Entre imágenes, estampas, muebles, cortes de periódicos y artículos emblemáticos de Orocovis, el Museo Celestino Avilés da la bienvenida a quienes llegan al “Corazón de Puerto Rico” para conocer más de su historia.

“Este museo fue una curiosidad que le dio a mi papá cuando, en los años 60, recibió por herencia unos muebles por parte de mi abuela, y entonces le dio con guardar todas las cosas viejas del pueblo de Orocovis. Cuando empezó el modernismo, traían planchas nuevas y botaban las otras; él empezó recoge y recoge y así construyó el museo. El museo está desde el 1982… ya vamos para cuarenta años”, explicó el artesano Antonio Avilés, hijo del fenecido fundador del concepto, don Celestino.

La fachada de la casa es modesta, de madera, con rústicas ventanas. Desde el estacionamiento se intuye el orgullo que su fundador impregnó en cada rincón del lugar que carece de lujos, pero con una colección museográfica de incalculable valor.

Los artículos que ocupan el interior de la estructura sirven de transporte intelectual a los siglos 19 y 20. Es impresionante observar cuántos artículos de carácter histórico han logrado reunir en este espacio que ubica en la PR- 155 en la vía que da acceso al área histórica de Orocovis.

Desde piedras y fósiles indígenas, la osamenta producto del entierro de un niño indígena de alrededor de 10 años, evidencia de las minas de amatistas, piezas ingerís, planchas taínas, fotos, piezas de la primera iglesia católica que existió en Orocovis y hasta una réplica en miniatura del primer avión que aterrizó en ese pueblo son algunas de las impresionantes colecciones que presenta este icónico museo.

“Unas cosas las han donado y otras papi las conseguía. Cuando éramos más pequeños nos llevaba por los campos y to’ el mundo nos decía: ‘mira, por ahí hay más cachibaches, y nosotros los recogíamos. Tostadoras, máquinas para hacer helados, los yugos para los toros, cámaras antiguas, radios...”, dijo.

El museo también resguarda imágenes de la Virgen de los pescadores y del Cristo en la Cruz que fueron parte de la primera iglesia católica que para el año 1875 fue consumida casi en su totalidad por un incendio. Sin embargo, de manera increíble, estas piezas fueron rescatadas con pocos daños después del infortunio. “Tengo varias piezas aquí de esa primera iglesia que se salvaron del fuego. Tengo el primer sagrario que llegó al pueblo que tiene cerca de 125 años”, comentó con entusiasmo quien es artesano de talla de santos, como su fenecido padre.

Varios cuadros del artista autodidacta José Pérez engalanan las paredes de la sala principal de esta sede cultural, donde además se encuentra el juego de muebles que dio paso a la colección museográfica que define gran parte de la historia de Orocovis.

La entrada al museo es libre de costo. “Desde el huracán María lo tuve cerrado, luego por una construcción enfrente que provocó el cierre de la calle y mucho polvo. Cuando abrí nuevamente llegó la pandemia y ahora reciente el huracán Fiona. Ahora para noviembre nos visitan mucho por lo del descubrimiento de Puerto Rico, viene mucha excursión de estudiantes. La gente me llama y yo lo abro para que vengan a disfrutar de todo lo que hay aquí”, destacó.

Para visitas debe comunicarse al 939-452-8001 o 787- 485-1224.