Aibonito - La experiencia comienza desde que se pone el vehículo en marcha en ruta al corazón montañoso de la Isla. Una vez se adentra en la carretera de Cayey hacia Aibonito (PR-14), la temperatura refresca, la vegetación ofrece distintos verdes y los picos altos parecen tocar las nubes. Este escenario acompaña en las curvas, subidas y bajadas que anteceden la llegada a la Finca Bee Happy, localizada exactamente en la carretera 14, km 42.7, del barrio Asomante en Aibonito.

Dos burros -uno de ellos, Happy, la mascota del lugar- junto a un corillo de ovejos, dan la bienvenida al paraíso natural donde reside el matrimonio conformado por el locutor Fernand Reyes y Ashley J. Acosta (Shashy), y quienes desde hace un año han decidido compartir su espacio con toda persona que desee vivir la aventura de acampar, dar un paseo a caballo o en un camión militar de 1984 llamado “El Zángano”, conducido por Julio Reyes, o simplemente mecerse en una hamaca mientras observa la caída del sol.

La pareja llegó a residir al lugar hace seis años. Ninguno es natural de Aibonito; él es oriundo de Bayamón, y ella de Cayey. Vivieron un tiempo en la tierra del chicharrón, pero ella no se acostumbró. Él, por su parte, siempre tuvo el deseo de tener un terreno y un par de animales, así que unieron ambas voluntades de volver al campo, y lo lograron.

“El Doctor Radio” atribuye a “una cosa loca” la llegada a la finca de 33 cuerdas. “Tuve un sueño y en ese sueño, Papá Dios me habló donde está esa fogata, y esa fogata está ahí para no olvidarme de lo que me dijo. En ese sueño me enseñó este lugar y me dijo que me lo iba a regalar, y aquí estoy”, afirmó.

Tras sobrellevar el proceso de adaptación, en el que al principio todo le parecía lejos, han descubierto un estilo de vida en plena conexión con la naturaleza.

“Es una vida completamente diferente, donde uno puede tener un poco más de conexión con algo que no sea lo mismo de siempre, el Internet, la ciudad, la fiesta, es muchísimo más tranquilo”, expuso Shashy, quien actualmente está dedicada a la administración de la finca.

El matrimonio formado por Ashley J. Acosta y Fernand Reyes llegó a vivir a la finca hace seis años.
El matrimonio formado por Ashley J. Acosta y Fernand Reyes llegó a vivir a la finca hace seis años. (alexis.cedeno@gfrmedia.com)

Comenzó a llegar la gente

A medida que se fueron encantando con su hogar en la montaña, compartían imágenes en las redes sociales con sus amistades y poco a poco, llegó la pregunta, “¿Podemos ir para allá?”.

“La gente que me escucha por la radio y me ve por las redes comenzaron a preguntar, ‘¿podemos ir para allá?’, y dije, ‘sí, claro, vengan este sábado, o vengan este domingo’, y así poco a poco se fue transicionando sin querer queriendo a lo que es ahora Finca Bee Happy”, contó Reyes, mantenedor del espacio matutino “En ruta”, de Nueva Vida. “De repente dices, ‘Bueno, ya que están viniendo unas cuantas personas más, y unos cuantos amigos de la radio, de los medios o de las redes, pues vamos poner una hamaca que se vea bonita ahí, y luego pusimos un banquito, una fogata, y cuando vinimos a ver, teníamos un mundito hecho”.

"El Zángano", un camión de 1984, transporta a los visitantes hacia los distintos puntos de la finca.
"El Zángano", un camión de 1984, transporta a los visitantes hacia los distintos puntos de la finca. (alexis.cedeno@gfrmedia.com)

Al ambiente acogedor que han ido creando sin afectar la esencia del campo le sumaron una gran bandera de Puerto Rico pintada en el frente de la casa, y que ahora es parte de los recuerdos que se llevan los visitantes, al igual que alguna muestra de la miel que cosechan en un pequeño apiario que prepararon luego de darse cuenta que las abejas eran más dueñas del espacio que ellos mismos.

“Aprendimos en el camino un poco de apicultura, es un oficio y una misión tan linda la que los apicultores hacen, y mucho más allá de eso, lo que las abejas hacen, y aprendimos un poco y cada vez que cosechamos una botellita de miel, es como ser millonarios. Es un privilegio”, resaltó Reyes, padre de dos hijos.

Desde principiantes hasta extremos

La Finca Be Happy ofrece tres áreas para acampar: La primera, nombrada como Los Sueños, queda justo frente a la casa de los propietarios, con vista hacia el sur de la Isla, rodeada de árboles, hamacas y tiene la facilidad de contar con los servicios de agua potable, electricidad, baños y una pequeña ducha de agua caliente.

Además, detalló Shashy, “tenemos dos spots distintos (El Todo y El Descanso), que son más monte adentro, más para las personas que están acostumbradas a lo que es camping, que traen sus equipos”. En estas áreas - aún cuando hay la oportunidad de subir hacia la primera zona y utilizar algunos de los servicios disponibles- la experiencia de acampar es mucho más rudimentaria. La iluminación es natural -aunque se pueden llevar lámparas u otros-, el agua proviene directamente del manantial y mientras más adentrado en el bosque, mucho más es la desconexión de la cotidianidad. Tres impresionantes ceibas sirven de guardianes durante la estadía.

El área de acampar denominado "El descanso" está ubicada en un bosque, del que destacan un manantial y tres hermosas ceibas.
El área de acampar denominado "El descanso" está ubicada en un bosque, del que destacan un manantial y tres hermosas ceibas. (alexis.cedeno@gfrmedia.com)

“Es un privilegio recibir a los conocidos, pero es todavía más alto privilegio recibir al desconocido. Es la oportunidad de interaccionar, de hacer nuevos amigos, de abrir tu casa, de darte cuenta de que tu casa no es exactamente tu casa. Desde mi punto de vista, la gente está viniendo a su casa. Yo vivo aquí, pero esta es la casa de muchos otros seres, incluyendo a quienes vienen a visitar”, puntualizó el comunicador con más de 30 años en la radio.

Para visitar la Finca Bee Happy es requerido hacer reservación a través del portal: https://app.fincabeehappy.com/. También se pueden contactar por medio de Ia cuenta @fincabeehappy en Instagram y Facebook. Solo abren al públicos los sábados y domingos.