De fortín de guerra a joya escondida: así se camina hasta el Fuerte Caprón en Guánica
El sendero que conduce al Fuerte permite conocer la flora y fauna de este bosque subtropical.
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Guánica. Alguna vez, más de un siglo atrás, tropas españolas vigilaban intensamente la bahía guaniqueña desde lo que hoy día se conoce como el Fuerte Caprón. Es posible imaginar que les abrumaba la ansiedad y el temor mientras observaban la costa desde la torre de la estructura, en anticipo de la invasión estadounidense del 1898 que finalmente les arrebató el control de Puerto Rico.
Pero, a días de que se cumplan los 127 años desde la Guerra Hispanoamericana, es difícil imaginar que el ambiente de ese mismo lugar alguna vez fue de guerra. El Fuerte Caprón, erguido en el punto más alto del Bosque Seco de Guánica, es hoy día un símbolo de fortaleza dentro de un ambiente pacífico y de silencio sepulcral.
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La caminata
“Diablo, ¡qué cabr*n!”, exclamó uno de los senderistas mientras caminaba por la vereda pedregosa. Se le hizo imposible contener el asombro al presenciar la vista encantadora de la Bahía de Guánica, visible desde la vereda pedregosa que conduce al Fuerte.
Hay poca sombra en este camino. Los rayos del sol castigarán a todo aquel que se aventure pasadas las 10:00 a.m., recordándoles que el Bosque Seco realmente es el lugar más árido de todo Puerto Rico. Hay algún verdor en la vegetación, pero algunos han sucumbido al intenso calor, aparentando ser quemados y carentes de hojas.
Sin embargo, esto no le resta a la experiencia. Por el camino, conocerá la paz y el silencio absoluto, más allá de escuchar a algún lagartijito quien apresuradamente se esconde bajo las hojas secas, el cantar de una de las 185 especies de aves que habitan en el Bosque o la conversación casual de otro turista.
Y es que, para llegar al Fuerte, estará adentrándose al Boque Seco, que según el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) es el bosque subtropical mejor preservado y menos alterado por el hombre. También, es el hábitat de 15 especies de fauna identificadas como raras, vulnerables o en peligro de extinción, como el sapo concho, el ave guabairo, el carey de concha y el camarón trogoblita.
De las especies de aves, 14 son endémicas. Mientras, se han registrado 21 especies de reptiles y seis de anfibios, así como un sinnúmero de insectos y antrópodos. De organismos marinos, existen sobre 1,200 especies, incluyendo peces, esponjas, algas, corales, crustáceos y gastrópodos.
La flora, también, sobresale, pues se han identificado 45 plantas vulnerables o en peligro de extinción, como el bariaco, el palo de rosa y el árbol de violeta.
Las rutas
Hay dos maneras en las que puede llegar a este monumento histórico. El primero, y el más simple, ubica aledaño a la carretera PR-333, justo antes del kilómetro 3.1 y frente a la Playa Jaboncillo. Discover Puerto Rico, adscrito a la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR) ha delimitado claramente el área, con un letrero que apunta a la entrada del camino. Para llegar, puede ingresar “vereda hacia Fuerte Caprón” en la aplicación móvil Google Maps que lo guiará directamente a la entrada.
La caminata, relativamente simple y fácil completar, puede demorar entre 15 a 30 minutos, dependiendo en el paso del visitante. Por el camino, hay varias piedras a las que se le han atornillado flechas, indicándole al senderista por dónde continuar su paso para llegar al Fuerte.
Una vez ahí, puede entrar a la estructura. En su interior, encontrará ocho ventanas rectangulares y un banco circular. Desafortunadamente, toda el área está repleto de grafiti, a mano de visitantes que han deseado conmemorar su presencia allí o del amor que les tienen a sus parejas.
En la torre del Fuerte, al que se alcanza tras escalar 28 escalones, el turista podrá ver la Bahía de Guánica, la Playa Jaboncillo, la Ochoa Fertilizer Co. Superfund y hasta viviendas que se observan a lo lejos. Pese al intenso calor que caracteriza el área, es en esa torre donde más se disfrutan los vientos marítimos, refrescando al visitante quien pisa la fortificación española.
Los ciclistas, o aquellos que disfruten caminatas más extensas, pueden llegar al Fuerte a través del barrio La Luna. Esa ruta es de aproximadamente tres horas.
Historia del Fuerte
El Fuerte Caprón es uno de los últimos monumentos que dejaron los españoles durante su conquista de la Isla. Inicialmente, fue construido en madera, para luego ser fortificado en ladrillos en el 1898.
Una vez los estadounidenses tomaron control de Puerto Rico, bautizaron el fuerte en honor al capitán Allyn K. Caprón, militar la nación norteamericana quien falleció en Cuba a consecuencia de aquella guerra.
Los guaniqueños honran el simbolismo de este lugar, pues forma parta del centro de su bandera, entre franjas azules y amarillas.