La majestuosidad del Valle del Turabo es la plataforma visual que inmediatamente cautiva a todo aquel que visita la Hacienda Guatibirí, en el barrio Masas 2 de Gurabo, un amplio espacio para acampar y celebrar actividades al aire libre que tiene como principio reconectar con la naturaleza.

Situada en la carretera 181, la finca de cinco cuerdas de terreno posee un ambiente especial que provoca la relajación y esparcimiento para todos los que busquen refrescar su mente del estrés diario, según explicó Marilyn Meléndez Lozada, copropietaria del lugar.

“Comenzamos en el 2020, en medio de la pandemia, gracias a la iniciativa de un amigo que nos pidió prestado el terreno para él hacer un pasadía. Cuando salió del lugar quedó maravillado por el potencial que este terreno posee para este tipo de desarrollo y en realidad es así”, declaró Meléndez Lozada, quien junto a su esposo Johnny Carrasquillo laboran como empresarios contratistas y quienes tuvieron la necesidad de emprender en otros proyectos al momento de surgir los cierres por COVID-19.

El lugar está habilitado para acampar y próximamente esperan contar con una cervecería.
El lugar está habilitado para acampar y próximamente esperan contar con una cervecería. (WANDA LIZ VEGA)

“Cuando estaba lo de la pandemia en todo su apogeo, las personas que estaban mucho tiempo encerradas anhelaban salir a espacios abiertos y al aire libre. Aquí tuvieron esa oportunidad y desde ese momento comenzó todo”, indicó.

“Desde aquí se ve todo Gurabo, Juncos, San Lorenzo y Humacao. Cuando el día está bien clarito se ve todo el Atlántico y Vieques. Entonces si miras para la zona norte puedes ver hasta el aeropuerto y el puente Teodoro Moscoso en Carolina”, expresó sobre la impresionante vista que se disfruta de allí.

Allí, la familia puede disfrutar de momentos especiales lejos de la tecnología. “Conectan con la naturaleza y no tienen la necesidad de buscar otra diversión. (Los niños y jóvenes) Aprenden a hacer fogatas, juegan en familia y se les nota cómo disfrutan compartir con adultos. Aquí se ve mucho el pitirre y eso para ellos es muy bueno porque muchos de esos menores en ocasiones no tienen esa oportunidad de escucharlos cantar y verlos en su ambiente. Por eso aquí se llama Guatibirí, que es como se le dice al pitirre en taíno o en arahuaco”, expresó la copropietaria.

Marilyn Meléndez, cofundadora del lugar junto a su esposo Johnny Carrasquillo.
Marilyn Meléndez, cofundadora del lugar junto a su esposo Johnny Carrasquillo. (WANDA LIZ VEGA)

Al dejar claro que el espacio es uno compartido para 50 personas acampando por noche y que se permiten mascotas, Meléndez Lozada destacó que, “es bien bonito lo que produce hacer campaña en muchas personas. Muchos, simplemente por compartir un espacio natural como este, hace que se relacionen y compartan como si se hubiesen conocido antes”.

La experiencia se puede disfrutar cualquier día de la semana. Sin embargo, la preferencia de los clientes del lugar es quedarse los fines de semana.

“El cliente no tiene que preocuparse por si se tiene que quedar todo el fin de semana. Si desean pernoctar e irse, lo pueden hacer y si desean estar toda una semana también lo pueden hacer. No es lo regular que nos ocurre, pero se puede hacer”, informó.

El lugar posee ciertos servicios básicos de higiene y para la confección de alimentos, los que serán ampliados debido al auge que ha tenido el concepto entre muchos turistas locales e internacionales.

“Hay personas que uno se sorprende por lo bien que están preparadas para hacer sus pasadías. Traen unas cocinas espectaculares, pero como también existen quienes no están tan preparados, nosotros les ofrecemos tres barbacoas para usarse con carbón, eso libre de costo”, indicó.

En cuanto a las proyecciones para la finca, la copropietaria dijo que planifican la construcción de tres casetas “tipo tienda”, que incluirán baños privados y otras comodidades, además de un concepto agroturístico para que el público pueda disfrutar las bondades de la naturaleza.

“Nosotros quisiéramos aportar a la enseñanza, a la educación sobre la agricultura y proteger a la naturaleza. Mi esposo tenía el deseo por el terreno y el mío es que sea lo más ‘verde’ que se pueda. Tenemos conexión al sistema eléctrico, pero estamos moviéndonos hacia la energía renovable. Tenemos un molino para generar electricidad que se mueve perfectamente con esta brisa continua y fresca que siempre hace aquí”, destacó Meléndez Lozada.

En la actualidad, el lugar sirve para la celebración de bodas, retiros, cumpleaños, despedidas de año, reuniones grupales e individuales; no obstante, existen muchas otras experiencias que la pareja de emprendedores desea brindar al cliente que hasta allí lleguen.

“A mi esposo, Johnny le interesa desarrollar una cerveza artesanal y establecer su propia licorería en estos predios para que las personas puedan venir y observar el proceso de elaboración y conozcan sobre eso. Ya él ha hecho varias recetas de licores que son bien preciadas por quienes las han probado. También tenemos en mente hacer una pizzería a la leña para el disfrute de quienes se estén quedando. Para que puedan tener algo que picar y, si desean tomarse una cervecita, puedan hacerlo”, manifestó.

Otro de los proyectos en planes es la creación de un espacio para hacer lechón asado.

“Desearía hacer un concepto donde las personas que pernocten tengan la oportunidad de consumir alimentos elaborados con productos obtenidos y germinados en esta finca. Que puedan tener su desayuno con huevos de nuestra granja y que los combinen con vegetales y frutos de aquí”, indicó.

Para reservaciones e información debe comunicarse al 787 598-2603 o visitar las páginas electrónicas de Hacienda Guatibirí.