Ojo de Agua: la joya cristalina de Vega Baja que tienes que visitar este verano
Lo que antes fue un vertedero ilegal, es ahora uno de los secretos mejor guardados de ese pueblo.
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En medio de una comunidad en Vega Baja, a pasos de una de las carreteras más transitadas de Puerto Rico, hay un tesoro natural que esa misma comunidad se ha encargado de convertir en un espacio para disfrute familiar, en especial en estos tiempos de verano cuando las temperaturas suelen ser mucho más calurosas y viene bien refrescarse.
Se trata del manantial Ojo de Agua, una fuente de cristalinas aguas que brotan desde el suelo para formar una piscina natural, que luego se convierte en un arroyo que continúa fluyendo hacia la costa.
“To el mundo cuando baja por ahí por esa (carretera) número dos hacia aquí y se encuentra con eso, se sorprende, porque ellos dicen, pero es que casi siempre los manantiales están en las montañas, en los montes, y entonces al venir a una comunidad que está en la número dos, donde pasa tanto vehículo, que de ahí a aquí son 30 segundos, y venir y encontrase eso”, comentó Manuel Class, líder comunitario y uno de los artífices de la transformación de Ojo de Agua
Aunque el manantial “ha estado aquí toda una vida”, la realidad es que hace algunos años distaba mucho de lo que se puede ver hoy. De hecho, por años, pese a su belleza, entonces oculta, y su valor como fuente de agua natural, el sitio estuvo claramente descuidado, y hasta convertido en un vertedero ilegal donde personas tiraron gomas, “mattresses” y toda clase de desperdicios. En otras palabras, aquello era un hueco con agua, con “todo lo que tú te puedas imaginar” de basura, “que la gente pasaba y ni lo miraban”.
Además, “este barrio, en su época, era un barrio caliente, por decirlo así, con una mala fama”, cuya comunidad permanecía marginada.
Sin embargo, luego del azote del huracán María en septiembre de 2017, que hubo escasez de prácticamente todo, incluyendo agua, la gente acudió a fuentes naturales, como Ojo de Agua, “y aquí las filas eran enormes pa coger agua de ahí pa tomar agua, porque esa agua es potable. Yo le invito a cualquiera que haga la prueba. Aquí hay familias que no beben agua ni de la pluma ni de botellas, sino de ahí, beben agua de ahí”.
Mientras acudían a resolver esa necesidad de agua, y abarrotaban el lugar, la gente se cuestionaba “por qué no lo arreglan, por qué no lo ponen bonito”, y ahí se les ocurrió a varias personas de la comunidad arreglarlo.
Buscaron ayuda de otras personas y comunidades con experiencia en limpieza de áreas naturales y desarrollo de proyectos comunitarios, y para 2018 “empezamos a limpiar”, aunque todavía sin tener la visión de la transformación que más adelante ocurriría.
“Aquí nosotros comenzamos con el proyecto (comunitario) porque el gobierno lo abandonó. Uno nunca quiere tocar el punto del gobierno, pero pues es así, el gobierno lo abandonó”, lamentó. “Entonces cogimos la comunidad y empezamos a reunirnos, y pues vamos a empezar a limpiar esto”.
Pero las cosas no se quedaron en una mera limpieza. Luego siguieron embelleciendo el área y haciéndola más acogedora con mosaicos, escaleras de acceso a la piscina natural, quioscos, chorreras, sombrillas, chorritos, y demás, hasta convertirlo en la atracción familiar que es hoy día.
“Y gracias a Dios pues la gente empezaron a venir, a venir… y ves, aquí hay mucha seguridad, porque tú puedes parquear dondequiera, aquí nadie te va a robar. Tenemos una buena organización de proteger a todo el que entre aquí a la comunidad”, expresó Manuel.
“Esto es… hemos creado algo… aquí hay niños que los pai se quieren ir pegar a gritar que no se quieren ir. ‘No, no, un ratito más, un ratito más’. Y así los tienen hasta por la noche”, dijo Manuel con tono de satisfacción y orgullo, mientras observaba la multitud de familias disfrutando en la piscina.
“Te puedes fijar, y mira a ver quién de esos nenes tiene teléfono (en la mano). Están todos disfrutando. Esas son las cosas que hay que buscar para la juventud, para los niños, darle herramientas para que tengan su etapa de niñez. Si tú vienes a ver la gran mayoría de estos nenes siempre están en la casa con un teléfono, o en el carro. Pero tú los ves aquí corriendo, divirtiéndose, disfrutando, jugando. Y no podemos perder esa tradición”, afirmó.
Recordó la marginación y subestimación que ha sufrido su comunidad, y la contrastó con la aceptación actual, cuando “vieron que nosotros, como ciudadanos, estamos dando un (giro de) 180 (grados) como uno dice, y creando algo para la juventud” a través de la unidad y autogestión comunitaria.
“Nosotros hemos aprendido conceptos de algunos barrios, como La Perla, o la Comuna 13 en Colombia, que eran malísimos y los han convertido en sitios turísticos. Ahora esto ha cambiado, aquí todo el mundo está pendiente… en resumidas cuentas, nosotros como comunidad nos hemos unido. Tenemos una asociación que se llama la Asociación Manantial Ojo de Agua. Estamos inscritos, estamos en ley. No queremos recibir fondos de los gobiernos por ahora. Estamos haciendo autogestión, porque después a la larga quieren decir, ‘ah, pero yo invertí aquí’ y quieren tener injerencia. Aquí nosotros nos reunimos y tomamos la decisión de hacer lo que vamos a hacer”, explicó el líder comunitario.
