Descubre el paraíso de las mariposas en Barceloneta
Entre flores y crisálidas, voluntarios cuidan más de 20 especies, incluyendo algunas exóticas que no encontrarás en otro rincón de la Isla.
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Nota el editor: Esta historia forma parte de la serie Coge Calle por la isla donde te presentamos los lugares turísticos en Puerto Rico que pocos conocen y que valen la pena ponerlas en calendario para visitarlas en algún momento.
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Barceloneta. Pareciera el portal del cielo. El aleteo de cientos de mariposas blancas, azules, naranjas y negras recibe a quienes las visitan, entre frutas, flores y hojas, tal si estuvieran dándoles la bienvenida a quienes han dedicado años a una vida en pudor.
Este paraíso no está en el firmamento. Es el mariposario de la Sociedad Sembry Planet, en el barrio Garrochales, en Barceloneta, donde voluntarios cuidan 20 especies distintas de mariposas.
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La organización sin fines de lucro, fundada hace más de una década, es el hogar del único mariposario certificado por el Departamento de Agricultura Federal (USDA, en inglés) para cuidar de mariposas exóticas, como la Luna azul, Cebra, Escarlata, polilla Atticus atlas, la Morpho deidamia, Morpho helenor y el Pieridae asiática, así como la Monarca puertorriqueña.
La misión de esta organización es simple: aportar a la conservación ambiental a través de la educación de experiencias.
“Particularmente nosotros, como organización ambiental, creemos en la educación y en la experiencia”, explicó a Primera Hora el fundador de la entidad, Ezequiel Rosa.
“Por ahí tenemos quizás muchos ambientalistas que (lo que hacen)…es pelear y no educar. Yo pienso (que) sí hay que hacer el esfuerzo de luchar en favor de nuestro patrimonio, pero muchas veces se nos olvida la parte de la educación y por yo decirte ‘no hagas eso, eso está mal’ no educo...Nosotros creemos que, a través de la experiencia, el contacto con esto y tú decir ‘wao, qué brutal, eso está en la naturaleza, eso está en mi mundo’ va a hacer de esa experiencia una relación, una cercanía, es maravilloso y esa relación que va ocurriendo yo sé que nace un cariño que me va a llevar a cuidarlo, porque cuando yo estimo algo y lo cuido, yo lo amo”, agregó.
La historia de la entidad
En el corazón de Rosa siempre ha existido el deseo de educar, máxime a los niños, sobre el medioambiente y la relación con Dios y sus valores. Por eso, en el 2012, cuando apenas tenía unos 17 años, fundó la organización.
“Hay muchas formas de cuidar la naturaleza. En la parte de nosotros, tenemos la parte de sembrar, de tener esa experiencia con el medioambiente, de vincularlo…con los valores fundamentada en la palabra de Dios. Así que, (se trata en) cómo tener esa relación con el ambiente, esa relación con el Creador, nos ayuda a tener una mejor calidad de vida”, explicó el también ingeniero.
En sus inicios, las actividades eran recreativas y desde las comunidades. Sin embargo, hace alrededor de seis años, alquilaron la antigua escuela elemental Primitivo Marchand para establecerse permanentemente.
Allí, se llevan a cabo ferias ambientales, siembras y charlas educativas. También, durante el verano, los niños pueden participar de campamentos.
La llegada del mariposario
Hace cerca de dos años atrás, una de las voluntarias de la entidad, Jennifer Rosado, mudó su módico mariposario a la organización.
“Todo esto ocurrió realmente como dos años (atrás). Fue reciente. Yo, por ejemplo, no tenía ninguna pasión por las mariposas, nada que ver. Yo sabía que las mariposas salían de una oruga, pero no sabía cómo era el proceso”, admitió.
Como buen científico, la curiosidad de estas especies se apoderó de Rosa, por lo que comenzó a investigar, capacitarse y aprender de las mariposas. Viajó hasta Costa Rica, creó contactos en Estados Unidos y trajo a expertos a Barceloneta para aprender de ellas.
Tras largos meses de adiestramiento, se le otorgó todos los debidos permisos y se remodeló una parte de la escuela para ofrecer un recorrido guiado al público para mostrar el ciclo de vida de las mariposas, desde que están dentro de los huevitos hasta que están volando en el mariposario y hasta cuando son conservadas mediante la disecación para, luego, adornar las paredes.
Durante el recorrido, se da énfasis en el importante rol de estos lepidópteros, quienes aportan grandemente en la polinización de plantas, lo que da paso a la reproducción y producción de frutas y flores.
Sus vibrantes colores, además, enamoran a quienes las observan. Rosa describió que su visión simula un mosaico, por lo que mientras los humanos solo vemos una flor, “ellas ven un jardín” de colores intensos, colores que nosotros solo podríamos soñar ver.
Rosa, también, tiene planes de expansión para el lugar para aceptar aún más visitantes en sus facilidades.
“Mi mente nunca para de soñar”, prometió entre risas.
Continúan las charlas, normalmente bajo la dirección de Rosado, quien es maestra de educación especial y le da “homeschooling” a sus cuatro hijos, todos menores de 10 años. Además, se celebró el sábado, 13 de septiembre el Festival de las Mariposas por segundo año consecutivo, evento que incluyó conferencias, comida y múltiples actividades familiares.
Lo que debes saber
Llegar al centro es de fácil acceso, sobre todo porque la aplicación Google Maps dirige al conductor al punto exacto. De San Juan, el viaje puede extenderse entre 45 minutos a una hora, dependiendo en las incidencias de la carretera.
Para visitar el mariposario, es necesario reservar a través del sitio web. El costo por visita es de $7 para toda persona mayor de 3 años.
Una vez allí, es responsabilidad y obligación del visitante, en pro del medioambiente, seguir las instrucciones de los voluntarios. Por ejemplo, en el mariposario, no se permite el ingreso con bolsos ni tocar orugas, crisálidas, huevos o flores, mucho menos intentar sacarlas de su hábitat. Cabe destacar que muchas de las especies son exóticas, por lo que no pueden estar silvestres en nuestro ambiente.
Si una mariposa reposa sobre el visitante, deberá permanecer inmóvil y pedirle a un educador que la remueva, si así lo desea. También, deberá mirar hacia el suelo para evitar pisar alguna mariposa posada en la tierra.
Algunas mariposas son extremadamente sociables, por lo que querrán acompañarlos fuera de su hogar. Por eso, una vez se retire, deberá verificar que no esté facilitándole la salida.
Para asistir a los talleres o festivales, se recomienda visitar las páginas de redes sociales, en Facebook o Instagram, donde hacen los anuncios oficiales.
Si desea aportar fondos monetarios a la organización para que el proyecto continúe creciendo, puede donar a través de ATH Móvil. Debe elegir “pagar a negocio” y, luego, ingresar Sembryplanet.