La carita fue reconocida de inmediato por la fotoperiodista Teresa Canino. Para ella fue fácil identificarlo porque el trauma sufrido por Jean Daniel Rolón Soto fue uno de esos que estremecieron al país.

El menor fue visto entre las cientos de personas que desde temprano en la mañana llegaron al Coliseo Roberto Clemente, en Hato Rey, para recibir uno de los regalos que entregaría la Fundación Good Bunny, originada por el trapero Bad Bunny.

Jean Daniel sonreía, estaba feliz. Es fanático de la música urbana. Le gustan las canciones del Conejo Malo y de Daddy Yankee.

Asintió sobre si le parecía que la actividad estaba organizada y esperaba encontrar “algo bueno” en el interior del coliseo.

Jean Daniel tiene 14 años, pero su capacidad corresponde a la de un niño de cinco. Aún no puede leer. Es resultado del daño que quedó él luego de recibir tres impactos de balas calibre 22 en el cerebro, pómulo y pulmón.

“En el 2006 su papá se lo llevó en una visita paterno filial y según él, porque el nene estaba llorando, le dijo a la mamá que se lo llevaría, y le metió tres balazos y lo dejó amarrado al car seat, y lo encontraron dos policías”, recordó la abuela Elvira González.

El progenitor fue procesado criminalmente por este hecho, pero fue asesinado en una institución correccional.

El menor asiste a una escuela especializada con el objetivo a lograr que pueda valerse de forma independiente.