”. De su módico huerto, llegaron tantos vecinos y chefs para comparar de su cosecha, que se vio obligado a buscar tierras más amplias.
“Creció tanto y tanto y tanto la venta de frutas y vegetales que me tuve que mudar”, relató Castro Barreto.
Ahora, entre maleza, árboles y plantas, se cosechan 26 tipos de frutas y vegetales, como plátano, guineo, plantas ornamentales, berenjena, lechuga, papaya, yerba buena, menta, albahaca, pepino, tabaco y melón de agua, entre otros.
También, “como producto de valor añadido”, se llevan a cabo todos los procesos del tabaco, desde la siembra de la semilla, el añejo de la hoja y la torce de un cigarro “100% puertorriqueño”.
“Muchos de nuestros clientes, que en su mayoría son personas que visitan la Finca, siempre tenemos historias de personas que tenían sus abuelos, sus tíos, que trabajaban en fincas o trabajaban con el tabaco y venir a la Finca es como recordar para ellos nuevamente ese tiempo antaño de la agricultura en Puerto Rico”, dijo Castro Barreto.

En la mudanza de la casa de su madre a las 10 cuerdas de tierra es que conoció a Lluvia, pues llegó con productos para hacer composta para regalar.
“Ahí es que nace su nombre de Lluvia, porque cuando ella llega, muchas de las veces nosotros los agricultores lo que estamos esperando es que llueva y lo mejor para nosotros es la lluvia. Así que, ella llegó a esta finca como una bendición de lluvia, con composta, con plantas, con cosas super buenas y mira, se quedó”, relató el agricultor.
Además de estas experiencias, en la Finca también está la Casa Jibairo, una “mini casa” donde se ofrece una estadía tranquila y cómoda rodeado de la naturaleza. Incluye una cama tamaño “queen”, una litera, aire acondicionado, wifi, un “Smart TV”, libros y juegos de mesa. Igualmente, hay dos baños privados, una zona exterior con barbacoa, nevera y un acogedor espacio exterior con hamacas.
Date la vuelta
Para vivir la experiencia completa, ya sean talleres de tabaco, pasar unos días en la Casa Jibairo o tener un recorrido por la finca, debe visitar la página web https://fincaneojibairo.com. Allí puede reservar las experiencias.
“La Finca abre a la comunidad. Es un espacio interactivo que se presta para muchas actividades”, reiteró Castro Barreto.
Para visitar el Café Jardín o la tiendita, no se tiene que hacer reservación previa.
La Finca Neo Jibairo está abierto de jueves a domingo de 8:00 a.m. a 8:00 p.m.
“Ha sido enormemente el apoyo. Cada vez llega más gente, cada vez tenemos que hacer más compra. La acogida ha sido súper buena, tanto de las personas locales de Río Grande, Luquillo, las personas del área oeste. Recibimos turistas. Tenemos un público sumamente variado. Mucha persona apoyando”, resaltó González Rodríguez.