Su abuela fue quien inició la tradición de la promesa a los Tres Santos Reyes hace casi un siglo, cuando su papá, siendo un niño, cayó en una carbonera y sufrió quemaduras de gravedad. 

Las súplicas de doña Juana Lugo fueron escuchadas. Aquel pequeño, Félix Aníbal Carlo, se recuperó más allá de los pronósticos médicos y de la limitación económica de la familia, oriunda de Las Marías.

“Mi papá tenía entre 5 y 6 años de edad”, mencionó Annelie Carlo Rivera, quien aclara que su papá solía confundir la edad sobre lo que le sucedió allá para la década de 1920.

“Antes se hacía como que un hueco en la tierra y se tiraba madera para preparar carbón. Mi papá cayó y quedó bastante quemado. Vivía en el campo.

No es como que tenían servicios de salud cercanos”, agregó sobre lo que llevó a su abuela a aferrarse a su fe y esperar un milagro con la intercesión de Melchor, Gaspar y Baltasar. 

“Mi papá sanó”, dijo, lo que motivó a doña Juana a cumplir su palabra de dedicar aguinaldos cada 6 de enero a estos tres seres de Oriente. 

Pero la devoción de su abuela no se quedó con el agradecimiento por salvar la vida de su hijo cuando era un niño.

“Mi tío Luis se va al ejército y luego se va mi papá detrás de su hermano mayor. Ellos estuvieron en la Segunda Guerra (Mundial). Mi abuela dice, ‘si ellos regresan con vida, voy a añadir un día por cada uno’ (para sumar tres). Así que mi abuela escogió que fuera en fechas que incluyeran el 25 de diciembre, ya fuera del 23 al 25, o 24 al 26 o 25 al 27”, detalló sobre la iniciativa. 

“Por más de 50, 40 años, se estuvo cantando aguinaldos a los Reyes en Las Marías. Salíamos como a las 10:00 de la mañana y llegábamos a veces a las 11:00 de la noche de estar cantando por diferentes barrios, a pie”, rememoró Annelie.

Como parte de la misión, pernoctaban donde cayera la noche. Pero cada 6 de enero, los aguinaldos siempre se cantaron en la casa. 

“Utilizamos sinfonía, guitarra, el bombo, que es como una tambora pero más pequeñita, y el güiro”, resaltó sobre los instrumentos que acompañan los temas que interpretan los versadores. El altar, por supuesto, no puede faltar como símbolo de devoción. “Dentro se coloca el nicho con los Reyes”. 

De su infancia, Annelie recuerda cómo el día comenzaba de madrugada. 

“Uno estaba esperando los regalos, pero nosotros realmente lo que estábamos esperando era que empezara el evento, que empezara a llegar gente a la casa. Recuerdo los olores del arroz con gandules, el arroz con dulce. Se hacía y se hace un lechón asado”, compartió con nostalgia. 

El fallecimiento de doña Juana, viuda de don Pepe, no borró el compromiso de la promesa. “Una vez ella muere no había que seguir, porque obviamente era su promesa. Pero mi papá era muy devoto de los Reyes. De hecho, en mi familia todo el mundo es bien devoto”, destacó sobre la tradición, que integra a la comunidad y está abierta al público en general. 

“Mi papá muere el 4 de diciembre de 2010”, reveló. 

Pero su deceso tampoco hizo a un lado el interés familiar de seguir con la devoción cada 6 de enero. 

“Casi siempre estamos con mi mamá, Iris Rivera, mi hermano Richard y Rigoberto. No es una fiesta. La solemnidad está bien presente todo el tiempo”, aclaró. 

“A veces vienen otras personas que han tenido promesas de Reyes, que también tienen sus Reyes Magos, y los ponen en la mesa. A nosotros no nos molesta, siempre y cuando la gente comparta esa devoción y ese momento de respeto”, aclaró Annelie, quien extendió una invitación a todo el que quiera estar presente el próximo lunes, a partir de la 1:00 p.m., en la residencia que ubica en el barrio Maravilla Este. 

“Quien llegue al pueblo puede preguntar por la promesa de la familia Carlo y lo van a dirigir a la casa de mi mamá”. 

El repertorio suele consistir en 45 temas. “Se cantan de ocho en ocho, de diez en diez, y se hace una pausa”, detalló sobre la experiencia, en la que prevalece un ambiente de unión familiar, incluso con quienes acaban de conocer.

A excepción de 2016, desde la muerte de don Félix Aníbal no salen a la calle a cantar como hacían cada diciembre. Pero como parte de su compromiso, planifican celebrar los 100 años de la tradición en 2025. 

Para Annelie, la promesa de Reyes que ha abrazado desde su niñez tiene un valor incalculable. 

“Es un sentimiento de esperanza, de fe, de gratitud. Es un sentimiento bien lindo, sobre todo de fe de que las cosas se van a dar, de que hay alguien mirando, mirando por ti”. 

Promesa de Reyes

La Promesa de Reyes es la costumbre de invocar a los Santos Reyes -Melchor, Gaspar y Baltasar- para su intervención en un momento de necesidad, para la solución de alguna situación que está fuera de su alcance. A cambio de la petición concedida, el devoto hace un pacto o compromiso de pagar esa promesa. El aguinaldo es el género preferido de la música que se interpreta durante la promesa. Como es de esperar, la temática se basa, principalmente, en la Navidad, alusiva a Jesús y a María. Se interpretan alternándolo con rezos.