Desconectarse por completo y disfrutar en pareja de las cosas sencillas de la vida, como el aire fresco, el canto de los pájaros, el amanecer o la majestuosidad del cielo, es parte de la experiencia que se llevan quienes se hospedan en La Casita Blanca Chalet.

Este “tiny house”, ubicado en el barrio Montones del pueblo de Las Piedras, es un alquiler a corto plazo (Airbnb) que se presenta como la escapada perfecta a la rutina diaria, que le permite sumergirse en un ambiente natural y muy especial.

Josehp López y  Erika Castro compraron la propiedad y dedicaron todo su corazón en rehabilitarla y decorarla para recibir huéspedes.
Josehp López y Erika Castro compraron la propiedad y dedicaron todo su corazón en rehabilitarla y decorarla para recibir huéspedes. (Xavier Garcia)

“La Casita Blanca Chalet es un tiny house de dos aguas con el techo en madera y paredes en cemento. Mide 20 x 20 y todo es pequeño, pero consta de tres niveles”, explicó Erika Castro, dueña del concepto junto a su esposo Joseph López.

Una de las particularidades de este espacio es que ofrece una hermosa vista al campo, donde se puede divisar la majestuosidad de El Yunque.

“La propiedad tiene un balcón a vuelta redonda desde donde pueden observar el amanecer que sube justo al frente. En la terraza pueden bañarse en el jacuzzi y sentir la tranquilidad de escuchar los pajaritos cantar y tener vista a El Yunque. Es sumamente relajante”, afirmó la propietaria del espacio que en su primer nivel cuenta con terraza, hamacas, columpio, jacuzzi y sillas para tomar el sol.

Su segundo nivel también cuenta con su terraza, además de enseres, comedor, baño, sala con televisión y un “coffee bar” para acompañar la experiencia con su tacita de café.

La "casita" cuenta con balcones a todo su alrededor desde donde el huésped disfrutará de espectaculares paisajes.
La "casita" cuenta con balcones a todo su alrededor desde donde el huésped disfrutará de espectaculares paisajes. (Xavier Garcia)

Mientras, en el tercer nivel se encuentra la hermosa habitación con aire acondicionado, cama queen, televisión, baño y una terraza donde puede tomar el desayuno o su café con una vista panorámica del campo. A pesar de que llevan solo un año operando, la dueña afirma que el espacio ha logrado excelentes referencias de sus huéspedes, lo que les motiva a continuar ofreciendo lo mejor.

“Ya cumplimos un año (marzo 2022) que la lanzamos a Airbnb, casi todas las personas coinciden en la tranquilidad del campo, la paz que trae y la desconexión que pueden tener aquí es mágica. Muchos me escriben que se siente el corazón que le pusimos al proyecto”, dijo la mujer de 38 años.

De paso, su interés es que todo el que se hospede en La Casita Blanca Chalet tenga la oportunidad de hacer turismo interno y conocer tanto a Las Piedras como a otros municipios de la zona este. Por tal razón promueven y recomiendan varios de estos espacios que les rodean para complementar la experiencia que ofrecen.

En la hospedería disfrutarás de todas las comodidades.
En la hospedería disfrutarás de todas las comodidades. (Xavier Garcia)

“Siempre le recomendamos a nuestros huéspedes que si vienen visiten El Yunque, Hacienda La Tormenta, Hacienda 8A para hacer corridas a caballo, Cubuy in the Air para hacer parasailing, entre otros lugares”, mencionó la toalteña, que vio en Las Piedras un espacio perfecto para compartir y despejarse.

Un proyecto de amor

Este espacio nace precisamente por las vivencias de este matrimonio, mientras se hospedaban en distintos lugares. De ahí surge el deseo de preparar un lugar propio que fuera el idóneo para pasar tiempo de calidad.

“En el 2019, nos quedamos en el Rancho Esto es Vida (Villalba) y luego en New Hamphire y nos fue naciendo ese deseo de tener algo similar para nosotros. Empezamos a buscar y un día vi esta propiedad y fuimos para allá. Eso fue antes de la pandemia (octubre 2019), la vimos y nos enamoramos, pero no pudimos comprarla. Ya en febrero del 2020 fue que pudimos intentarlo porque todavía estaba disponible”, relató Castro.

Desde que adquirieron la propiedad, Erika y Joseph pasaron dos años habilitándola y poniéndole “el corazón” para poder crear ese espacio especial.

“Estuvimos dos años trabajándola mi esposo y yo solitos con la ayuda de algunas amistades. Íbamos todos los sábados y domingos y nos tardamos dos años exactos”, contó la propietaria, quien se siente complacida con el resultado y espera poder seguir emprendiendo con otros espacios similares.

“Aspiramos poder tener propiedades adicionales porque nos encantó este tipo de negocio, ya que es una satisfacción ver los reviews de los huéspedes y saber que se sintieron bien en nuestro espacio. Cada vez que recibimos un inquilino nuevo eso nos crea una ilusión de que se lleve una buena experiencia y poder leer su review. Ese es el pago mayor”, concluyó.

Quienes deseen conocer más acerca de este espacio, pueden buscarlos en Facebook como La Casita Blanca Chalet o a través de la plataforma de Airbnb.