Al ser un área natural, la piscina del Ojo de Agua está abierta a todo el público en general y “no le cobramos por nada” para acceder a la misma. Permanece abierta las 24 horas del día, de manera que aquella persona que así lo desee, puede darse un chapuzón también en horas de la noche.
La comunidad ofrece estacionamientos “que estamos usando como donación”, para poder continuar la autogestión, y ese dinero, junto con lo que la gente aporta en otro buzón ubicado junto a uno de los negocios, “nosotros lo cogemos y lo usamos para pintar, arreglar todo, y lo mantenemos superbonito”.
La piscina natural es en general de poca profundidad, “no tiene más de tres pies en lo más hondo”, por lo que es propicia para el disfrute de niños.
Sin embargo, el lugar no cuenta con salvavidas, de manera que, tal como advierten letreros por toda el área, las personas entran a la piscina a su propio riesgo.
Comoquiera, la comunidad suele estar pendiente a lo que ocurre, y cuenta entre sus miembros con personas adiestradas para ofrecer primeros auxilios en lo que llega una ambulancia, si así fuera necesario en caso de algún accidente.
Alrededor de la piscina hay escalerillas, muelles, pendientes de grama natural, chorreras, y hasta un columpio desde el que niños se lanzan al agua. Asimismo, hay un ascensor adaptado para que personas con diversidad funcional o alguna discapacidad física puedan también disfrutar de las frescas y cristalinas aguas, “y eso es totalmente gratis. Es más, eso es un orgullo para nosotros”.
En la piscina y el arroyo se pueden ver además un sinnúmero de peces de diversas especies, incluyendo varios coloridos kois de gran tamaño, que parecen ya acostumbrados a la presencia humana y nadan por doquier placenteramente.
Los quioscos y pequeños comercios alrededor del Ojo de Agua son negocios familiares, muchos de la misma gente de la comunidad.
Esos negocios familiares, aunque “sí llenamos planilla y rendimos el IVU, que es lo más importante”, han tenido algunas dificultades para poder completar todos los trámites con el municipio, como patentes o reclasificaciones, algo que, explicó Manuel, la comunidad quisiera remediar lo antes posible “para poder seguir prosperando y aportar a la sociedad y al gobierno. Queremos estar al día en todo”.
La oferta de los quioscos incluye: comida china, alcapurrias, bacalaítos, pinchos, piña colada, comidas de niños “estilo escuela”, pizza, fritanga, jugos de frutas, entre otros, así como variedad de artesanías.
También “tenemos los kayaks, que son económicos, por una hora a $10, pa que los nenes vayan aprendiendo”.
La comunidad promueve el espacio como uno de disfrute familiar, así que “no permitimos varias cosas”.
“La música hablando malo, no la aceptamos, puede ser reguetón, no tenemos problema, pero como es un ambiente familiar de niños, tratamos de que la música hablando malo no la ponga”, afirmó Manuel.
Tampoco permiten fumar productos de cannabis en el área donde disfrutan los niños, aunque la persona tenga licencia para hacerlo. Se le pide que siga las reglas del lugar y se retire “a su carro o el área del parking, fuera del área del alcance de los niños”.
Asimismo, tampoco permiten a las personas andar “hablando palabras obscenas” o protagonizando altercados.
Las fogatas y parrillas tampoco están permitidas.
No obstante, las personas sí pueden llevar su propia comida, bebidas y neveritas.
También está permitido “traer tu carpa, tus sillas, tu mesa, y puedes pasar el día hasta la hora que quieres irte, y si quieres acampar también pueden quedarse si quieren”.
Además, está permitido ir con mascotas, y entrarlas al agua. Sin embargo, en el caso de animales más peludos se le pide a la persona que lo entre en el área donde las aguas fluyen más y comienzan a salir de la piscina hacia el arroyo, de manera que no cause molestias a aquellas personas que no necesariamente compartan el mismo cariño hacia las mascotas.
Los interesados en reservar un espacio para celebrar, pueden llamar al 787-517-8929, “con anticipación, porque esto se llena”, y ahí “tenemos unas carpitas, y se cobra $30 dólares por el espacio, un espacio bastante razonable, y ahí haces, como un dice en forma jocosa, boda, divorcio, velorio, cumpleaños, lo que tú quieras, y te puedes ir a la hora que tú quieras”.
“Y si tiene dudas, siempre pregunten, porque tenemos reglas. Pero a la que usted llegue aquí se va a encontrar a alguien de la comunidad y usted puede preguntar”, aseguró Manuel. “Y si tiene el dinero bien, y si no lo tiene también, porque como dije, nosotros recogemos donaciones para la comunidad, pero entrar al agua es gratis y si te quieres dar un chapuzón, aquí te lo puedes dar. Esto es totalmente gratis, es del pueblo de Puerto Rico, y nosotros lo que queremos es protegerlo para que nadie venga a acapararlo, y que nuestra comunidad pueda echar pa’lante”.
Si quiere conocer más de Ojo de Agua, tendrá una buena oportunidad el próximo 19 de julio, cuando celebren allí el “Gran Compartir Familiar”, con los hermanos caza caimanes y una oferta culinaria de fricasé y paella de caimán gratis.