La vida continúa. Y hay que seguir trabajando para mover la economía.

Esta manera de pensar les sirve de motor a las artesanas Joanna Santiago, de Cabo Rojo, y Yadira Rosado, de Ponce, para mostrar sus trabajos en el Paseo de La Princesa en el Viejo San Juan en el marco de las Fiestas de la Calle San Sebastián.

Este año, la experiencia les ha traído vivencias distintas. Como parte del conglomerado de artesanos del Instituto de Cultura (ICP), en años pasados exhibían con el nutrido grupo en el Cuartel de Ballajá. En esta ocasión, tras la posposición del Fiestón Cultural del que formaba parte la feria de artesanías de la San Sebastián y que ahora tendrá lugar del 27 de febrero al 1 de marzo, se tambaleó esa posibilidad antes de que lograran un acomodo dentro de los artesanos que exhiben como parte de la gestión de la Compañía de Turismo.

Ayer, tras el corte de cinta junto a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, para dar inicio al festejo cultural, la ilusión se dibujaba en sus rostros. Pero lo cierto es que materializar su aspiración no ha sido fácil para ambas.

"Vine el miércoles sin tener dónde quedarme", dijo hoy viernes consternada Joanna, quien exhibe joyería en semillas. "Pensé, 'me quedo en el carro'. Pero una señora me habló del Pedrín Zorrilla y allí estoy durmiendo. Nos han tratado bien chévere", dijo haciendo referencia a las carpas habilitadas en el coliseo Pedrín Zorrilla como parte de los esfuerzos del Municipio de San Juan para ayudar a los afectados del sur.

Según relató, aunque su residencia no ha sufrido daños, los movimientos telúricos la mantienen con temor.

"Estoy afectada de los nervios. Cada vez que tiembla me dan ganas de llorar porque uno no sabe si se va a caer la casa", lamentó.

"Pero uno tiene que pagar deudas", dijo con resignación, y compartió que "las ventas han estado lentas".

Por su parte, Yadira relató que la noticia de la posposición del Fiestón Cultural le preocupó porque "esto significa dinero, el sustento de nosotros".

Al igual que a Joanna, Daniel Rosa, presidente de la Federación de Artesanos en Puerto Rico, la asistió para poder tener su kiosko en el Paseo de la Princesa.

"Me dijo 'llega, no te vamos a dejar fuera', y llegué el miércoles a las 7:00 de la mañana", agradeció la artesana de joyería en semillas y de madera del mar.

Los sismos en su área la tienen asustada. "Me han afectado emocionalmente porque tiembla y allá se siente fuerte. Mis hijos y yo dormimos en el piso de la sala para estar más cerca si hay que salir".

La ponceña, quien también duerme en una de las carpas habilitadas en el coliseo Pedrín Zorrilla, también llegó inicialmente a San Juan con la idea de pernoctar en su auto.

"Vine preparada para pasar los días ahí, porque hace falta el dinero, y esto representa una entrada de dinero grande", reiteró.

Una diferencia notable

El grupo reducido de artesanos del ICP que exhibe sus trabajos en el área del Cuartel de Ballajá lamenta la diferencia notable en los visitantes, que en años pasados abarrotaban el lugar histórico en el Viejo San Juan atraídos por los cientos de artesanos y artistas gráficos aglomerados dentro y fuera del sitio.

"Estoy frustrado porque las ventas de este evento hacen mi presupuesto de varios meses", confesó con desánimo Elo Molina, a cargo de un kiosko de artesanías de intrumentos típicos de percusión. "El Fiestón Cultural no funciona aparte de las Fiestas de la SanSe", expresó con relación a la nueva fecha.

"No se ve la misma cantidad de público", comparó, y atribuyó a la "suerte" el haber formado parte de los 50 que tuvieron la oportunidad de tener su puesto en el festejo cultural, que este año celebra su 50 aniversario.

Las ventas no han sido las mismas comparadas con años anteriores, pero "aún así me ha ido bien", agradeció el artesano de Canóvanas.

Joshua Díaz, por su parte, valoró la bonanza en la venta de camisetas de mensajes sociales y mensajes jocosos.

"Te diría que hice sobre un 40% en comparación con el primer día del año pasado", destacó el artesano del ICP, quien lamentó que centenares de compañeros no tuvieran la oportunidad de exhibir en estos días. "El volumen de personas que vaya al Fiestón va a depender de la promoción que les den, pero no creo que sea como aquí, que para mí representa la economía de tres a cuatro meses".

Más de lo que esperaba

La alcaldesa se mostró satisfecha con la multitud que visitó la ciudad amurallada ayer.

"Anoche hubo más de lo que yo esperaba, porque ha habido mucha controversia alrededor del comienzo de las fiestas, pero yo no me tengo que sentir complacida, mira la cara de los artesanos, la cara de la gente en agradecimiento", dijo en una de sus visitas por el Paseo de la Princesa.

"Lo importante para todos estos artesanos es que muchos de ellos cogen préstamos para comprar los materiales", enfatizó reiterando su postura de no cancelar el evento. "Hay que seguir. Hay que vivir".